CAMBIOS EN LA CAPACITACIÓN AL PERSONAL DE ENFERMERÍA DURANTE LA PANDEMIA DE COVID-19

Sección: Cartas a la directora

Autores

MCE. Martha D. Betancourt Marquez

Maestra de la Escuela de Enfermería de la Universidad de MonterreyEnfermera en el Hospital Regional Materno Infantil del Estado de Nuevo Leónhttps://orcid.org/0000-0002-1409-8905

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Email: ursemarthadbm@hotmail.com

Titulo:

CAMBIOS EN LA CAPACITACIÓN AL PERSONAL DE ENFERMERÍA DURANTE LA PANDEMIA DE COVID-19

Sra. Editora:

La actual pandemia, en algún momento, casi logra hacerme perder la esperanza. He sido enfermera desde hace casi 20 años y nunca vi algo similar a la pandemia de COVID-19, ni siquiera la crisis de la influenza H1N1 podría compararla con lo que hemos vivido desde hace dos años.

Durante estos últimos siete años me he desempeñado como enfermera de atención directa en el hospital de mi localidad, cuyo principal foco es la atención pediátrica y ginecológica. La pandemia me sorprendió, al igual que a la mayoría de ustedes, trabajando, ofreciendo atención de enfermería a mis pacientes pediátricos. Aunque el primer caso de COVID-19 en México se registró en el mes de febrero de 2020, no fue sino hasta marzo cuando llegó al estado de Nuevo León, que es el lugar donde yo vivo. De un inicio enfrenté sentimientos de mucho miedo e incertidumbre, pensando que si me contagiaba moriría; que contagiaría a mis padres quienes son adultos mayores y que viven conmigo, y que por mi culpa también morirían. Vencí ese miedo e hice lo que estoy segura que todos ustedes hacen todos los días: salí a dar lo mejor de mí a pesar del panorama poco alentador al que nos enfrentamos, una enfermedad altamente contagiosa y aún desconocida. La profesión de enfermería es tan noble y benévola que, aunque nos parezca que lo que hacemos no cambia con el paso del tiempo, ofrece apertura al cambio y es flexible para hacer los ajustes que el tiempo en el que estemos viviendo necesite. Esta pandemia me permitió comprobarlo.

El primer hito que enfrentó la capacitación para enfermería fue el de diseñar vídeos para el uso del equipo de protección personal, al no poder hacer reuniones presenciales para entrenar a los enfermeros de nuevo ingreso (1). Al ser necesario contratar personal de emergencia, únicamente se le pudo capacitar mediante vídeos. Además, fue necesario reforzar en todo el personal de enfermería la capacitación acerca del aislamiento, así como también nos vimos obligados a revisar conceptos junto con el departamento de Epidemiología y a la vez nos tuvimos que ajustar a las nuevas normativas. Tan solo días tras el inicio de la pandemia, la capacitación de lavado de manos ya era seriamente reforzada a todos los niveles, y en el caso de los pacientes pediátricos fue necesario reforzar con sus familiares el adecuado lavado de manos y la importancia del aislamiento.

En las áreas críticas, los padres del paciente pediátrico no pueden permanecer con él durante su internamiento, dado que en esas áreas se admiten solo pacientes con ventilación mecánica, por ende, bajo sedación y no familiares de estos (2). Lo anterior me permitió reflexionar que el aislamiento representa un evento traumático para el paciente pediátrico; sin embargo, afrontarlo acompañado al menos de uno de sus padres suele ser más reconfortante para este. Pude observar que el aislamiento, al ser una situación crítica y estresante, acompañado de movilidad y espacio restringidos, puede desencadenar problemas de salud mental, contribuyendo a la complicación del cuadro de salud ya existente. Además, la obligatoriedad del uso del equipo de protección personal durante el cuidado de los niños aislados por COVID-19 ha significado un factor estresor para los niños, y que ha incidido negativamente en la percepción que ellos tienen del personal sanitario (3). En los pacientes pediátricos que se encuentran conscientes durante su periodo de aislamiento por COVID-19, los momentos de mayor estrés son cuando el personal de enfermería hace contacto cercano con motivo de la administración de medicamentos, instalación de acceso venoso, toma de signos vitales y valoración en general (4).

Dado que los principales signos de ansiedad y miedo en el paciente pediátrico son llanto e irritabilidad, pude evidenciar que dichos signos impactan en su estado de salud. Del mismo modo, todo lo que afecte al paciente afecta también al cuidado que proporcionan los profesionales de enfermería, pues son los profesionales que, en promedio, pasan mayor cantidad de horas junto al paciente. A estas alturas de la pandemia, y pese todo el desarrollo tecnológico y científico de las Ciencias de la Salud, quizás aún no tenemos idea de la magnitud de los cambios que ha experimentado el cuidado de enfermería a consecuencia de la COVID-19. Cabe mencionar que el principal cambio en el cuidado de enfermería a consecuencia de la actual pandemia ocurrió en la etapa más temprana e inicial de la hospitalización: el triage.

