La obesidad es un problema que viene aumentando en la mayoría de países durante la última década, siendo la crisis económica uno de los factores que más ha contribuido a engrandecer el problema. En España, la tasa de adultos obesos supera la media europea (uno de cada 6 adultos padece obesidad, y más de 1 de cada 2 tiene sobrepeso). Estos datos no hacen sino buscar terapias y tratamientos que permitan controlar el tan temido sobrepeso.
Por ello, la braquiterapia aparece como posible solución, al ser una forma inteligente de curar tumores con radiación. Se trata de un tratamiento radiológico selectivo que permite tratar el tumor prostático con alta dosis, sin irradiar los tejidos sanos vecinos. 
De esta manera, el paciente al que le han diagnosticado cáncer de próstata (órgano confinado limitado a la próstata, en el que no se invaden tejidos sanos ni ganglios linfáticos) se trata con braquiterapia. A los pacientes con enfermedad inflamatoria crónica, para evitar posibles complicaciones, se contraindica la radioterapia externa.
Sin embargo, la braquiterapia de próstata, al ser un tratamiento local, sí se puede aplicar, irradiando la próstata sin inflamar más los tejidos y sin producir efectos secundarios. De esta manera, la enfermedad inflamatoria seguirá su curso sin alterar su evolución.
Además de esto, la braquiterapia también se indica a pacientes obesos en los que la cirugía les está contraindicada. El tratamiento de elección para estas personas es la braquiterapia de próstata que, a pesar de no ser la situación ideal, tampoco está contraindicada.
Las personas en edad avanzada también pueden someterse a este tratamiento de elección, pudiendo evitar riesgos mayores en la cirugía. Los jóvenes son también candidatos ideales, ya que la braquiterapia de próstata, además de curar, evita la disfunción erectil y la incontinencia urinaria.
