Una investigación encabezada por la Universidad Pompeu Fabra, ubicada en Barcelona, y publicada en la revista Social Neuroscience, ha puesto de manifiesto que las manifestaciones del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se atenúan en situaciones sociales en las que el afectado cuenta con un rol preponderante. 
Para la elaboración de este estudio, los investigadores controlaron, mediante electroencefalogramas, la actividad neuronal de personas que padecían TOC y la de sujetos que no adolecían de este trastorno en diversas circunstancias de carácter social que estuvieran reguladas por rangos de importancia.
De esta forma, los resultados del trabajo revelaron que los afectados por TOC veían suavizados sus síntomas, como los pensamientos obsesivos, los comportamientos repetitivos, la preocupación por los errores o las altas expectativas de evaluación de otras personas, cuando cuentan con una posición jerárquica dominante, ya que estos sujetos mostraban una actividad cerebral equivalente a la de las personas que no lo padecían.
En este sentido, Hernando Santamaría, autor principal de esta investigación, ha declarado, según lo expuesto en un comunicado del mismo centro universitario barcelonés, que las conclusiones de su trabajo ponen de manifiesto que los afectados por el trastorno obsesivo-compulsivo son especialmente sensibles a los contextos sociales, lo que puede deberse a la mayor carga emocional que se relaciona con los escenarios de jerarquía que se planteaban en el estudio.
Este trabajo ha supuesto una aproximación a la clarificación de la relación del entorno social y las manifestaciones relacionadas con el TOC, facilitando la aparición de otras investigaciones basadas en la aplicación de simulaciones de dichos escenarios en el tratamiento terapéutico de este trastorno.
