Hipertensión arterial enmascarada en el ámbito hospitalario

Jueves, 28 de noviembre de 2013

por diariodicen.es

Una de cada cuatro personas que trabaja en atención hospitalaria sufre hipertensión arterial enmascarada (HTAE), en su mayor parte hombres, según desvela el estudio ESTHEN llevado a cabo por el Grupo de Trabajo de la HTAE, de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA).

La gravedad e importancia clínica de esta patología se debe a su dificultad de diagnóstico, ya que las cifras elevadas de presión arterial se encuentran “enmascaradas” durante la toma rutinaria de presión arterial en consulta.
Este dato se demuestra a través del trabajo que se ha realizado entre 500 profesionales sanitarios (médicos, enfermeros, auxiliares, administrativos, etc.) con niveles normales de tensión arterial, de los cuales el 28% era hipertenso durante algún momento de su jornada laboral.

“El hecho de que este trastorno sea más común en población normotensa, con cierta tendencia a la pre-hipertensión”, señala el doctor Javier Sobrino, uno de los autores del estudio, “ha impulsado la realización de este estudio entre el personal del hospital, ya que desde las Unidades de Hipertensión Arterial y desde la asistencia más hospitalaria es difícil llegar a la población normotensa”.

En opinión del doctor Ernest Vinyoles, otro de los autores de la investigación y miembro de la Junta Directiva de la SEH-LELHA, “existen ciertas profesiones en las que la alta carga tensional y de presión mantenidas en el tiempo hacen que se incremente el riesgo vascular asociado a la hipertensión arterial. Por lo tanto, establecer medidas de prevención en estos pacientes que sólo tienen elevada su presión en horas de trabajo, puede ayudar a reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares a largo plazo”.

“Más allá del factor estrés, lo que sí está claro es que la hipertensión enmascarada incrementa el riesgo cardiovascular y el daño de los órganos diana”, añade este experto. Asimismo, los expertos coinciden en que, con el paso de los años, los hipertensos enmascarados acaban siendo hipertensos convencionales, es decir, que presentan cifras iguales o superiores a 140/90 mmHg en la consulta.

Una de las pruebas especialmente indicadas para el diagnóstico correcto de los hipertensos enmasacarados es la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA). A diferencia de otras técnicas de medición, esta prueba registra los valores de tensión del paciente en diferentes circunstancias y durante todo el día, incluso durante las horas de sueño. “La evidencia científica acumulada en los últimos años indica que la toma de la presión arterial en la consulta médica es insuficiente para diagnosticar y tratar correctamente a estos pacientes”, explica el doctor Sobrino.

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