La ética del cuidado en salud mental es un manual que recoge los aspectos de la ética aplicada a la práctica de Enfermería de Salud Mental cuyos autores son Francisco Megías-Lizancos y Carlos Aguilera Serrano. Hablamos con Megías-Lizancos, Profesor Doctor Honorífico Prácticum en el Departamento de Enfermería de la Universidad de Alcalá (Madrid), Académico de Honor en la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia y Presidente de la AEESME.
Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de un nuevo libro? ¿Por qué “ética del cuidado en salud mental?
Respuesta. La Asociación Española de Enfermería de Salud Mental, desde hace cerca de 40 años, viene produciendo distintos materiales de apoyo al trabajo diario de las enfermeras que desarrollan su actividad en el ámbito de la Salud Mental. Esta obra surge con la intención de ofrecer reflexiones que den respuesta a distintas situaciones que surgen, o que lo requieren, en el ámbito de la ética aplicada en los cuidados con personas con problemas de Salud Mental y sus familias.
P. ¿Va dirigido a un público específico? ¿Qué se va a encontrar el lector?
R. El libro puede ser fuente de consulta y de estudio para los profesionales del ámbito sociosanitario en general, ya que aporta distintos puntos de vista que, en situaciones concretas ante un problema relacionado con la ética profesional, pueden ser de gran utilidad. Si bien es cierto que son los profesionales que trabajan más directamente en el campo de la Salud Mental a los que les puede ser más útil por la frecuencia con la que se enfrentan a problemas de esta competencia.
P. ¿Qué importancia tiene la salud mental de los profesionales sanitarios?
R. Como todos sabemos, la Salud Mental de los profesionales sanitarios en estos momentos es frágil, ya que la pandemia del COVID-19 ha hecho mella en los mismos. Estamos observando situaciones de estrés y ansiedad que repercuten en síntomas como el insomnio, cefaleas, desgana ante las actividades de la vida diaria, etc., lo que conlleva una carga de sufrimiento añadido a la responsabilidad del trabajo diario. Ante esta situación, hay que decir que la importancia de la Salud Mental de los profesionales sanitarios es de primer orden, porque sobre ellos recae la responsabilidad de la atención y cuidados a la población.
Sabemos que los profesionales están haciendo un gran sobresfuerzo para evitar el absentismo y ser diligentes con el compromiso de su juramento profesional, y aquí tenemos que señalar que el deber de los gestores es atender a la población sanitaria en centros y servicios, facilitando todo lo posible las cuestiones relacionadas con flexibilidad de horarios, cambios de puesto de trabajo y espacios de diálogo que faciliten el apoyo y la ayuda mutua.
P. En el libro se trata la importancia de la ética en la salud mental. ¿Qué derechos han sido los más mermados en la asistencia psiquiátrica y la salud mental?
R. La asociación que presido se viene enorgulleciendo de que se reconozca cada vez más que no hay salud sin salud mental y aprecia las diferentes iniciativas que los profesionales sanitarios, y muy particularmente, las enfermeras especialistas en Salud Mental vienen aportando para promover todos los elementos de la Salud Mental global: la promoción, la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y la recuperación.
Es importante recordar que España demostró su compromiso con las personas con discapacidad ratificando la Convención Internacional sobre los derechos de las Personas con Discapacidad en el año 2008, momento en que pasó a formar parte del ordenamiento jurídico del país. Sin embargo, no ha sido sino hasta mayo del año 2021, por ejemplo, cuando se ha aprobado la reforma del artículo 49 de la Constitución Española, eliminando del texto el término peyorativo de «disminuidos» o cuando se ha aprobado la ley «por la que se reforma la ley civil y procesal para el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica».
Con esto, venimos también a hacer hincapié en que, a pesar de las tendencias prometedoras y la ejemplar predisposición de muchos agentes sociales implicados, sigue habiendo una inacción respecto del statu quo para hacer frente a las violaciones de los derechos humanos en los sistemas de atención de la Salud Mental. Este mantenimiento de formas de actuar refuerza un círculo de discriminación, desempoderamiento, coerción, exclusión social e injusticia.
P. Uno de los capítulos abarca la transgresión de los límites profesionales. ¿Cuáles son las prácticas coercitivas más habituales? ¿Cuáles son los dilemas éticos que se pueden encontrar las enfermeras ante estas prácticas?
R. Con el capítulo Transgresión de los límites profesionales se ha pretendido abordar ya no sólo determinadas actuaciones profesionales amparadas bajo un modelo biomedicalizado, reduccionista y simplista, que reproduce prácticas manicomiales que pueden conllevar situaciones de maltrato, distrato, violencia y sufrimiento, incluso en el más estricto ámbito comunitario, y que podemos aglutinar en dos niveles: la macrocoerción y la microcoerción y coerción percibida. Sino que también, ha sido objeto del mismo el poner en relieve nuevos malestares psíquicos y sus formas de expresión actual, resulta del nuevo desenvolvimiento de la sociedad en que vivimos, tales como la prostitución, la violencia de género, las personas detenidas y presas o las personas migrantes y refugiadas, entre otras situaciones.
Los profesionales sociosanitarios, donde se incluyen las enfermeras especialistas en Salud Mental, deben ser conocedoras del carácter limitado que hoy tienen los derechos, siendo esto una evidencia que no admite contestación alguna, cuestión que requiere además el poner el énfasis en la exigencia moral de brindar las oportunidades o garantías necesarias para que las personas desarrollen plenamente sus capacidades, lo cual, en muchos casos, es sinónimo de compensar las diferencias existentes entre los individuos, debidas a la lotería de la vida. De aquí la importancia de la protección de los derechos, así como la provisión de garantías legales para asegurar la calidad de vida de las personas y grupos.
