Un estudio publicado por la revista JAMA Internal Medicine, basado en un millón y medio de hospitalizaciones durantes los años 2011 y 2015, demuestra que aquellos pacientes hospitalizados que fueron tratados por una médica, en lugar de un médico, registraron cifras más bajas de readmisión hospitalaria y mortalidad a los treinta días.
En el estudio participaron un total de 58.344 internistas, de los que un 32% eran mujeres. Por lo general, las médicos solían ser más jóvenes y ver a menos pacientes que sus compañeros masculinos.
A pesar de que la práctica de la medicina puede parecer algo mecánico, y que, en una mayoría de casos, es irrelevante quién sea el médico ya que supuestamente está obligado a seguir unos procedimientos validados por la comunidad científica, existen estudios anteriores al nombrado que ya apuntaban a que, en realidad, hombres y mujeres practican la medicina de forma diferente. Y es que, ellas se ajustan más que ellos a las pautas clínicas y ofrecen mayores cuidados preventivos a los pacientes.
Yusuke Tsugawa, autora principal del estudio, comentó que las diferencias en la mortalidad fueron sorprendentes y es que, los resultados indican que estas diferencias en las prácticas entre hombres y mujeres internistas podrían tener implicaciones clínicas importantes. Para los tratados por doctoras, el riesgo relativo de muerte a los treinta días era un 4% más bajo y la posibilidad de readmisión hospitalaria un 5% menor.