Rosamaría Alberdi se ha convertido el día 2 de diciembre en la primera enfermera española en ser investida con el título de doctora honoris causa por la Universidad de Murcia. Enfermera pionera en impulsar la categoría universitaria para los estudios de Enfermería, ha dedicado casi toda su vida profesional a la docencia, tarea que ha desempeñado en las escuelas de Enfermería de la Universitat de Barcelona, la Universidad Autónoma de Madrid, la UNED, la Universidad de Sevilla y la Universidad de las Islas Baleares.
Alberdi es diplomada en Enfermería y licenciada en Psicología, máster por las universidades de Antioquia, Medellín, Barcelona e Islas Baleares (UIB), donde es profesora titular de Ética y Administración de Servicios desde 2000. Es además consejera en el Consejo de Colegios de Enfermeras y Enfermeros de Catalunya (CCIIC).
Pregunta. Con más de 35 años de experiencia en Enfermería ha visto en primera persona la evolución que ha tenido la profesión. ¿Qué hechos podría destacar que hayan marcado la historia enfermera como disciplina científica?
R. En primer lugar hay que destacar la entrada a la universidad de la profesión enfermera; gracias a ello se ha conseguido la capacitación y formación para la investigación, así como la responsabilidad en la misma. En segundo lugar, es importante apuntar el alto grado de aplicación de los conocimientos adquiridos en la práctica diaria.
P. Ha sido nombrada doctora honoris causa, convirtiéndose en la primera enfermera española distinguida con este reconocimiento. ¿Cómo ha evolucionadola figura de los profesionales de la Enfermería? ¿Cree que tienen aún una “asignatura pendiente”?
R. La Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias es la que determina los aspectos esenciales del ejercicio de los profesionales sanitarios, es una legislación amplia que permite asumir todas las responsabilidades. Los cambios en nuestra profesión se han ido produciendo poco a poco, las enfermeras inicialmente estábamos en los ámbitos de asistencia directa en el hospital, después pasamos a desempeñar un papel fundamental en el ámbito de la Atención Primaria (donde los pacientes acuden a nosotras directamente, no acuden al centro a pedir asistencia), actualmente estamos asumiendo responsabilidades que tienen que ver con las necesidades de la población de hoy. Un ejemplo de ello es la figura emergente de las enfermeras gestoras de casos.
Respecto a la asignatura pendiente, no creo que sea solo de la profesión enfermera, sino del conjunto del sistema sanitario. Tiene que ver con el hecho de saber aprovechar y reconocer el caudal de posibilidades de atención que aportan las enfermeras. En las universidades se forman a estas profesionales con unas competencias asistenciales que el sistema sanitario no termina de visualizar, como si el sistema tuviera un escalón queimpide que estas asciendan… todo ello se debe a que este se creó teniendo en cuenta la formación y responsabilidad que por aquellos entonces tenía la enfermera, las cuales, en la actualidad, han aumentado considerablemente. Otro ejemplo puede ser la empoderación del paciente en la actualidad, factor que necesariamente se ha de tener en cuenta a la hora de estructurar el sistema sanitario. El principal problema que tenemos hoy en día es el resultado de los recortes que se hicieron hace unos años, no se cuenta en la actualidad con plantillas suficientes de enfermeras que hagan frente a la demanda asistencial.
P. Como enfermera que ha dedicado casi toda su vida profesional a la docencia, ¿qué opinión tiene de los actuales planes de estudios? ¿Cuentan los programas formativos con un equilibrio entre la parte teórica y práctica?
R. Yo creo que sí, además, la Enfermería cuenta con una ventaja frente a otras disciplinas, y es que sus primeros planes de estudios universitarios coincidieron con el profundo cambio conceptual que se produjo en todo el mundo a raíz de la Declaración de Alma Ata. Eso nos permitió introducir, desde el principio, contenidos de Enfermería comunitaria. Contenidos que como el resto de materias que se explican, se evalúan de forma periódica, adaptándose a la evolución conceptual y de la práctica. Naturalmente, también se tiene en cuenta en esta adaptación cómo van cambiando las necesidades de las personas y los grupos.
Por ejemplo, nosotros, en la Facultad de Enfermería de la Universidad de las Islas Baleares, estamos trabajando en el desarrollo de la competencia política de las enfermeras. O sea, estamos avanzando en prepararlas para que trabajen en el diseño, gestión y evaluación de las políticas públicas; campo en el que podemos desempeñar una importantísima labor debido a los valores de los que partimos y a la orientación que le damos a nuestro trabajo.
P. ¿Cuáles son, en su opinión, las debilidades y fortalezas de la Enfermería en España?
R. Si nos referimos a la evolución disciplinar, creo que la Enfermería en España ha seguido el camino correcto y necesario que la ha llevado a estar situada como una disciplina científica más dentro de la universidad y en sus aportaciones a la sociedad.
En relación a los enfermeros y enfermeras, destacaría como fortaleza que somos profesionales que cubrimos un aspecto básico de las necesidades de las personas: su cuidado. Eso es algo tan necesario, tan vital podríamos decir, que hace que nuestra aportación sea indispensable para el desarrollo y el mantenimiento de las personas y los grupos.
Respecto a las debilidades decir que los enfermeros tenemos que luchar mucho por lo que deseamos profesionalmente que es, siempre, aquello que consideramos bueno para las personas que atendemos. Ocurre entonces que si no se nos permite dar aquello que las personas a nuestro cargo necesitan, se están poniendo trabas a la provisión del derecho a la atención, que las ciudadanas y ciudadanos tienen en nuestro país. Y a mí me parece que esto puede considerarse un fraude.
P. Mirando hacia el futuro, ¿hacia dónde se ha de dirigir la profesión? ¿Qué metas son las que mayor prioridad presentan? ¿Y Rosamaría Alberdi qué proyectos tiene?
R. Nuestra labor fundamental es cubrir una necesidad del ser humano, que la sociedad tiene; para poder estar actualizados como profesión es necesario, en primer lugar, saber distinguir e identificar qué necesidades existen y cómo se están configurando estas responsabilidades en mi sociedad.
Un ejemplo es la necesidad que se ha tenido de reivindicar el derecho a la salud, algo que antes no se había dado. En segundo lugar, hay que preguntarse de qué manera, con los recursos con los que contamos en la actualidad, puedo gestionar mi trabajo de la manera más eficaz (de ahí surgen las figuras especializadas, como la enfermera de enlace).
Mi proyecto más inminente es dar mi discurso de agradecimiento por el nombramiento de doctora honoris causa, recordando y agradeciendo todo el apoyo y el esfuerzo de muchos profesionales que me han apoyado e impulsado mi candidatura. Por otro lado, voy a continuar con mis clases, buscando la innovación y los recursos útiles para mis alumnos. Por último, quisiera recordar que la principal función de la universidad es la docencia, ya que en los últimos años ha centrado sus esfuerzos en el impulso de la investigación, algo necesario, pero ha dejado olvidada su origen y es preciso recuperar y reforzar ese camino.
