Desde pequeña, Sandra Bellver Fructuoso ha estado vinculada al deporte. Comenzó con el tenis, y ello le despertó la ambición y la ilusión por la competición. Tras nueve años de enfermera, la mayor parte en el área de semicríticos, decide dedicarse plenamente a su pasión: el pádel. Gracias al apoyo que recibió por parte de sus compañeros en el Hospital de Bellvitge (Barcelona) pudo compatibilizar ambas profesiones; ahora Sandra da un paso al frente y decide apostarlo todo por el deporte.
Pregunta.- ¿Cuándo supiste que quería ser enfermera?
Respuesta.- Supe que quería ser enfermera cuando estuve ingresada con 17-18 años. Vi cómo era el trabajo de enfermera hospitalaria y desde ese momento supe que ese trabajo podía encajar conmigo. También tuve otro contacto con el mundo sanitario, pero esa vez en Atención Primaria, y pasé mucho tiempo con mi enfermera referente cuando me realizaba las curas, con lo que tuve mucho feedback con ella y me gustaba tanto su trabajo como su trato hacia mí. Pude ver dos caras de la Enfermería y las dos me gustaron.
P.- ¿Cómo terminó en cirugía?
R.- Al inicio de mi entrada en el mundo laboral estuve vagando por todo el hospital, pero una vez caí en el área de semicríticos de Círugia General y Digestiva, ya no volví a salir de ahí. Me gustó el equipo de trabajo, el tipo de paciente, la complejidad y la variedad de técnicas y situaciones que se vivían en esa planta. Por suerte encajé y la supervisora también me quiso con ellos, así que en seguida tuve estabilidad laboral y pude aprender mucho en ese ámbito.
P.- ¿Cuál es la parte más dura de la Enfermería?
R.- El trabajo sanitario en general es duro de por sí. Al final no tenemos que olvidar que batallamos cada día ante situaciones que no son agradables y muchas veces complejas tanto para el personal como para el paciente y la familia. Cuando el proceso es favorable y el paciente mejora es muy satisfactorio, pero cuando sucede lo contrario o los pacientes pasan mucho tiempo ingresados y se estancan te causa mucho malestar y normalmente te lo llevas a casa, o por lo menos yo me lo llevaba todo a casa y a la pista.
Cuando el desenlace es la muerte, o cuando hay que dar una mala noticia y empatizas tanto con la familia como con el paciente, eres un punto de apoyo muy importante para todos. El sanitario se encuentra a diario con muchas situaciones, pero la familia solo tiene un familiar y es único, eso es algo que no debemos olvidar como profesionales de la salud. Por otro lado, también podría mencionar la presión asistencial y la carga de trabajo a la que está sometido muchas veces el personal sanitario, que hace que a veces sea difícil poder con todo o prestar la atención necesaria a todos los pacientes o incluso terminar toda la faena.
P.- ¿En qué unidades ha trabajado como enfermera? ¿En cuál es en la que más ha disfrutado?
R.- He trabajado sobre todo en semicríticos de CGD. Antes de caer ahí con plaza fija estuve en semicríticos de Neurología, Medicina interna, Urgencias, Cirugía torácica y pneumología. Estudié el máster de Urgencias y emergencias extrahospitalarias y el de Anestesia y Reanimación, curas posquirúrgicas y terapia del dolor. Por lo tanto, estuve un tiempo en quirófano como enfermera anestesista y esa fue la mejor etapa de mi carrera profesional, me gustó mucho, pero por tema de horarios no podía compatibilizarlo con el deporte, así que no cogí esa plaza.
P.- Además de enfermera, es jugadora profesional de pádel. ¿Qué empezó primero: la Enfermería o el pádel? ¿Es difícil compaginar ambas profesiones?
