Un estudio del University College de Londres, en Reino Unido, y publicado en la revista BMC Public Hetalh, ha establecido una posible relación entre los niveles de felicidad de la población más joven, en una horquilla de edad entre los 10 y los 15 años en parámetros como los estudios, la apariencia, la familia y los amigos, con un menor consumo de alcohol.
Para la elaboración de la investigación, Noriko Cable, del Instituto de Epidemiología y Salud del centro académico londinense, utilizó las respuestas a una encuesta que 1.729 adolescentes dieron en dos puntos temporales de su vida. Las preguntas de los estudios demoscópicos estaban orientadas a que los participantes calificaran su felicidad según los aspectos antes expuestos y a averiguar la consideración de los encuestados sobre los efectos dañinos de esta sustancia.
De esta forma, una vez evaluadas las respuestas, los investigadores establecieron cuatro categorías, a saber, no consumidores persistentes, es decir, que en ningún momento del periodo que duró la encuesta habían ingerido alcohol; exconsumidores, los que, en su primera encuesta sí lo hicieron, pero en la segunda no; iniciación, para los que presentaban la situación inversa; y consumidores persistentes, los que declararon el uso de sustancias alcohólicas en ambos momentos.
Una vez recogidas estas consideraciones, los autores del estudio descubrieron que el 70% de los encuestados se encuadraban en la primera categoría, frente al 13% que, mediante sus respuestas, reconocía pertenecer a la última.
Las conclusiones del trabajo revelaron que los no consumidores permanentes obtuvieron puntuaciones más altas en las preguntas sobre la felicidad que los participantes pertenecientes al resto de categorías.