"El profesional agredido no debe pelear con su agresor, sino contrarrestar el ataque y poder escapar"

Miércoles, 31 de mayo de 2017

por diariodicen.es

El Sindicato de Enfermería (SATSE), en colaboración con la Policía Local de Salamanca, ha organizado un curso de defensa personal para profesionales enfermeros, fisioterapeutas y matronas de la provincia castellanoleonesa. Y a pesar de las múltiples campañas en contra y de la reforma legal que se ha llevado a cabo, las agresiones a estos trabajadores se han seguido produciendo.

Este curso otorga a los sanitarios los recursos necesarios para proteger su integridad en su entorno laboral, y con este objetivo, ha sido llevado a cabo. 

Entrevistamos a Óscar García Berrocal, delegado de SATSE Salamanca y responsable de formación.

Pregunta: ¿Cómo surgió el proyecto de ofrecer cursos de defensa personal para profesionales sanitarios?

Respuesta: El proyecto surge en SATSE Salamanca ante el aumento de notificaciones recibidas en nuestro sindicato, a través del protocolo de agresiones existente en Sanidad de Castilla y León (SACYL), de agresiones verbales y psicológicas en centros sanitarios al personal de Enfermería, así como al aumento de agresiones físicas en servicios como el de urgencias en el Hospital Clínico de Salamanca.

A pesar de nuestras peticiones, la Administración ha demostrado una falta de interés importante en tomar medidas ante esta situación, lo que nos hizo plantearnos concienciar y entrenar a nuestros profesionales en aquellos casos en que se vean amenazados en su lugar de trabajo.

P.: ¿Qué objetivos se plantea alcanzar?

R.: Independientemente de que seguimos trabajando para que la Administración reconozca y tome medidas urgentes ante las agresiones, los objetivos se resumen en tres puntos, que son detectar situaciones de riesgo ante potenciales agresores, manejo de la situación para evitar que se llegue a la agresión y, en último lugar, que nuestros profesionales conozcan aquellas técnicas necesarias para zafarse en caso de recibir una agresión física y de esta manera abandonar la zona de conflicto.

El profesional agredido no debe pelear con su agresor, sino contrarrestar el ataque y poder escapar.

P.: ¿Qué acogida han tenido?

R.: La acogida ha sido espectacular. El número de alumnos ha sido de 60, superando nuestras expectativas hasta el punto de que hay profesionales que se han quedado fuera del curso. Nos satisface enormemente dicha acogida y ya estamos planteando la realización de una segunda edición después de este verano.

P.: ¿Tienen pensado, en función del éxito de este, realizar algún proyecto similar en el futuro?

R.: Sí, sin duda continuaremos con este tipo de formación.

P.: En los últimos años, a pesar de campañas de concienciación y la reforma del Código Penal, que ahora considera las agresiones como atentado contra la autoridad, las noticias sobre ataques a sanitarios están proliferando, ¿a qué creen que se debe este hecho?

R.: Es evidente que la mala gestión, por parte de Consejería y Gerentes, ha llevado, en estos años, a un aumento de listas de espera, servicios saturados, cierres y mala gestión del personal de Enfermería. Estamos convencidos de que trabajar en esta situación repercute de forma gravísima en la calidad asistencial y ello es lo que provoca este tipo de situaciones por parte de los usuarios. Todo ello con un único objetivo: ahorrar de forma indiscriminada a pesar de las consecuencias nefastas sobre esta calidad.

P.: ¿Cómo se puede mejorar la concienciación de la sociedad contra estas agresiones, teniendo en cuenta que, según sus propios datos, 8 de cada 10 enfermeros han sufrido una, ya sea física o verbal?

R.: La concienciación de los usuarios debe realizarse desde la información y la educación. Campañas acercando la Enfermería a los pacientes y familiares, haciéndolos participes del sistema, sobre todo haciéndolos conscientes de las verdaderas necesidades de personal y de gestores preparados para evitar estos problemas, y finalmente dando a conocer la necesidad de tener un sistema sanitario público y sostenible.

P.: ¿Qué otras medidas, por parte de las instituciones y colectivos sanitarios, se deberían tomar para evitar estas agresiones?

R.: Aumento de plantillas de enfermería, gestión adecuada de recursos humanos y materiales y adecuada organización de servicios en lo referido a prevención. Por supuesto, implantación de medidas de seguridad adecuadas en todos los servicios, lo cual incluye espacios definidos y no “ratoneras” sin escape para los profesionales de Enfermería, botones antipánico, aumento de vigilantes de seguridad y actualización de los protocolos de agresión, unidos a un endurecimiento aún mayor de las penas contra los agresores.

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