La reducción del distanciamiento teórico-práctico en el cuidado de Enfermería

Sección: Editorial

Autores

Noé Ramírez Elizondo

Dr. en Enfermería. Máster en Enfermería Ginecológica, Obstétrica y Perinatal.
Director de la Escuela de Enfermería, Universidad de Costa Rica (Costa Rica)

Titulo:

La reducción del distanciamiento teórico-práctico en el cuidado de Enfermería

El inicio de las bases científicas de la Enfermería emergió a partir de los presupuestos derivados de Florence Nightingale, por medio de los primeros escritos sustentados en un método y una observación que condujeron a una filosofía de cuidado como el objeto de la profesión, proporcionando una noción de la realidad en la que se cimentaron las acciones propias del cuidado (1).
Aunque han transcurrido décadas desde el posicionamiento del cuidado como eje central de la profesión, a nivel mundial se ha dificultado el desarrollo de propuestas que articulen el marco de conocimientos con las acciones que derivan a la praxis, lo que deja claro que esta debe basarse en presupuestos teóricos que involucren los contextos locales y mundiales, donde se aborden los fenómenos asociados al cuidado desde un sustento propio del cuerpo de conocimientos disciplinar.
Claramente la investigación en Enfermería es la que ha fungido como un hilo conductor hacia la mejora del cuidado y acciones asociadas que se fundamentan en teorías propias sustentadas en la interacción entre la enfermera y la persona, desde las bases humanísticas y sociales. Sin embargo, para fortalecer el cuerpo de conocimientos es requerido el traslado de estas a la práctica asistencial, porque el déficit en la articulación teoría-práctica favorece el posicionamiento paradigmático positivista-tecnocentrista, el cual da una respuesta alejada a la realidad del contexto social particular (2,3).
Aún se tiene una deuda importante en el crecimiento investigativo para fortalecer la disciplina, trascender y mejorar lo que hasta hoy se ha establecido, con la finalidad de superar las barreras paradigmáticas que todavía nos atan a acciones meramente técnicas que responden a procederes desintegradores del ser humano y que se han justificado en la experiencia, la práctica, las rutinas y la tradición, como ejes fundamentales en la experticia del cuidado, reduciendo el sentido humano en la relación enfermera-persona, privilegiando lo técnico sobre la práctica integral y científica.
Sin duda, para curar, el cuidado debe intermediar; sin embargo, podemos cuidar sin necesidad de curar, constituyéndose la relevancia en el establecimiento de una relación entre la enfermera y la persona, derivada del encuentro intersubjetivo de sus historias, lo cual permite la trascendencia a una relación de carácter existencial, más que biológica.
Se ha evidenciado que a pesar del uso de teorías propias de Enfermería en procesos investigativos, se dificulta su explicación en el campo práctico, quedando rezagadas al marco teórico, lo que sigue poniendo en discusión la complejidad para llevar al área asistencial la evidencia generada y, más bien, se pone en entre dicho la aplicabilidad teórica, lo que conduce a una incredibilidad de las propias bases de la ciencia enfermera (4).
Para reducir esta brecha se deben tomar dos acciones claves: la primera contar con un análisis filosófico en lo referente al cuidado, que permita asumir una posición que sustente la disciplina y coexista un cuidado real con la otra persona, ya que seguimos determinando la calidad del mismo con base en el desarrollo de habilidades técnicas, con escasos contenidos filosóficos o antropológicos humanistas, que conduce a profesionales con elevada pericia técnica, pero a veces incapaces de reconocer a la persona como un fin en sí misma. La segunda, un dominio de conocimiento teórico que permita cumplir con la función para la cual son generados los modelos conceptuales, las grandes teorías y las teorías de mediano rango, guiar la ejecución del cuidado de Enfermería ante los diferentes fenómenos en etapas de la vida y contextos diversos.
Lo anterior es un llamado, no solo a las diversas instancias universitarias, sino al colectivo de Enfermería como responsable del modelaje del estudiantado en el camino para cimentar intervenciones fundamentadas en el pensamiento reflexivo y analítico, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas desde la evidencia científica disciplinar, puesto que la fundamentación teórica ha sido superficialmente utilizada en la práctica (4).
Es deseable que la praxis sea el espacio donde se promueva el cuidado a la vida en la cotidianidad, mediante un proceso de comunicación, identificación, comprensión, empatía y proyección que logre la transformación cultural de individuos y comunidades, junto con la comprensión ético-filosófica del campo de estudio (5).
La reducción de la brecha entre la teoría y la práctica es un reto de todas las instancias involucradas en velar para que el cuidado sea el cimiento y equilibrio de las sociedades, tal y como se evidenció con la pandemia por COVID-19, la cual demostró que las acciones individuales y colectivas tienen un impacto en el resto de las personas y su estado de bienestar, denotando que los fenómenos poseen un comportamiento particular desde la conformación de los diferentes sistemas sociales. Es así que la aplicabilidad teórica y la comprensión de sus conceptos nos permiten acercarnos a fenómenos, como el de la pandemia recién superada, puesto que sus aportes facilitan la explicación y el desarrollo de medidas para la práctica del cuidado, conllevando de la mano el acrecentamiento de la autonomía en los diversos campos asistenciales (2).
Es por medio del uso y retroalimentación científica de las bases teóricas de Enfermería que la autonomía tomará su papel, derivada de la incorporación del conocimiento en la profesión, desde un sustento disciplinar, por medio del pensamiento crítico que promueva el desarrollo de actitudes y habilidades analíticas en una práctica propia competente, no solo en lo técnico, sino en lo interpersonal; sin embargo, mientras se continue en la ruta de una práctica alejada de las bases propias de Enfermería, el modelo biomédico será el dominante, lo que limitará la autonomía profesional y la dificultad de interactuar con otras profesiones, debido a una organización capitalista del trabajo en los centros de salud, en los cuales los conocimientos patológicos se convierten en el foco del conocimiento, que se antepone a los saberes del resto de profesionales, consolidando la autoridad técnica de la práctica médica en la atención a la salud y alejándose cada vez más de las demandas sociales vinculadas a un cuidado humanizado (1,6).