R.- Primero fue la Enfermería y al cabo de mucho tiempo apareció el pádel y la profesionalización de este deporte en mi vida. Mi etapa como enfermera ha sido de nueve años en el mundo laboral y mi etapa como jugadora profesional de pádel es de tres/cuatro años. Ha sido muy difícil compaginar estas dos vidas, pero tengo que hacer una mención especial al Hospital de Bellvitge porque siempre me han facilitado todo lo máximo posible hasta que llegó el momento en que no pude compatibilizarlo más. Fue a mediados de marzo de 2022 cuando tome la decisión de dejar por completo mi profesión y apostar por dedicarme profesionalmente al pádel. Hasta este momento no podía priorizar este deporte porque no tenía horas al día para dedicarme al completo, pero ahora en 2023 el objetivo es convertirme en jugadora profesional. Cuando compatibilizas dos mundos totalmente distintos llega un momento en el que tienes que decidir si realmente quieres aspirar a algo más grande.
P.- ¿Cómo comenzó su carrera en el deporte?
R.- Mi carrera en el deporte comenzó desde que yo era pequeña. Con 5 años me inicié en el tenis y desde entonces no me he desvinculado nunca del mismo. No concibo mi vida sin practicar un deporte en el que pueda competir. Desde que me inicié ya tenía avisos de esa ambición, ilusión y competitividad que me iba a perseguir durante el resto de mi vida.
P.- ¿Cómo es un día laboral?
R.- Un día laboral para mí consiste en trabajar de 8 a 15 h en el hospital, entrenar a las 16 h a pádel y a continuación el físico. El día que no trabajaba en el hospital trabajaba dando clases, pero los entrenamientos podía iniciarlos por la mañana. Como he dicho antes, el hospital era muy flexible con mis horarios con lo que es difícil establecer un día tipo porque cada semana mi horario era distinto (cosa que no recomiendo a nadie porque te vuelves loco).
P.- De acuerdo con su experiencia, ¿qué le ha aportado el deporte a la hora de ejercer la Enfermería? ¿Y cómo ha influido la formación y la práctica como enfermera en su carrera en el pádel?
R.- El deporte me ha aportado bienestar, ambición, energía, optimismo e ilusión. Podría decir que me ha dado el oxígeno necesario para sobrellevar muchas situaciones complicadas y me ha aportado una vía de escape a la vez que una ilusión. Por otro lado, la Enfermería me ha aportado en el deporte madurez, capacidad de superación, constancia y trabajo para conseguir mis resultados y ha sostenido mi economía, que sin ella no podría haber ocupado todos los gastos que me suponía el pádel. También tengo que destacar que mis vivencias como enfermera me permiten valorar todo lo que me rodea y la suerte que tengo de poder ser feliz llevando a cabo mi sueño.
P.- ¿Se relacionan de alguna manera estas dos disciplinas?
R.- En cierta manera son dos mundos completamente distintos, pero para mí todo siempre tiene relación, depende del significado que uno da a las cosas. Ejercitar la mente es algo muy importante en el deporte al igual que sobreponerte a situaciones complejas y bajo presión, ser constante y profesional, trabajar de manera humilde y saber trabajar en equipo, confiar en los demás y hacer que los demás confíen en ti, tener ambición por mejorar y trabajar para ello día a día, valorar el trabajo de los demás, ser empático, tener ilusión por aprender y saber que siempre se puede ser mejor, etc. Creo que hay muchos aspectos del trabajo y valores que son muy parecidos en ambas disciplinas.
P.- ¿Ha tenido que intervenir alguna situación derivada del deporte, como lesiones en su trabajo como enfermera?
R:- Como toda profesión ambas disciplinas tienen sus riesgos. En el caso del deporte, por suerte, he tenido lesiones pequeñas que me han tenido que apartar del trabajo como mucho un mes. Pero este no ha supuesto el mayor de los problemas, ha sido más complicado combinar los dos mundos manteniendo el equilibrio entre el correcto rendimiento, la dedicación que es necesaria realmente para cumplir mis metas y mantener una buena salud mental evitando ansiedades o nerviosismo por no llegar a todo.
