El pasado jueves, 10 de septiembre, tuvo lugar la celebración del Día Mundial para la prevención del suicidio. En este contexto, desde la Organización mundial de la Salud (OMS) hablan de la importancia de que los distintos países aumenten las medidas de prevención del suicidio. Desde la propia OMS se inició un plan de acción de salud mental 2013-2020 en el que se propone, entre otros temas, reducir las tasas de suicidios en un 10% para 2020.
También subrayan que únicamente 28 países han desarrollado estrategias nacionales para la prevención del suicidio, y que solo 60 cuentan con un registro de calidad acerca del número de suicidios o intentos de suicidio. Las medidas propuestas por la OMS van desde limitar el acceso a los plaguicidas, las armas de fuego y ciertos medicamentos, ya que son los métodos más empleados por las personas que se suicidan, hasta ofrecer información responsable en los medios de comunicación sobre este tema.
Pero las medidas tienen especial importancia en el ámbito de las políticas de la salud donde, señalan desde la OMS, debe favorecerse el diagnóstico precoz y el tratamiento de personas con problemas de salud mental, abuso de sustancias o dolor crónico y fomentar políticas que busquen reducir el consumo de alcohol así como proporcionar una adecuada formación al personal sanitario para que sepa tratar conductas suicidas. También es muy importante para la OSM que pueda hacerse un correcto seguimiento a las personas que han intentado suicidarse.
Desde la organización han destacado que se trata de un problema de salud pública que debe abordarse desde la colaboración de múltiples sectores de la sociedad, incluidos el sanitario, educativo y laboral.
