Comer bien en la cafetería de un hospital suele resultar algo complicado. A menudo encontramos un menú más bien insípido o precocinado o unos bocadillos fríos. No tenemos mucha variedad.
Sin embargo, comer comida de calidad y rica es posible en el restaurante del hospital Delfos de Barcelona.
El restaurante de este centro de salud barcelonés, llamado Papila, es una idea innovadora de Carmen Martí, con formación en hostelería y su hermana Alejandra, abogada.
El restaurante rompe los esquemas de las cafeterías de hospital. Empezó a llevarse a cabo cuando, en marzo de 2016, la persona que llevaba el comedor del Hospital Delfos se retiró y les ofrecieron gestionar el espacio. “Ahí es cuando decidimos ir al contrario del mundo y preparar nosotros mismos no solo el menú, sino también las tortillas de patata y cebolla o los bocadillos que ofrecemos durante todo el día, además de varios de los postres”, cuenta Carmen, la cara más visible del proyecto y la jefa de sala.
Dentro de sus particularidades, el restaurante cuenta con una zona take away en el que entre las ocho de la mañana y las diez de la noche se puede disfrutar de sus sándwiches, bocadillos e incluso de su deliciosa tarta casera.
Respecto al precio, no es para nada más caro que si fuéramos a comer a un restaurante fuera del hospital. El menú cuesta 10,50 euros con algunos extras opcionales: tres euros por una dorada fresca o un entrecot y un pincho de tortilla casera cuesta cuatro euros, siendo los platos seleccionados por ellas. “El menú está diseñado en función de los productos de temporada, y pensando en todo el posible espectro de gustos. También nos parecía importante diferenciar la comida de los pacientes de la de los familiares, que no están enfermos. Convertir el momento de la comida en una experiencia tranquila y de la que puedas disfrutar, a la que te apetezca traer un acompañante para charlar y tener un momento agradable“, comenta una de sus creadoras.
