“Cuando la actividad física es vigorosa, puede conllevar un riesgo especial para los niños que no presentan síntomas de enfermedades cardiacas, llegando incluso a provocar la muerte súbita. Esta posibilidad se multiplica por tres en los jóvenes deportistas que realizan competición”. Son palabras de Alejandro Rodríguez, cardiólogo de la Unidad de Cardiopatías Congénitas del Hospital HM Montepríncipe (Madrid). Un hospital desde el que se ha puesto en marcha una Consulta de Prevención Cardiovascular del Joven Deportista, en la que participan un equipo de cardiólogos pediátricos.
El Dr. Rodríguez señala que, además de llevar a cabo un reconocimiento antes de empezar a desarrollar una actividad deportiva, también debe realizarse un seguimiento de los corazones de los jóvenes deportistas “que no han alcanzado su pleno desarrollo y están expuestos a entrenamientos que superan los 45 minutos diarios de 3 a 5 días a la semana”. Ambos reconocimientos podrían descartar más del 90 por ciento de los casos de muerte súbita en jóvenes deportistas.
Además, el especialista añade que un niño no debe dejar de hacer deporte para siempre aunque tenga una enfermedad cardiovascular, aunque sí debe realizarse un seguimiento adecuado de su estado de salud y debe seguir una serie de recomendaciones que le permitan minimizar el riesgo.