En mi experiencia personal, para la práctica profesional de enfermería, la llegada de la COVID-19 conllevó un sorpresivo cambio de lo que veníamos haciendo tradicionalmente. Sin duda alguna representó un antes y un después para la práctica de nuestra disciplina, y a pesar de que significó un golpe para la salud emocional del personal de enfermería visto desde diferentes aspectos, también logró unirnos más como gremio y como compañeros.

Según lo referido por el Consejo Internacional de Enfermeras (ICN), el efecto COVID-19 ha dejado consecuencias a corto y largo plazo, su impacto fue tan complejo que ni siquiera se tiene la certeza total de cuál será el futuro para enfermería ni para los sistemas de salud (5). No cabe la menor duda de que esta pandemia nos tiene que poner a reflexionar acerca de si la profesión de enfermería resistirá otra pandemia y dentro de cuánto tiempo vendrá la siguiente. La actual pandemia representó desde el primer día un incremento significativo en los índices de burnout para el personal de enfermería (6), encontrándose dentro de sus causas el tener que efectuar cambios de personal a las nuevas áreas COVID-19, mayor carga de trabajo, trabajo en horas extra o doblar turnos debido a necesidad de resguardar al personal de salud perteneciente a los tramos etarios más vulnerables o que padecen enfermedades crónicas, situación que, sumado a aquellas colegas que se contagiaron y que desafortunadamente fallecieron, implicó una sorpresiva reducción del personal. Por todo lo anterior, los costos se vieron enormemente afectados de manera inesperada para todas las instituciones y sistemas de salud.

Estos tiempos son desafiantes para el personal de salud, tenemos que hacer frente a todos los cambios que una pandemia como esta implica para el cuidado de enfermería (7). Además, no solo las enfermeras de primera línea, sino todos los niveles de enfermería han vivido la parte más triste de esta pandemia que es perder colegas en esta batalla. A pesar de que la COVID-19 sorprendió a todos los países del mundo, estoy muy orgullosa de ser enfermera. Enfermería en todo el mundo tuvo el valor y el coraje para salir a enfrentar esta pandemia. A pesar del miedo, vencimos ese miedo, y arriesgando la salud de nuestros seres queridos, salimos a brindar atención a nuestros pacientes. Cualquier limitación que enfermería pueda tener en México o en cualquiera de los países del mundo, no fue suficiente para que dejásemos de atender a nuestros enfermos, y estoy segura de que si otra pandemia vuelve a amenazar la salud de nuestros países, volveremos a salir a dar lo mejor de nosotros. Hemos sabido mantenernos firmes, siempre dispuestos a ofrecer atención y cuidados a todo aquel que lo necesite, incluso arriesgando la salud de nuestras familias y la nuestra. Algún día esto pasará a la historia, pero ojalá siempre sea recordado que la profesión enfermera supo responder al llamado del paciente.

Bibliografía

  1. The International Council of Nurses. The global voice of nursing in the year of the nurse and the COVID-19 Pandemic. Ginebra: 2020 Annual Report; 2021.

  2. Esposito S, Marchetti F, Lanari M, Caramelli F, De Fanti A, Vergine G, et al.; Working Group on COVID-19 in Pediatrics of the Emilia-Romagna Region (RE-CO-Ped). COVID-19 Management in the Pediatric Age: Consensus Document of the COVID-19 Working Group in Paediatrics of the Emilia-Romagna Region (RE-CO-Ped), Italy. Int J Environ Res Public Health. 2021 Apr 8;18(8):3919. Doi: http://doi.org.10.3390/ijerph18083919

  3. Servín-Torres E, Nava-Leyva H, Romero-García AT. Equipo de protección personal y COVID-19. Cir Gen. 2020; 42(2):116-23. Doi: http://doi.org.10.35366/95370

  4. Loades ME, Chatburn E, Higson-Sweeney N, Reynolds S, Shafran R, Brigden A, et al. Rapid Systematic Review: The Impact of Social Isolation and Loneliness on the Mental Health of Children and Adolescents in the Context of COVID-19. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 2020 Nov; 59(11):1218-39.e3. Doi: http://doi.org.10.1016/j.jaac.2020.05.009

  5. The International Council of Nurses. The COVID-19 Effect: World’s nurses facing mass trauma, an immediate danger to the profession and future of our health systems. Ginebra: 2021 Annual Report; 2021.

  6. Galanis P, Vraka I, Fragkou D, Bilali A, Kaitelidou D. Nurses' burnout and associated risk factors during the COVID-19 pandemic: A systematic review and meta- analysis. J Adv Nurs. 2021; 77:3286-302. Doi: https://doi.org/10.1111/jan.14839

  7. Shun SC. COVID-19 Pandemic: The Challenges to the Professional Identity of Nurses and Nursing Education. J Nurs Res. 2021 Apr 1; 29(2):e138. Doi: http://doi.org.10.1097/JNR.0000000000000431