El Hospital La Paz, ubicado en Madrid, ha retomado, desde finales del pasado mes de junio, el contacto piel con piel tras los partos por cesárea, así como el acompañamiento de un familiar a lo largo de la intervención de la madre en quirófano, tras su suspensión durante el pico de contagios de la pandemia de COVID-19, por motivos de salud y de seguridad del neonato.
Esta medida, informan desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid en un comunicado, se aplica tanto en mujeres que han resultado negativas en la prueba PCR como positivas; en el caso de los partos naturales, el acompañamiento y el contacto ha continuado en todo momento, a excepción de las madres positivas por infección de coronavirus, que, durante el pico de la pandemia y siguiendo los procedimientos vigentes en aquella situación, no pudieron realizarlo. Aunque, desde hace aproximadamente dos meses, el piel con piel, la lactancia y la estancia conjunta de la progenitora con el recién nacido son igualmente práctica habitual en estos casos.
De acuerdo con el protocolo implantado en el centro, por razones de prevención y seguridad, a todas las pacientes que acuden a dar a luz se les lleva a cabo un test PCR de control. En la estancia hospitalaria, tanto ella como el acompañante han de guardar las medidas de prevención, a través de la mascarilla y la higiene frecuente de manos, además de seguir las pautas del personal sanitario en todo momento.
En este sentido, destacan desde el Ejecutivo madrileño en la citada nota informativa, en febrero del pasado año, los servicios de Ginecología y Obstetricia, de Anestesiología y de Neonatología elaboraron, de forma conjunta, una Guía de buena práctica clínica para este procedimiento. Para ello, se llevó a cabo el acondicionamiento de los quirófanos y se habilitaron puestos en la Unidad de Reanimación, en los que las madres y los recién nacidos estuvieran acompañadas por personal de la unidad, además de un acompañante.
