Razones para una mayor autonomía disciplinar en enfermería

Sección: Editorial

Cómo citar este artículo

Monforte-Royo C. Razones para una mayor autonomía disciplinar en enfermería. Rev. iberoam. Educ. investi. Enferm. 2022; 12(4):4-6.

Autores

Cristina Monforte-Royo

Presidenta de la Conferencia Nacional de Decanas y Decanos de Enfermería en España (CNDE) (2018-2022)
Profesora Titular de Universidad
Departamento de Enfermería. Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud. Universitat Internacional de Catalunya, Barcelona (España)
ORCID: http://orcid.org/0000-0001-8334-4623

Titulo:

Razones para una mayor autonomía disciplinar en enfermería

El 2020 fue un año declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el año de la enfermera y de la matrona. La predicción realizada por gran parte de países sobre la escasez de enfermeras motivó a todas las naciones, por primera vez en la historia, a unirse para rendir homenaje al trabajo y a la aportación que cada día hacen las enfermeras al estado de salud y bienestar de la persona y comunidad en todos los sistemas sanitarios del mundo; también en el ámbito educativo, en la investigación y en la gestión. Desafortunadamente, una pandemia de una magnitud sin precedentes, dio a conocer el verdadero trabajo de las enfermeras, una profesión que, hasta ese momento, pasaba desapercibida a los ojos de la sociedad.

La falta de enfermeras es hoy una realidad en todo el mundo. Numerosas empresas de selección y reclutamiento intentan atraer enfermeras, produciéndose migraciones entre países exportadores y/o captadores de enfermeras. Pero, ¿qué aspectos influyen en la atracción o retención de las enfermeras en los sistemas sanitarios?

Los factores que contribuyen con la atracción de enfermeras son diversos, por ejemplo, la estabilidad laboral y profesional, la adecuación salarial y el reconocimiento social. No obstante, existen otros factores, muchas veces intangibles, como la autonomía profesional y el control sobre su propia práctica profesional que promueven que las enfermeras acepten una oferta profesional e incluso se planteen salir de su propio país para el ejercicio profesional (1).

Autonomía es un fenómeno complejo y multidimensional que procede etimológicamente de las palabras griegas “autos” y “nomos”, es decir, uno mismo y gobernar o dominar. El diccionario de la Real Academia Española define autonomía como la capacidad de los sujetos de derecho para establecer reglas de conducta para sí mismos y en sus relaciones con los demás dentro de los límites que la ley señala.

Diversos autores han definido el concepto de autonomía profesional en enfermería; y la gran parte de las definiciones incluyen los conceptos antes mencionados sobre la capacidad de establecer normas tanto en el ámbito individual como sobre la profesión.

Por ejemplo, se ha definido autonomía profesional en enfermería como la capacidad de actuar de acuerdo con el conocimiento y el propio juicio para proporcionar una adecuada atención de enfermería dentro del marco de las normas y/o directivas profesionales existentes. También le han definido como tener control del trabajo, independencia y capacidad para implementar la toma de decisiones clínicas y el juicio clínico con respecto a la atención del paciente dentro del ámbito de la profesión de un individuo. Estas definiciones incluyen dos categorías de autonomía, la autonomía clínica y la autonomía profesional o también control sobre la propia práctica profesional (1-4).

La autonomía clínica se refiere a la capacidad de las enfermeras para actuar más allá de la práctica estándar y tomar decisiones con respecto a la atención de pacientes individuales. En cambio, la autonomía profesional no solo se refiere a la participación en la toma de decisiones sobre el cuidado de pacientes individuales, sino también a la participación en el desarrollo de los procesos de atención de enfermería para mejorar la calidad de enfermería y la seguridad del paciente, y la capacidad de influir en las prácticas y condiciones de trabajo (3).

Una reciente revisión sistemática (1) describe los elementos que conforman la autonomía profesional y los factores relacionados. Dos son los elementos que conforman la autonomía profesional, la independencia en la toma de decisiones, es decir, libertad para la toma de decisiones, autoridad suficiente para tomarla y responsabilidad; y la habilidad para implementar la propia competencia profesional, es decir, la habilidad para decidir el modelo enfermero a implementar, para realizar la valoración del paciente, diseñar el enfoque terapéutico adecuado y participar en la resolución de problemas.

Los mismos autores describen también cuatro factores relacionados con la autonomía profesional: a) liderazgo compartido y no autocrático; b) contar con la competencia profesional, es decir, contar con el conocimiento, las habilidades profesionales y la actitud adecuada para la toma de decisiones; c) colaboración inter e intraprofesional, es decir, trabajo en equipo, cooperación profesional y reconocimiento del valor profesional de cada miembro del equipo; y un d) entorno de trabajo saludable, es decir, un ambiente amable, sin conflictos y con los recursos adecuados.

