“En las etapas más difíciles de mi vida he tenido la suerte de estar rodeada de esos ángeles en la tierra que son los equipos sanitarios, especialmente enfermeras”

Miércoles, 4 de noviembre de 2015

por diariodicen.es

Irene_VillaLa RAE define “límite” como la línea real o imaginaria que separa dos terrenos. En 1991 un atentado terrorista marcó una línea en la vida de Irene Villa, una línea que, sin embargo, nunca limitó su espíritu de lucha, de superación y sus ganas de vivir. Para Irene “las cicatrices son más bien condecoraciones, porque seguimos aquí, que no es poco”.  Hablamos con ella de su nuevo libro Como el sol para las flores, de sus recuerdos del personal enfermero que la cuidó y acompañó durante tantos años y del sentido de la vida, una vida que “nunca es demasiado tarde para empezar a exprimirla y sacarle el mejor jugo”. Si ella lo dice, así será.

Pregunta. Licenciada en Comunicación Audiovisual, Humanidades y Psicología. Conferenciante, periodista de opinión y colaboradora en distintos medios de comunicación. Integrante del primer equipo del mundo de Esquí Adaptado… Si leemos su biografía podemos decir que es usted un torbellino de vitalidad. Pero, ¿Irene tiene más de “superwoman” o de “superviviente”?

Respuesta. Pues justo creo que ser superviviente ciertamente te da superpoderes, ya que tienes que enfrentarte a una situación más difícil, con la que no contabas, y no te queda otra opción que sacar la artillería pesada. Uno no sabe lo fuerte que es hasta que ser fuerte es tu única opción. Creo que todos tenemos un magnífico potencial humano, pero que si la vida no te exige hacer uso de él, no sabemos ni que lo tenemos. Por eso hay que agradecerlo todo, hasta las barreras y las adversidades.
 
P. Recientemente dijo que “quien ríe más, soporta mejor el dolor”. La mejor manera de vivir es viviendo… ¿Qué es para usted la vida?

R. La oportunidad de contagiar buenos sentimientos a quienes nos rodean y energía positiva allá por donde pasemos. Es demasiado bonita como para desperdiciarla odiando, siendo egoístas, quejándonos… Es un camino, a veces una lucha, que nunca acaba, y en ella estamos para crecer, comprometernos, esforzarnos, ayudar… Nunca es demasiado tarde para empezar a exprimirla y sacarle el mejor jugo, dejando atrás todo lo negativo. La vida está delante, para atrás… ¡ni para coger impulso!

P. Ejemplo de superación, mujer inefable… En su última novela Como el sol para las flores dice que: “Lo importante no es lo que hemos perdido sino lo que podemos conseguir”. Con su experiencia, ¿qué podría decir a las personas que actualmente están pasando por situaciones complicadas? ¿Qué mensaje nos quiere transmitir a través del libro?

R. Que nunca es tarde para tener una infancia feliz. Que siempre estamos a tiempo de reconducir nuestras vidas, especialmente gracias al amor y, a veces, la solidaridad de las personas. En este libro hay historias de menores muy duras, pero todos salen adelante con apoyo de quienes trabajan por la infancia más desprotegida. Hay muchos mensajes. Casi en cada conversación podemos sacar un aprendizaje, por ello quiero que lo lea todo el mundo, para sumar más personas felices y transmitir herramientas que nos ayuden a vivir de forma más sana y productiva.

P. A lo largo de su vida la figura del profesional enfermero ha estado muy presente, ¿qué papel tiene para usted dentro del proceso de curación? ¿Recuerda a algunas de las enfermeras o matronas que estuvieron a su lado?

R. Por supuesto, podría decir que en las etapas más difíciles de mi vida he tenido la suerte de estar rodeada de esos ángeles en la tierra que son los equipos sanitarios, especialmente enfermeras, cuyas caras e incluso nombres jamás olvidaré, pese a haber estado en mi primer paso por el hospital casi 24 años. Su papel es fundamental y la vocación se muestra en su cariño. Este trato que se agradece especialmente cuando estás en medio de un duro trance y que resulta vital; por ello siempre estaremos en deuda con esos ángeles que nos ayudan a sobrellevar el dolor.

P. Dicen que las cicatrices son heridas de guerra que la vida te ha ido poniendo en la solapa a modo de medallas. También dicen que las heridas del alma son las más complicadas de sanar, ¿dónde debemos buscar esa sonrisa que nos alivie el dolor?

R. En nuestro interior, ese que no se amilana y que demuestra que el espíritu humano es inquebrantable. También creo que las cicatrices son más bien condecoraciones, porque seguimos aquí, que no es poco, y sonreír creo que es la mejor forma de superar cualquier operación o situación complicada. Además, cuando sonríes, además de curarte antes, aliviar el dolor, reducir el estrés y contagiar felicidad, estoy convencida de que la vida, también te sonríe.

PÍLDORAS

¿Con qué palabras definiría la labor enfermera?
Entrega, compasión, generosidad.

¿Qué no falta en tu botiquín?
VariHesive® (para las rozaduras que me hacen los encajes de las piernas).

¿Ejercicio: en un gimnasio o al aire libre?
Ambos, pero prefiero bici o esquiar.

¿De qué alimento no podría prescindir?
Fideos transparentes. Adoro la comida japonesa.

Si las flores necesitan su sol, ¿quién es el sol para Irene?
Sin duda mi madre. Ahora trato de transmitir al mundo lo que ella me ha dado.

 

autocuidados, cuidados, enfermeras, Irene Villa, Literatura

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