“Los pacientes que sufren edadismo tienen mayor riesgo de aislamiento social y menos calidad de vida”

Lunes, 17 de julio de 2023

por Silvia López Criado

En los últimos años el término “edadismo” tiene cada vez mayor presencia en nuestra sociedad. Si por edadismo se entiende la forma de discriminación social por cuestión de edad, que afecta mayoritariamente a personas mayores, son varios los ejemplos que se pueden encontrar en la actualidad que, de manera directa o indirecta, repercuten en la percepción y, en última instancia, en la salud de este grupo etario.

Elena Morcillo, enfermera en el Centro de Salud Yébenes, de Madrid, ha realizado junto con Montserrat Solís, supervisora de la Unidad de Investigación, Desarrollo e Innovación en Cuidados de Salud del Hospital Universitario Puerta de Hierro, una investigación (reconocida con el tercer premio del certamen de investigación del Colegio de Enfermería de Madrid) sobre la percepción de edadismo y la fragilidad en la población mayor. Morcillo nos cuenta en qué consistió la investigación y a qué conclusiones llegaron.

Pregunta.- ¿Cuáles son las formas más habituales de edadismo en la actualidad?

Respuesta.- El edadismo es un fenómeno social de gran prevalencia en la actualidad, siendo la tercera forma de discriminación más común y la más desconocida, ya que incluso algunos países no tienen un término específico para denominar este tipo de discriminación, lo que contribuye a invisibilizarlo. Este fenómeno está más arraigado en la sociedad, siendo socialmente más aceptado que otras formas de discriminación.

El edadismo es un concepto global que afecta a todos los grupos de edad no solo a población mayor. Aunque la discriminación a la población mayor es la más común y la que genera graves consecuencias para la salud y bienestar.

Las formas más habituales de edadismo hacia la población mayor se producen en la dimensión de estereotipos, que son las creencias y los pensamientos hacia esta población que da lugar a generalizaciones que son inexactas y perjudiciales y prejuicios, sentimientos hacia una persona por pertenecer a un grupo.

En el informe de edadismo del 2019, elaborado por Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España la población mayor, refirieron que las situaciones que más se repiten son: sentirse ignorados, dar por hecho que no podían oír o entender o decirles “eres demasiado viejo” y sentimiento de ser tratado sin respeto. Además, de que en el sistema sanitario se justifican las dolencias como “cosas de la edad”.

P.- Como enfermera ha realizado una investigación sobre la percepción del edadismo y la fragilidad en población mayor. ¿De qué manera la ha llevado a cabo? ¿De qué hipótesis partía, cuál era su principal objetivo?

Elena Morcillo nos habla de edadismo

R.- El proyecto de investigación tenía como objetivo conocer la percepción de edadismo en población mayor institucionalizada frente a los que viven en la comunidad. Así mismo, también queríamos identificar los factores asociados y valorar la influencia del género y la fragilidad en la percepción de edadismo.

Para ello se realizó un estudio descriptivo transversal en varios recursos sociosanitarios en la zona suroeste de la Comunidad de Madrid, residencias y centros de día. La variable de resultado principal es la percepción del edadismo, que se midió a través de un cuestionario ad hoc creado para esta investigación, ya que no existía ninguna escala validada en España. Previamente se llevó a cabo una validación de aspecto y contenido, que fue revisada por un grupo de expertos, y un pretest cognitivo.

La versión definitiva del cuestionario consta de 22 ítems, que recogen las tres dimensiones del edadismo: estereotipos, prejuicios y discriminación. La variable independiente que se midió es la fragilidad, para ello se utilizó un cuestionario validado a población mayor y adaptado al español, escala FRAIL que consta de cinco preguntas sencillas relativas cada una de ellas a un dominio Fatigabilidad, Resistencia, Deambulación, Comorbilidad y Pérdida de Peso.
También se recogieron variables sociodemográficas para delimitar el perfil de los pacientes.

P.- ¿Cuáles son las principales conclusiones a las que llega el estudio?

R.- Tras llevar a cabo este trabajo se puede concluir que la percepción de edadismo es ligeramente mayor en los pacientes institucionalizados frente a los que viven en la comunidad, siendo mayor en las mujeres y en los pacientes frágiles, recogiendo en este último grupo esta diferencia estadísticamente significativa.

P.- Su experiencia en la Unidad de Geriatría y el trato con pacientes mayores, le otorgan una visión cercana de la situación. ¿Qué efectos sobre la salud puede tener el edadismo?

R.- El edadismo se asocia a una menor esperanza de vida, una salud física y mental más deficiente y una baja autoestima. Además, se ha descrito en la literatura que se altera el rendimiento cognitivo, lo que contribuye al riesgo de mortalidad y mala salud funcional de las personas mayores. También los pacientes que sufren edadismo tienen mayor riesgo de aislamiento social y menos calidad de vida. Es habitual que se infradiagnostique enfermedades como la ansiedad y la depresión.

P.- ¿De qué manera se puede revertir esta tendencia en el trato a las personas mayores y cuáles son las herramientas para llevarlo a cabo?

R.- Algunas de las intervenciones más eficaces para reducir la discriminación por edad es educar sobre el proceso de envejecimiento saludable y el contacto intergeneracional. Se deben promover autopercepciones más positivas para mantener o aumentar el bienestar de los adultos mayores.

P.- Esta forma de discriminación está intrincada en toda la sociedad, ¿percibe este trato entre los profesionales sanitarios hacia los pacientes mayores? ¿Existen herramientas, protocolos o algún sistema por el que se detecte y se ponga freno?

R.- Existen campañas de divulgación y concienciación promovidas tanto a nivel internacional como nacional, donde se promueven ciudades y hospitales amigables con la edad, donde se tienen en cuenta las necesidades de personas mayores, se promueve un envejecimiento activo y una movilidad sin barreras. Se promulga una participación e inclusión social con el objetivo de aprovechar el potencial personas mayores representan para la humanidad.

A nivel nacional me gustaría destacar el proyecto Hospital amable para la persona mayor, en el Hospital Universitario Infanta Leonor (Comunidad de Madrid) llevado a cabo por la Dra. Fátima Brañas y su equipo, el que se pretende que se impregnen los principios de la geriatría en el modo de actuar de todos los profesionales sanitarios en el abordaje de la persona mayor, transformando el sistema actual para responder a las características reales de la población mayor y humanizar la asistencia sanitaria.

Estas iniciativas ayudan a detectar, concienciar y frenar el edadismo.

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