¿Cuántas veces nos habrán dicho o habremos oído coómo afecta la contaminación a nuestra salud? Ahora, un estudio demuestra que la exposición a zonas verdes durante largo tiempo se asocia con cambios positivos en la estructura del cerebro. 
El Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha constado coómo crecer en zonas verdes tiene efectos positivos en el desarrollo cognitivo de los niños. Por primera vez, se demuestra que la exposición a zonas verdes en la infancia está vinculada con cambios positivos en las estructuras cerebrales.
Hasta ahora, pocos hablaban de la «biofilia», ya que se trataba de una hipótesis. Este término se entiende como la conexión de las formas de vida con la naturaleza, cuya superveniencia y evolución depende de esta conexión. Es decir, que existe un vínculo entre la naturaleza y la evolución humana y que la naturaleza es importante para el desarrollo del cerebro.
Los investigadores han evidenciado esta hipótesis probando que los niños que viven rodeados de espacios más verdes tienden a presentar mayores volúmenes de materia blanca y gris en áreas del cerebro vinculadas a la función cognitiva del cerebro.
Esta investigación se enmarca en el Proyecto Breathe, una serie de estudios relacionados con el impacto de la contaminación en el desarrollo cerebral de los niños. ISLGlobal, no solo ha expuesto los beneficios de crecer rodeado de espacios verdes, sino de cómo la exposición a altos niveles de polución genera un efecto negativo en la capacidad de atención de los niños y cómo desarrollan menos la memoria.
Los investigadores que han publicado el trabajo en la revista Enviroment Health Perspectives, consideran que las zonas verdes dan a los menores una serie de mecanismos para estimular, de forma positiva, el desarrollo cerebral, ya que estimulan actividades como la creatividad, el descubrimiento y la asunción de riesgos.
Irene y Ariadna – Walnut
Para leer la publicación original, puede acceder al siguiente enlace.
