“El sistema sanitario tiene que reorientarse para ser sostenible y para atender las demandas que la sociedad tiene”

Jueves, 5 de octubre de 2023

por Silvia López Criado

Especialista en Enfermería Pediátrica, con experiencia asistencial tanto en la sanidad pública como privada y en el ámbito sociosanitario, Laura Villaseñor, hasta ahora secretaria general de Organización del Sindicato de Enfermería (SATSE), ha sido elegida por unanimidad el pasado mes de junio como nueva presidenta de la organización sindical. Hablamos con ella sobre la hoja de ruta que marcará su mandato.

Laura Villaseñor nos cuenta qué cambios necesita el sistema sanitario
Laura Villaseñor

Pregunta.- ¿Qué prioridades tiene como nueva presidenta de la organización sindical?

Respuesta.- Atender y dar respuesta a las necesidades, los problemas y las realidades de la profesión ha sido y seguirá siendo nuestra prioridad como organización, pero es cierto que en esta nueva etapa queremos reforzar e impulsar aspectos que consideramos imprescindibles para que esa respuesta sea adecuada y coherente a las necesidades percibidas por los y las profesionales, y para ello es imprescindible la escucha, la participación y, fundamentalmente, la cohesión de todo nuestro colectivo.

Para ello, iniciamos ya antes del periodo estival una ronda de contactos, que continuamos ahora, con las principales organizaciones implicadas con la enfermería, la fisioterapia y la sanidad en general, para intentar fortalecer esos intereses que compartimos, fortalecer las alianzas y avanzar de manera conjunta en todas las metas que nos propongamos.

P.- ¿Cuáles son los principales objetivos que se plantea para el desarrollo de nuevas iniciativas y estrategias del SATSE?

R.- Nuestros principales objetivos siempre van a perseguir el desarrollo de la profesión, y por eso, apostamos por nuevas competencias y nuevos espacios para las enfermeras. Llevamos tiempo escuchando a todos los partidos políticos, sin excepción, la necesidad de un cambio de modelo sanitario. Algo que desde SATSE llevamos advirtiendo desde hace años.

El sistema sanitario tiene que reorientarse para ser sostenible y para atender las demandas que la sociedad tiene actualmente, enfocándose en la promoción de la salud y en la prevención, más que a la curación, aunque por supuesto, esta no puede abandonarse. Y el espacio de la Educación para la Salud y la promoción del autocuidado es competencia y responsabilidad de las enfermeras, así como el seguimiento y control de los pacientes crónicos estables.

El abordaje integral de la persona en todas sus esferas (física, psíquica y social) es la esencia de la enfermería. Por eso, es fundamental el desarrollo de la hospitalización a domicilio, potenciar la enfermera gestora de casos o enfermera de enlace, la gestión de la demanda no urgente, las consultas de enfermería especializada, la enfermera escolar, etc.

Pero también queremos seguir desarrollando iniciativas ya puestas en marcha y apostar por otras nuevas que contribuyan a la mejora de las condiciones laborales y profesionales de las enfermeras y, en ese sentido, nuestras prioridades también van dirigidas a acabar con la discriminación que sufrimos y que se nos reconozca dentro del Grupo A, sin subgrupos; contar con unas plantillas que garanticen unas ratios adecuadas, entornos laborales seguros, sin agresiones, unas condiciones de trabajo homogéneas en las diferentes autonomías, y la jubilación anticipada y voluntaria.

Estamos a la espera de tener un nuevo Gobierno para, de nuevo, trasladar estas y otras demandas.

Por otra parte, como fuerza sindical, también nos planteamos otros objetivos de vital importancia, como son la revitalización sindical, la modernización de nuestra gestión interna, apostando por la innovación tecnológica y la sostenibilidad; o la ampliación del tejido sindical a los ámbitos de la sanidad privada y el ámbito sociosanitario, entre otros.

P.- Recientemente han publicado una macroencuesta sobre la ratio enfermera/paciente, dejando constancia de la sobrecarga de la profesión. ¿Cuáles son las consecuencias de este número tan escaso de enfermeras y qué estrategias ve SATSE necesarias para su incremento?

R.- Esta última encuesta que hemos publicado viene a refrendar los datos que ya habíamos recogido en su momento en el estudio de plantillas que hicimos, y que fue la base en la que sustentamos nuestra propuesta de ley de ratios; una realidad que, por otra parte, venimos denunciando desde hace tiempo. En los centros sanitarios y sociosanitarios no hay una ratio adecuada de pacientes por enfermera y las consecuencias nos afectan tanto a las enfermeras como a la población. La sobrecarga laboral es insoportable y esto está repercutiendo negativamente en la salud física y mental de los profesionales, y está haciendo que muchas compañeras incluso se planteen un cambio de profesión.

En cuanto a cómo afecta a los pacientes, hay numerosos estudios científicos publicados que concluyen que sin una ratio adecuada enfermera/paciente se incrementa la inseguridad asistencial, con más riesgos, efectos adversos y complicaciones, incluso a veces letales. Uno solo de estos trabajos debería hacer recapacitar a las administraciones y actuar en consecuencia, pero aún no hemos visto una clara predisposición por su parte para cambiar las cosas.

