Un estudio, publicado en la revista PLoS One, elaborado por la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, ubicada en Estados Unidos, ha puesto de manifiesto que dar el pecho antes de que transcurra una hora desde el nacimiento previene la mortalidad y la morbilidad neonatales.
Para realizar el estudio, la doctora Emily R. Smith, una de las autoras principales, ha llevado a cabo una revisión de la evidencia científica disponible en la actualidad acerca de la lactancia materna, analizando, de forma aleatoria y controlada, a más de 136.000 bebés en dicho periodo. 
De esta forma, los resultados obtenidos por los investigadores revelan que los recién nacidos que inician la lactancia de dos a veintitrés horas después del nacimiento presentan una probabilidad del 33% mayor que los que la inician una hora después del alumbramiento. Así, los bebés que toman el pecho veinticuatro horas después del parto cuentan con un riesgo 2,19 veces mayor que los que lo hacen antes.
Por otro lado, la documentación científica biológica que los autores emplearon para desarrollar su estudio ha puesto de manifiesto que la lactancia temprana, debido a la exposición al calostro materno, mejora la maduración intestinal y fomenta la resistencia a las infecciones y la recuperación en caso de que el recién nacido contraiga alguna. Además, el contacto del bebé con la madre promueve el apego y permite reducir la hipotermia.
Esta investigación concluye que, siempre que la situación de la madre y del recién nacido lo permita, la lactancia temprana es fundamental, ya que los resultados que se han obtenido han podido establecer una relación directamente proporcional entre la dilación de esta y el aumento del riesgo de mortalidad.
Asimismo, el estudio recomienda, siguiendo los consejos de instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o UNICEF, que se tengan en cuenta sus conclusiones tanto por las madres, como por los profesionales sanitarios especializados en la materia y por las instituciones responsables de la sanidad.
