El enorme potencial de los productos “low cost”

Martes, 15 de enero de 2013

por diariodicen.es

En su último boletín, la OMS ha informado de la aparición de nuevos, fiables y baratos productos sanitarios destinados a los países en desarrollo, como consecuencia de la creciente demanda de atención de la salud a bajo coste.

Actualmente, muchas regiones emergentes carecen de equipos de profesionales sanitarios adecuados o poseen otros que están inutilizados debido a que no se pueden usar o a que realmente no se necesitan en los hospitales y centros médicos en los que se sitúan.

En zonas como el Sahara, según ha recordado la OMS, las donaciones de sangre no cumplen con la demanda de transfusiones y las clínicas, y las zonas rurales más remotas suelen estar mal equipadas. Así, y en ausencia de sangre y equipos, los pacientes que necesitan una transfusión se ven obligados a recurrir a una “autotransfusión” utilizando un equipo de cocina. “La sangre se acumula en las incisiones del abdomen de la mujer, y a través de una bombona esterilizada o una cuchara de sopa se sitúa en un recipiente de anticoagulantes. A partir de ahí, se filtra a través de un embudo de gasa forrado, se introduce en una bolsa de sangre y gotea nuevamente dentro de su cuerpo”, explica el profesor asistente de ingeniería biomédica en la Universidad de Michigan en Estados Unidos, Kathleen Sienko.

Estas precarias medidas están salvando vidas y ponen de manifiesto la incapacidad de las autoridades sanitarias de estos países de proporcionar una atención sanitaria adecuada a sus ciudadanos. Por este motivo, cada vez más empresas de países desarrollados crean nuevos productos para cubrir las necesidades de estos países emergentes. “El desarrollo de los mercados emergentes trae nuevas razones para crear innovaciones médicas adecuadas, asequibles y accesibles para los mercados de bajos ingresos. Y esta medida ya no es sólo para reducir las disparidades de salud, sino porque es una actividad rentable”, explica el director del Laboratorio de Innovación Frugal de la Universidad de Santa Clara en California en Estados Unidos, Radha Basu.

El éxito de Lullaby

La compañía General Electric ha señalado que los dispositivos de alto consumo energético, elaborados en principio para ser utilizados en países de altos ingresos, podrían dejar de ser usados en las regiones en vías de desarrollo ya que tienen un elevado coste y no están diseñados para soportar el calor, la humedad y el polvo que hay en dichas zonas.

Por este motivo, la compañía está desarrollando nuevos equipos teniendo en cuenta las condiciones locales, los cortes de energía, las fluctuaciones de tensión, los niveles de polvo y contaminación y el uso intensivo de equipos. Uno de sus productos con más éxito ha sido el Lullaby, un dispositivo que proporciona calor directo a la cuna del bebé y que se usa para ayudar a los recién nacidos a adaptarse a la temperatura ambiente.

Lullaby fue destinado a los mercados rurales de la India e Indonesia, pero se ha vendido en muchos otros países”, explica el director de General Electric Healthymagination, Denise Kruzikas. En los primeros 12 meses de su lanzamiento se vendieron cerca de 1.500 unidades, la mitad en zonas pequeñas y pueblos rurales de la India.

Los estudiantes de ingeniería biomédica y los profesores de la Universidad de Rice, en Texas (Estados Unidos), se han unido a los médicos de la Universidad de Malawi y del Hospital Infantil de Texas para elaborar una burbuja de presión de aire de bajo coste que ayuda a los bebés a respirar, sobre todo en el caso de los prematuros.

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