En el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, la tarde del 6 de febrero de 1979, se realizó el primer trasplante. Fue un injerto renal y lo recibió Miguel Berni, un enfermo renal. La incorporación de los programas ha sido progresiva, fundamentalmente en la década de los 80, hasta hoy.
Actualmente, Carlos Robles Arista, coordinador de trasplantes del centro sanitario, afirma que el principal objetivo del trabajo pasa por «convertir el temor de aquellos que se encuentran en lista de espera en esperanza», para lo cual, agrega que «debemos respetar siempre el dolor que vive la familia del posible donante, intentando transmitir la ilusión y las ganas de vivir de quienes aguardan un nuevo órgano».
En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) es donde se detectan las posibles donaciones y se atienden a aquellos pacientes que se encuentran en una situación de extrema gravedad. La función principal del profesional sanitario es el trabajo diario con el paciente grave, así como la solicitud de órganos a la familia.
España está a la cabeza mundial respecto a donaciones de órganos y tejidos, siendo Andalucí la que ocupa un lugar de privilegio en este sentido, despuntando el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba por encima del resto.
Concrétamente, en 2013, la tasa de donantes por millón de población en Córdoba se situó en 52,3, por encima de la media andaluza (35,2) y la nacional (35,1).
Este hospital es uno de los pocos centros del país acreditados para la realización de todo tipo de trasplantes de órganos y tejidos en niños y adultos. Tras su inauguración, comenzaron a llegar al centro profesionales de reconocido prestigio que impulsaron los primeros trasplantes, con técnicas y procedimientos que no se habían llevado a cabo en otro hospital.