La Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (AEESME) ha organizado la 35.º edición de su congreso nacional, que tuvo lugar los días 21, 22 y 23 del pasado mes de marzo en Santiago de Compostela, al que asistieron más de 850 enfermeros, algunos provenientes de Irlanda, Canadá, Portugal y Andorra, tanto del ámbito asistencial como gestor y docente. 
Así, de acuerdo con lo expuesto por la propia agrupación en una nota prensa, en las diferentes mesas redondas, proyectos de investigación y ponencias ofrecidas durante este evento, celebrado bajo el lema «Nuevos retos en salud y bienestar. Las enfermeras de salud mental apostando por el futuro», se han abordado diversos aspectos de la profesión y de la especialidad, desde distintos puntos de vista.
De esta forma, durante la primera exposición se ha puesto de manifiesto la importancia de la capacidad de los profesionales para estar presentes en las instituciones y poner en marcha políticas de salud que incluyan a los pacientes en su entorno, y para que los cuidados enfermeros se desarrollen junto a las personas más necesitadas.
Por otro lado, la temática de algunas de las conferencias, apuntan desde AEESME, que han sido incluidas en este congreso pasaba por un repaso de la historia de la enfermería de salud mental en España, o por subrayar lo fundamental de la labor de los profesionales de esta especialidad para tratar a pacientes con este tipo de enfermedades, que deben enfrentarse a un estigma social, y a sus familiares.
Además, durante este evento se llevaron a cabo un total de seis talleres de trabajo y se presentaron ocho proyectos de investigación elaborados por enfermeros estudiantes de salud mental. En este sentido, el estudio de Cira Febles, titulado «La calidad asistencial desde la perspectiva de los Derechos Humanos de los servicios de hospitalización de media y larga estancia percibida por personas usuarias y profesionales», ha resultado ganador del Premio AEESME.
Una vez concluido el congreso, informan desde la asociación, se enfatizó en la labor política y social de los profesionales y en la necesidad del apoyo gubernamental para poner en práctica el liderazgo enfermero eficaz; al mismo tiempo, se destacaron los beneficios que aportan las nuevas tecnologías en la educación para salud y el apremio de establecer protocolos para emplear la rehabilitación para prevenir conductas autolesivas o suicidas, y se reivindicó la plena implantación de la especialidad enfermera de salud mental para garantizar la atención y los cuidados de calidad para los afectados.
