Enfermeros por el mundo: trabajar en Liverpool

Martes, 21 de abril de 2020

por diariodicen.es

“A nosotros nos han educado para ser enfermeros para todo, lo cual tiene su lado bueno y su lado malo. En Inglaterra el sistema funciona de forma muy diferente”

Blanca Montero es enfermera en Liverpool. Debido a la situación laboral de su Cádiz natal, decidió dejar su tierra para ejercer la enfermería en la ciudad inglesa. Nos atiende para hablar de su vida en el Reino Unido y de las diferencias que ha podido encontrar en el trabajo diario en los dos países.

Pregunta. ¿Por qué tomó la decisión de emigrar?

Respuesta. La decisión de emigrar no fue algo premeditado en mi vida. La idea estuvo en mi cabeza durante un tiempo, supongo que en parte llevada por la precariedad laboral y la escasez de empleos en Cádiz, mi ciudad natal, por lo que decidí echar un vistazo a los trabajos en el extranjero que se ofrecían y a qué ciudades podía mudarme.

P. ¿Por qué se decantó por el Reino Unido como destino, y en concreto por Liverpool?

R. Porque el inglés era un idioma que llevaba estudiando desde que era pequeña y pensé que me resultaría más fácil. También sopesé la opción de irme a Francia, pero leí en foros de enfermeros que los sueldos eran más bajos que en Reino Unido y que la calidad de vida no era tan alta como allí. Liverpool fue la primera de las ciudades a las que solicité trabajar, ¡así que podemos decir que tuve mucha suerte!

P. ¿Cómo fue la adaptación a la ciudad durante los primeros meses viviendo allí?

R. Recuerdo con mucho cariño mis primeros meses en Reino Unido. Tuve la grandísima suerte de coincidir con un grupo maravilloso de personas, que son todavía mis amigas, y una unidad bastante tranquila que me permitió aprender inglés sin mucha presión. Mi primer trabajo fue en una unidad de recuperación postanestésica, y tanto el personal como mi jefa fueron tremendamente pacientes y cariñosos conmigo en mi proceso de adaptación.

P. ¿Qué echa de menos de su vida en España?

R. El sol, las croquetas y mi familia.

P. Según su experiencia, ¿cuáles son los aspectos positivos de ejercer la profesión enfermera en el extranjero? ¿Y los negativos?

R. Según mi experiencia, la mayoría de los enfermeros que conozco que trabajan en España piensan que en Reino Unido somos TCAE con algunas competencias más. Y todo lo contrario. En Reino Unido hay una especialización enfermera tal que cada uno puede dedicarse prácticamente a lo que quiera: desde asma, donde yo trabajaba haciendo investigación, hasta en cáncer o los Advanced Nurse Practitioner (ANP) que son como “minimédicos” que trabajan en urgencias u on-call respondiendo a las emergencias que surjan y pueden prescribir casi cualquier cosa, dentro de unas guías clínicas, o mandar radiografías.

La formación del personal va a cargo del hospital y es gratuita; por supuesto también hay máster y cursos de pago en las universidades, pero todo lo necesario para la formación del personal corre a cuenta del hospital. En mi caso, por ejemplo, he trabajado casi siempre en cuidados críticos y cada cierto tiempo dan cursos de actualización, tanto en nuevos tratamientos como terapias.

En Inglaterra se trabaja por competencias: si estudias algo o tienes exposición a una técnica, te haces competente y puedes ejercerla libremente. En mi área de trabajo, por ejemplo, soy competente en el manejo de ventiladores y puedo cambiar los parámetros del ventilador bajo mi juicio clínico. Mis compañeras españolas que han trabajado en UCI no han encontrado esto tan sencillo, ya que al no ser personal permanente, sino de contrato en contrato, no se encuentran ni con la confianza ni con los conocimientos necesarios para hacer esto.

Sinceramente, hay poco que pueda resaltar como negativo. Sí que hay bastante burocracia y la documentación es increíblemente extensa, pero cuando te acostumbras a ella tampoco se hace tan tedioso.