Bibliografía

  1. Dias JAA, David HMSL, Vargens OM da C. Ciência, enfermagem e pensamento crítico – reflexões epistemológicas. Rev enferm UFPE on line. [internet]. 2016 [citado 8 jun 2023]; 10. Disponible en: https://periodicos.ufpe.br/revistas/revistaenfermagem/article/view/11142/12645
  2. Brito LSA, Sousa NDL, Alencar AMPG, Rebouças VCF, Pinheiro PP, Gonçalves Júnior J. Concepts, theoretical models and nursing theories: integrative review. Int Arch Med [internet]. 2017 [citado 8 jun  2023]; 10(166). Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/317273969_Concepts_theoretical_models_and_nursing_theories_integrative_review.
  3. Escobar B, Sanhueza O. Carper knowledge patterns and expression in nursing care: review study. Enfermería Cuid Humaniz. 2018; 7(1):73-87.
  4. Calú HL, de Sousa G, Alencar G, Becerra E, Gomes E, Almaran MC. Uso das teorias de enfermagem nas teses brasileiras: estudo bibliométrico. Cogitare Enfermagem. 2021; 26:e71743. Doi: https://dx.doi.org/10.5380/ce.v26i0.71743
  5. Watson J. Elucidando a disciplina de Enfermagem como fundamental para o desenvolvimento da enfermagem profissional. Texto e Contexto Enfermagem 2017; 26(4). Doi: https://doi.org/10.1590/0104-07072017002017editorial4
  6. Melo CMM, Florentino TC, Mascarenhas NB, Macedo KS, Silva MC, Mascarenhas SN. Professional autonomy of the nurse: some reflections. Rev Bras Enferm 2019; 72(2):566-70. Doi: http://dx.doi.org/10.5935/1414-8145.20160085