“La esencia de la enfermera oncológica es tener la capacidad de implicarse. Este comportamiento se transmite en sus cuidados basados en una metodología científica”

Viernes, 18 de octubre de 2019

por diariodicen.es

El pasado 19 de octubre se celebró el Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Según datos de la Asociación Española contra el Cáncer, la incidencia de la patología ha aumentado un 7,5% entre el 2012 y el 2019, año en el que se han registrado 33.307 nuevos casos en España. Francisca Ruiz es enfermera experta en oncología y docente de la Escuela Universitaria de Enfermería Gimbernat, nos atiende para hablar de la enfermedad, del papel de los profesionales enfermeros a lo largo de todo el proceso y de la importancia de las iniciativas de humanización.

Pregunta: ¿Cuáles son las labores principales de los profesionales enfermeros ante el cáncer de mama?

Respuesta: A pesar de la complejidad de la enfermedad oncológica, la labor principal de la enfermera es desarrollar un plan de cuidados individualizado y humanizado. Dentro del mismo, para cubrir las necesidades específicas de cada persona, se realiza apoyo emocional, enfatizando en las capacidades comunicativas, las habilidades sociales y la toma de decisiones clínicas, entre otras.

P.: ¿Cómo es el trabajo diario de las enfermeras con las pacientes de esta enfermedad?

R.: Estamos al lado del paciente las 24 horas del día, a lo largo de la jornada, detectando necesidades de las personas que se están enfrentando, muchas veces, a situaciones relacionados con las experiencias del miedo, el dolor, el sufrimiento y la muerte. Y nosotras estamos ahí, acompañando, dando apoyo y aprendiendo de la fortaleza que emana de ellas.

P.: Según datos de la Asociación Española contra el Cáncer, en España se han producido más de 33.000 nuevos casos en 2019. ¿Cómo es el momento del diagnóstico para una paciente? ¿Cuál es el papel de la enfermera en esta etapa?

R.: El momento del diagnóstico es duro tanto para la paciente como para el médico. En la afectada, suelen aparecer manifestaciones de desconsuelo, de no entender qué se le está explicando, surge la preocupación por sus hijos y por cómo explicárselo a sus seres queridos…

Es crucial el papel de la enfermera, intentamos crear un clima de empatía y seguridad, comentando aquello que no ha entendido del diagnóstico y del proceso que seguirá, y ofreciendo recursos para facilitarlo.

P.: En este sentido, ¿cómo debe ser profesionalmente una enfermera especializada en oncología? ¿Cómo es la parte psicológica de la labor en este ámbito?

R.: La esencia de la enfermera oncológica es tener la capacidad de implicarse y dar afecto. Este comportamiento humano se transmite en sus cuidados enfermeros basados en una metodología científica.

La vida de un paciente con cáncer puede llevar una carga de incertidumbres, ansiedad, miedo, ira, tristeza y otros sentimientos que van y vienen sin seguir una constante. El concepto de cuidar lleva implícita la disponibilidad para el otro; damos apoyo emocional y consuelo. La labor de la enfermera es valorar y tratar al paciente de una manera holística, tolerante, sensible y sin juicios de valor.

P.: ¿Qué tipo de cuidados y necesidades específicos requieren las pacientes de cáncer de mama durante el proceso de la enfermedad?

R.: Ante un diagnóstico de cáncer de mama a veces la paciente tiene que afrontar una situación de pérdida de la mama, en el caso de pasar por el procedimiento quirúrgico de una mastectomía radical. Además del impacto que causa la enfermedad, hay añadir la connotación que tiene el pecho en la mujer, pudiendo verse afectadas la feminidad, la sexualidad y la percepción de la propia imagen corporal. Esta circunstancia puede provocar reacciones emocionales de pérdida, así como incidir en la autoestima de la afectada. En el plan de cuidados se han de incluir estrategias para reforzar el afrontamiento de la situación.

P.: Por otra parte, ¿qué necesidades tienen una vez han sido intervenidas quirúrgicamente? ¿Qué papel tiene la enfermera en esta fase?

R.: La fase postoperatoria comprende el paso por reanimación y la unidad de hospitalización, y finaliza en el alta de la paciente, siempre dependiendo del tipo de cirugía, edad y estado de la persona.

Los profesionales enfermeros utilizan diferentes estrategias a lo largo de esta etapa para atender los procesos terapéuticos y el impacto psicológico de la afectada, por los cambios producidos en su imagen corporal. Asimismo, se asesora respecto a las ventajas y desventajas de las técnicas reconstructivas tras las mastectomía, y se ofrecen recomendaciones para prevenir el linfedema en caso de vaciamiento ganglinar.

El papel de la enfermera en un proceso postquirúrgico tiene como objetivo, también, buscar en todo momento el bienestar y el confort del paciente, así como promover su autonomía e independencia, y, con ello, facilitar la recuperación lo antes posible, dando respuesta a la situación patológica. En particular, para pacientes con cáncer de mama deben incluirse estrategias para facilitar la aceptación de la imagen corporal, potenciar los recursos de afrontamiento y ofrecer apoyo familiar y social.

P.: Desde su perspectiva como docente de la Escuela Universitaria de Enfermería Gimbernat, ¿cómo se forma académicamente a los estudiantes sobre cuidados oncológicos? Y, en concreto, ¿para la atención a esta patología?

R.: Se les prepara en las competencias asociadas tanto al desarrollo personal como al profesional. Se forma en valores morales y éticos, en relaciones interpersonales para establecer vínculos empáticos y asertivos que fomenten una comunicación efectiva con los pacientes y familias, así como en conocimientos científicos sobre la enfermedad y los tratamientos disponibles. Siempre con la perspectiva de que ofrezcan unos cuidados de excelencia durante todo el proceso oncológico.

P.: En los últimos tiempos están surgiendo diversas iniciativas de humanización en distintos hospitales, como que las pacientes participen en una etapa del Camino de Santiago, por ejemplo, ¿qué beneficios cree que pueden tener este tipo de actividades?

R.: Es un proyecto que cumple con el propósito que busca toda enfermera, que es la humanización y un enfoque biopsicosocial de los cuidados. Este tipo de iniciativas suele propiciar beneficios tanto a nivel físico como emocional, favoreciendo la normalización y la integración de estas mujeres en la vida social.

P.: Mañana se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, ¿qué valor tienen este tipo de jornadas para dar a conocer la enfermedad y concienciar a la población?

R.: El valor es conseguir que un gran número de personas se movilicen para apoyar una causa social. Afortunadamente, nos encontramos muchas iniciativas ligadas a esta jornada. Algunas vinculan el deporte con la salud o con el espectáculo con un trasfondo solidario. Este tipo de eventos fomenta valores como el compromiso, la responsabilidad, la perseverancia y la solidaridad.

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