P. ¿Qué diferencias ha podido observar en el trabajo diario de una enfermera en España y en Liverpool?

R. Se necesitan cursos para hacer ciertas técnicas en Inglaterra que en España se da por supuesto que todo el mundo sabe, como preparar medicación intravenosa o colocar una vía periférica. Sin embargo, estos cursos no van tan orientados a la técnica de cómo cargar un antibiótico, por ejemplo, sino a que lo hagas siguiendo los protocolos de asepsia del hospital y su propia política de administración de medicamentos.

En tema de administración de medicamentos, en Inglaterra se usa el “doble chequeo”: dos enfermeras comprueban los cinco correctos a la hora de administrar el medicamento (paciente, medicamento, vía, forma de administración y tiempo correctos) y firman como que están conformes de que todo lo hecho anteriormente es adecuado. Aunque al principio me parecía tedioso, creo que ahora no podría trabajar sin usarlo, me he ahorrado muchísimos errores de medicación con esta técnica.

Recuerdo pensar al principio de llegar aquí que era todo un sistema demasiado burocratizado y que para todo se necesitaba un papel, pero ¿cuántos de nosotros vemos todos los días profesionales sanitarios que hacen una técnica mal, sin asepsia, simplemente porque no quieren hacerla bien o porque nadie les ha enseñado cómo se hace y, además, nadie supervisa que todo se haga conforme a los protocolos?

P. ¿Cuál es la situación actual para los profesionales enfermeros españoles en Reino Unido, teniendo en cuenta la situación del Brexit?

R. En mi caso, que llevo cinco años en Inglaterra, solicité el Settlement Status, que es un documento que acredita que tengo derecho a trabajar y permanecer en el país por tiempo ilimitado y que me otorga los derechos que tenía previamente al Brexit. Creo que aún no se sabe bien cómo se manejará este asunto, cómo se podrá acceder al país con vistas a trabajar de enfermera después de junio de 2020, que es la fecha en que acaba la transición del Brexit. Sin embargo, sospecho que debido a la escasez de personal Inglaterra siempre va a buscar enfermeros fuera de sus fronteras.

P. Desde su punto de vista, ¿qué visión se tiene de la enfermería española en Liverpool?

R. A nosotros nos han educado para ser enfermeros para todo, lo cual tiene su lado bueno y su lado malo. En Inglaterra el sistema funciona muy diferente y aunque una piense que es competente realizando una técnica puede que no la haga con los estándares de calidad que aquí se espera de los enfermeros, y he notado que muchas de mis compañeras se sentían “ofendidas” cuando les decían que hasta que no hicieran el curso que fuese no podían realizar cierta técnica.

Es comprensible, teniendo en cuenta que muchas de nosotras hemos trabajado antes de llegar a Reino Unido pero aquí, al pedir un certificado o prueba para demostrar que se es competente en una técnica, no les vale tu palabra de que sabes hacerlo o de que lo has hecho durante mucho tiempo. Y esto no se aplica solo a los enfermeros extranjeros sino también a los locales, aquellos que se cambian de hospital o de servicio. Normalmente estos cursos se suelen dar en las primeras semanas, lo que ellos llaman induction, que es simplemente un periodo de tiempo de aprendizaje en el que estás con un tutor que te va enseñando cómo se trabaja en ese servicio.

Nunca he visto diferencias entre los demás enfermeros y nosotros. Somos los españoles los que tendemos más a marcar la diferencia entre ellos y nosotros, y es que realmente nos han educado en un gran “ego” que, al pasar la frontera inglesa, se cae por sí solo. Tendemos a pensar que estamos mejor educados y que nuestros grados y diplomaturas enseñan más que los ingleses, que salimos mejor preparados y que estamos “devaluados”, cuando realmente no es así.

Cuando empiezas a trabajar y a ver cómo funciona el sistema te das cuenta de que muchas de las cosas que nos enseñaron no están bien del todo, que no hemos aprendido siempre según la evidencia y que muchos de los conocimientos que teníamos están desactualizados. Es entonces cuando empiezas a valorar mucho más la enfermería aquí, y, sobre todo, a cuestionarte la enfermería en España.

REQUISITOS PARA TRABAJAR DE ENFERMERA EN LIVERPOOL

Documentación: Tras el Brexit, el Settlement Status.

Nivel de idioma: C1.

Título: Declaración jurada del título de Enfermería.

Solicitud de empleo: Registro en el Nursing and Midwifery Council. Referencias de otros trabajos. Certificado internacional de antecedentes penales.

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