Hoy se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis, una fecha que fue instituida por la OMS en el año 2008 con el objetivo de concienciar sobre esta enfermedad y redoblar los esfuerzos por luchar contra esta patología que afecta a 400 millones de personas en el mundo. A día de hoy, la hepatitis vírica es una de las mayores amenazas a la salud a nivel mundial. Para conocer más sobre esta patología entrevistamos a la Dra. Teresa Casanovas, hepatóloga y actual Presidenta de la Asociación Catalana de Enfermos de Hepatitis (ASSCAT).
Pregunta. ¿Cuáles son las causas y tipos de hepatitis más frecuentes?
Respuesta. Las hepatitis agrupan enfermedades hepáticas caracterizadas por una inflamación del tejido hepático, que se traduce en la analítica por un aumento de transaminasas. Las más frecuentes son de causa vírica. Dentro de estas, las hepatitis por virus A, B, C, D, y E.
Las hepatitis por virus B y C son las que tienen mayor repercusión a nivel clínico y a nivel de la salud pública puesto que pueden llegar a causar cirrosis, cáncer del hígado y complicaciones graves.
P. ¿Cómo se contraen los distintos tipos de hepatitis? ¿Qué patologías pueden ir asociadas?
R. Las hepatitis B y C comparten las vías de transmisión. Se contraen a través de la sangre, de madre a hijo en el embarazo-parto y por relaciones sexuales.
La hepatitis B se puede prevenir por una vacuna muy eficaz. La mayoría de países han introducido la vacuna anti VBH en el programa de los recién nacidos. Además en el seguimiento a las embarazadas si se detecta que son portadoras del VBH pueden recibir tratamiento antiviral y al recién nacido, además de la vacuna, se le administran gamma globulinas que le protegen frente al VBH, y no desarrollará la enfermedad.
No existe vacuna preventiva frente al VHC, por lo que es fundamental y urgente que todas las personas sepan si tienen el virus C para evitar la transmisión a los contactos.
La transmisión de la hepatitis de una persona a otra se puede manifestar como una hepatitis aguda, que suele pasar asintomática o leve como una gripe, en un escaso porcentaje se presenta con síntomas como ictericia, vómitos, dolores, etc., y se requiere asistencia médica.
Si la hepatitis no se ha resuelto a los seis meses se considera que es crónica. Las hepatitis crónicas pueden progresar con los años a cirrosis y a posible hepatocarcinoma.
Tanto la hepatitis B como la C, comparten esta historia natural. Cuando se diagnostica la hepatitis en fase de cirrosis, esta puede permanecer compensada o presentar descompensación y el paciente podría precisar un trasplante de hígado.
Actualmente disponemos de tratamientos que para la hepatitis C son curativos tras unas semanas (8, 12 o 24) de administración, lo cual significa que el virus desaparece del organismo de la persona y esta ya no puede transmitir la hepatitis.
En el caso de la hepatitis B, los tratamientos permiten estabilizar la patología, pero actualmente aún no se consigue su eliminación del organismo. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es similar y por ello el tratamiento debe ser continuado crónicamente para mantener el virus controlado.
P. Desde ASSCAT, ¿cuáles son sus objetivos principales?
R. ASSCAT, Asociación Catalana de Pacientes de Hepatitis, se fundó hace 16 años y desde siempre sus objetivos son los de acompañar, ayudar e informar a los pacientes y a sus familiares. También a través de documentos informar a la ciudadanía y poner al día las innovaciones que se van produciendo en este campo. Otra labor relacionada con las anteriores es el activismo para movilizar las autoridades sanitarias a desarrollar programas de información para diagnóstico, prevención, tratamiento y seguimiento de las hepatitis.
Desde siempre la filosofía y el centro de las acciones de ASSCAT es la persona afectada o la persona que puede tener dudas sobre determinadas situaciones.
P. ¿Qué servicios prestan a los pacientes que sufren esta enfermedad?
R. Se realiza un servicio de información telefónica personalizado o vía e-mail. Se mantiene una página web de información, se realizan campañas informativas y de concienciación de la patología, puesto que las hepatitis crónicas son enfermedades asintomáticas hasta fases avanzadas.
P. ¿Cómo se puede prevenir esta patología?
R. En relación con la hepatitis B ya se ha comentado el rol fundamental de la vacunación al nacer que ha sido clave para disminuir la prevalencia de cirrosis y tumores en países como Taiwan y en algunas regiones de China. Asimismo el control de las mujeres embarazadas y los avances en el diagnóstico y tratamiento.
En cuanto a la hepatitis C, el primer paso sería el diagnóstico a todas las personas que han estado en contacto con el virus y que son portadoras de anticuerpos anti VHC. De estas personas el 75% aproximadamente, tienen virus activo en su sangre y pueden transmitir la hepatitis a sus contactos, familiares, amigos, etc., a través de relaciones sexuales y contacto con sangre.
El VHC se descubrió en 1989, y desde 1990 las transfusiones son seguras, pero las personas que recibieron sangre o derivados, por ejemplo personas hemofílicas, antes de 1990 deberían ser controladas o por ejemplo hijos de madres portadoras, por el riesgo de transmisión materno-fetal.
Además el diagnóstico de todas las personas que no se conocen portadoras del virus es urgente pues deberían ser atendidos por el sistema de salud. Su vinculación con el sistema sanitario permitiría poder controlarse, informarse del estado de su enfermedad y recibir tratamiento actual que es curativo.
El hecho de poder tener un tratamiento curativo frente a una enfermedad transmisible y que eventualmente es grave ha cambiado el panorama de la enfermedad por el VHC puesto que de ser una enfermedad individual debe pasar a ser una enfermedad que afecta a la salud pública y para la que se han de tomar medidas preventivas generales. Para ello se han de contar con los recursos de financiación y de personal necesarios.
A quienes ataca con mas fuerza la Hepatitis B?