Diversos estudios han mostrado que una mayor autonomía profesional se relaciona con una mejor atención al paciente, mejores decisiones clínicas, mejor organización del servicio o unidad, mejores resultados en salud de las personas, mayor bienestar de las enfermeras y, en general, de las organizaciones. Y también se ha relacionado con una disminución de la mortalidad. En definitiva, la autonomía profesional supone un determinante de satisfacción laboral y profesional; de menor rotación de los equipos de enfermería, de un desempeño de la profesión seguro, de mayor capacidad de retención de las enfermeras en las diferentes organizaciones, y de un mayor reconocimiento social. Por el contrario, un bajo nivel de autonomía profesional se relaciona con burnout, síntomas depresivos, malestar laboral, ausentismo laboral, mayor rotación y malestar en las enfermeras (3,5-7).

Por ello, debemos implementar estrategias que contribuyan con una mejora de la autonomía profesional. Las estrategias deberían introducirse en todos los niveles: en el ámbito clínico, procurando que las enfermeras tengan espacio y tiempo para planificar, implementar, evaluar sus cuidados, así como ofrecer el apoyo real del centro sanitario para una toma de decisiones responsable y autónoma de las enfermeras. Este punto es crucial para que las enfermeras perciban que cuentan con el apoyo institucional y organizativo. En el ámbito de la formación continua para las enfermeras se pueden planificar actividades que contribuyan con la mejora de su autonomía profesional. En el ámbito de las estructuras colegiales y organización de la profesión para definir y avanzar en esa autonomía profesional a nivel político y social. Y, por último, un ámbito que me parece muy importante y que puede contribuir con un cambio sustancial en la autonomía profesional es el ámbito de la universidad. Las universidades juegan un rol relevante en la formación de las futuras enfermeras y pueden contribuir en la formación de competencias asociadas a una mayor autonomía profesional. Estas competencias serían, entre otras, el pensamiento crítico, la comunicación, y cómo no, el liderazgo clínico y profesional. Formar en liderazgo significa formar en dimensiones asociadas al liderazgo como la capacidad de trabajar en equipo, la capacidad de pensar críticamente y tomar decisiones, la capacidad de mantener adecuadas relaciones interpersonales y la capacidad de comunicación e influencia. Asimismo, otra de las competencias que se debe trabajar en la universidad con los estudiantes de grado de enfermería es la relacionada con la investigación para, de este modo, poder contribuir al desarrollo del conocimiento enfermero y potenciar así la autonomía disciplinar de Enfermería.

En cualquier caso, para impulsar cualquier acción o estrategia comentada, es importante contar con líderes de enfermería que juegan un papel relevante en el impulso e implantación de dichas estrategias. Esto no es tarea sencilla; no obstante, es necesario trabajar contra corriente para influir y mejorar la autonomía clínica y profesional de enfermería.

Bibliografía

  1. Pursio K, Kankkunen P, Sanner-Stiehr E, Kvist T. Professional autonomy in nursing: An integrative review. J Nurs Manag. 2021 Sep; 29(6):1565-77. Doi: http://doi.org/10.1111/jonm.13282

  2. Athey EK, Leslie MS, Briggs LA, Park J, Falk NL, Pericak A, et al. How important are autonomy and work setting to nurse practitioners' job satisfaction? J Am Assoc Nurse Pract. 2016 Jun; 28(6):320-6. Doi: http://doi.org/10.1002/2327-6924.12292

  3. Labrague LJ, McEnroe-Petitte DM, Gloe D, Tsaras K, Arteche DL, Maldia F. Organizational politics, nurses' stress, burnout levels, tur- nover intention and job satisfaction. Int Nurs Rev. 2017 Mar; 64(1):109-16. Doi: http://doi.org/10.1111/inr.12347

  4. Enns V, Currie S, Wang J. Professional autonomy and work setting as contributing factors to depression and absenteeism in Cana- dian nurses. Nurs Outlook. 2015 May-Jun; 63(3):269-77. Doi: http://doi.org/10.1016/j.outlook.2014.12.014

  5. Ko YK, Jeong SH, Yu S. Job autonomy, perceptions of organizational policy, and the safety performance of nurses. Int J Nurs Pract. 2018 Dec; 24(6):e12696. Doi: http://doi.org/10.1111/ijn.12696

  6. Oshodi TO, Bruneau B, Crockett R, Kinchington F, Nayar S, West E. Registered nurses' perceptions and experiences of autonomy: a descriptive phenomenological study. BMC Nurs. 2019 Nov 1; 18:51. Doi: http://doi.org/10.1186/s12912-019-0378-3

  7. Labrague LJ, McEnroe-Petitte DM, Tsaras K. Predictors and outcomes of nurse professional autonomy: A cross-sectional study. Int J Nurs Pract. 2019 Feb; 25(1):e12711. Doi: http://doi.org/10.1111/ijn.12711