Abordar un incremento ordenado y adecuado de las plazas universitarias del Grado de Enfermería, propiciar el retorno de los profesionales que han emigrado en los últimos años y mejorar las condiciones laborales y profesionales son algunas de las principales actuaciones a acometer para revertir la actual situación a corto, medio y largo plazo.

P.- La propuesta de mejoras al Estatuto Marco ha sido constante en los últimos meses. ¿Qué nos puede avanzar sobre este tema? ¿Qué puntos consideran imprescindibles para la mejora de la profesión y que aún quedan pendientes?

R.- Nos encontramos, en estos momentos, a la espera de que el Ministerio de Sanidad vuelva a retomar las negociaciones. Una negociación que nos parece imprescindible por la trascendencia que tiene esta norma en todos los profesionales sanitarios.

Entre nuestras propuestas, consideramos importante que el Estatuto Marco incluya garantías para una planificación regular de la jornada a lo largo de todo el año; los y las profesionales tienen que poder conciliar su vida laboral y personal. Es imprescindible acabar con las desigualdades entre los distintos servicios de salud, y para ello es necesario el reconocimiento en todas las autonomías del solape y de la jornada semanal de 35 horas, así como posibilitar la reducción voluntaria de la jornada a partir de una determinada edad, de manera uniforme en todas las CC.AA.

Recuperar el abono íntegro de las pagas extraordinarias; regular la movilidad voluntaria a través del concurso de traslados abierto y permanente; definir las retribuciones fijas de cuantía variable, y favorecer la promoción interna, garantizando el cobro de carrera profesional y trienios en la categoría superior, son otras de nuestras principales demandas.

P.- El pasado mes comenzó el curso escolar con la notable falta de enfermeras escolares, una figura que aún no ha sido implantada en todos los centros educativos. Usted tiene experiencia de primera mano en la Enfermería escolar, ¿por qué es tan necesaria? ¿De qué manera SATSE continuará con esta reivindicación?

R.- Cuando tienes la oportunidad de trabajar en un centro educativo constatas, efectivamente, la grandísima labor que puedes desarrollar; la importancia y necesidad de que podamos estar en colegios e institutos para atender, informar y sensibilizar a la población infantil y juvenil con el único objetivo de que crezcan sanos.

Es algo de lo que estamos plenamente convencidos, no solo los profesionales, sino las familias, el profesorado y el resto de la comunidad educativa, con lo que seguiremos trabajando conjuntamente para que las administraciones sanitarias y educativas no sigan dando pequeños e insuficientes pasos, sino que se dé “el salto” necesario para que en próximos cursos la implantación de la enfermera escolar sea generalizada.

La enfermera escolar atiende y actúa cuando hay un problema de salud agudo o crónico o cuando hay una urgencia en el centro, pero, además, y ahí radica el papel tan importante que tiene, puede contribuir en gran medida a evitar conductas y hábitos de vida que perjudican la salud presente y futura de nuestra infancia y adolescencia.

Sabemos que se está registrando un preocupante incremento de los casos de menores con problemas de salud mental, acoso escolar, intentos autolíticos, adicciones… y la enfermera escolar puede, sin duda, ser parte de la solución, colaborando con el resto de la comunidad educativa en la información y sensibilización sobre las consecuencias que pueden tener para su salud o para la de las demás personas determinadas conductas o comportamientos.

Pero, sobre todo, por su papel en la detección temprana, en dar la voz de alarma, pues muchas veces se establece con ella una relación de confianza muy diferente a la que puede haber con docentes u otro personal del centro. Esta relación de confianza es la que permite una comunicación efectiva con los niños y adolescentes, una escucha activa de cómo se sienten o de qué les puede estar ocurriendo.

P.- Son muchas las noticias que abordan el éxodo de profesionales enfermeros españoles al extranjero. ¿Cuáles son, en su opinión, las principales causas de estas cifras? ¿De qué manera se puede revertir esta tendencia?

R.- No me cabe ninguna duda de que la raíz del éxodo de profesionales a otros países está en las malas condiciones laborales que venimos sufriendo desde hace años a nivel general, en la desmotivación y el desgaste que te genera que desarrolles tu labor dando lo mejor de ti, respondiendo siempre ante las dificultades, los imprevistos, tirando del carro cuando hace falta, y resulta que a la hora de la verdad, te encuentras con que eres un simple número, que nadie valora lo que haces, lo que aportas…es muy frustrante. Miles de enfermeras han emigrado sin ser ese su deseo porque era la única manera de encontrar unas condiciones y un reconocimiento acordes a su excelente preparación y cualificación.

Estabilidad, desarrollo profesional y reconocimiento retributivo son los reclamos que han utilizado otros países para contar en sus respectivos servicios de salud con las enfermeras de nuestro país.

Para revertir esta situación, las administraciones sanitarias deben reflexionar e implementar los cambios necesarios para mejorar la realidad laboral actual, acabando con la precariedad y la temporalidad e incentivando el avance y desarrollo de una profesión que resulta clave para el desarrollo presente y futuro de nuestro sistema sanitario.

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