¿Por qué los colegios no se han convertido en un foco de contagios de la covid-19?

Jueves, 3 de diciembre de 2020

por Jordi Mitjà Costa

“En cuanto empiecen el cole, en dos semanas estamos todos confinados otra vez”, decían vecinos, compañeros de trabajo, madres y padres preocupados en plena desescalada. La apertura de los centros escolares causaba temor. Es comprensible. Afortunadamente, la realidad ha sido que los colegios están resistiendo el envite del coronavirus.

Niños en el colegio | Enfermeríablog
Niños en el colegio | Enfermeríablog

Al menos, esa es la lectura, con matices, que hacen los expertos cuando revisan las cifras que el Ministerio de Educación hizo públicas la primera semana de noviembre, en pleno aumento de los contagios en todo el país. El número de aulas en cuarentena era entonces de 6.469, el 1,67% del total del sistema educativo español.

¿Qué hay detrás de ese aparente éxito en contener el virus en un espacio cerrado, lleno de niños y adolescentes que estudian, juegan y hasta comen juntos? ¿Por qué los colegios no se han convertido en el centro de una gigantesca oleada de contagios?

Hay dos grandes razones. La primera es que los niños transmiten menos eficientemente el virus que los adultos. Los datos que tenemos de los últimos nueve meses sugieren que los niños muy rara vez son los ocasionadores de brotes. En Cataluña, por ejemplo, en un 87% de los casos detectados en las escuelas, los positivos no han dado pie a ningún segundo caso.

Cada vez hay más evidencias que respaldan esta idea, como las que aporta el estudio de la plataforma Kids Corona del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Los científicos siguieron a más de 2.000 niños este verano en colonias urbanas para concluir que transmiten el virus seis veces menos que los adultos.
El foco del peligro se había centrado en ellos los primeros meses después de la aparición del SARS-CoV-2, y fue una de las razones que extendió el miedo por la vuelta al cole, señalan los expertos. La lógica nos llevaba a pensar que los niños contagiaban más porque su historia natural es la de infectarse con múltiples virus respiratorios, sobre todo durante los primeros años. Pero, afortunadamente, con este coronavirus no ha ocurrido.

El principal motivo por el que no se han disparado los contagios en las secuelas es el protocolo que han puesto en marcha los centros educativos. Lo que han demostrado los colegios es que es posible la contención del virus incluso en un medio que en principio es adverso y que durante unas horas funciona como una institución cerrada.

El trabajo de la comunidad educativa ha sido esencial. Se han sentado a redactar sus protocolos COVID-19, a generar circuitos de entrada y salida, a poner mamparas, a establecer distancias… En todos los centros hay una comisión COVID-19, y es lo que está funcionando. Hay que reconocer el trabajo de los profesores que, sin ser sanitarios, han estado al pie del cañón y sin bajas en masa.

En sí mismos, los colegios no son un foco de infección, pero sí de amplificación de la transmisión. En la medida en que tenemos alta incidencia en el entorno los colegios tendrán más brotes y más transmisión porque se reúne gente allí, es un fenómeno así de simple. Aunque las medidas internas de protección sean importantes, las que reducen la incidencia en el entorno del colegio son igualmente esenciales.

Sin quitar la vista de los números, otros expertos añaden una última posible explicación a la relativamente baja incidencia del coronavirus en los colegios: que la probabilidad de que los niños sean asintomáticos es mucho más alta que en los adultos, como apuntan estudios como el publicado en agosto en la revista científica The British Medical Journal, por lo que es posible que no se estén contabilizando todos los casos.

De momento, la distribución por edades de la incidencia muestra que los casos en niños (franjas de 0 a 9 y de 10 a 19 años) están siendo ligeramente menos detectados que en adultos. Esto se debe a que suelen ser asintomáticos y, por lo tanto, la posibilidad de que pasen desapercibidos es mayor.

Jordi Mitjà | Enfermería Blog

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Una respuesta a “¿Por qué los colegios no se han convertido en un foco de contagios de la covid-19?”

  1. En mi opinión, las aulas se mantienen sin grandes contagios, porque la principal forma de transmisión del virus es por aerosoles. En las aulas generalmente la calefacción es por radiadores, y no se emplean sistemas de calefacción por aire (no suelen existir fancoils, climatizadores, etc,) por lo que los aerosoles no se reparten por las aulas de forma homogénea, por eso cuando llega un contagiado, el virus que puede expulsar, no se reparte indiscriminadamente por el aula, y con la ventilación que se esta haciendo de las aulas, es más que suficiente para que no exista ese contagio. En el resto de actividades de nuestra sociedad la mayor forma de calentar y climatizar es por los sistemas de movimiento de aire (máquinas de aire acondicionado, climatizadores, fancoils, calefacción autobuses, calefacción metros etc, etc.), y ese creo que es el FACTOR QUE NO SE ESTA TENIENDO EN CUENTA. Los sistemas de climatización están siendo los propagadores del virus. Llevo más de 20 años en este sector y estoy totalmente convencido de esta afirmación, que parece que a nadie le esta interesando.

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