Las enfermeras, y los sanitarios en general, son profesionales que conviven diariamente con el dolor, el sufrimiento, la enfermedad y, en ocasiones, la muerte, a lo que pueden sumarse las duras condiciones de trabajo o los problemas personales. Por todas estas razones, recibir un carta de agradecimiento por parte de un paciente que ha sentido una buena atención puede ayudarles a subir su autoestima. Es el caso de Virginia Baydal Bertomeu, enfermera de Histeroscopias del Hospital La Fe de Valencia, que recibió una carta de Inmaculada Diago Ros, hija de un paciente de la sanitaria, para agradecerle su labor.
Hace cinco años, el padre de Inmaculada fue atendido en el Hospital Clínico de Valencia en la parada de oncología. “Eran varias enfermeras las que atendían a los pacientes, pero había una con muy buenos valores. Todo se precipitó y me fue imposible agradecerle el buen trato que daba a los pacientes. No sabía su nombre y no la encontré. Entonces apareció Virginia, que me recordó a esa enfermera. Pensé que no podía dejar pasar la oportunidad de agradecerle el trato que nos daba a los pacientes”, relata Inmaculada. Fue entonces cuando decidió escribir la carta a la enfermera.
La carta
Virginia recibió el escrito a través de redes sociales, gracias a que el marido de Inmaculada lo publicó en su perfil de Twitter. “Recibir un agradecimiento con tanto poder de difusión ha sido una grata sorpresa y una gran satisfacción a nivel personal y profesional, me ha hecho muy feliz”, asegura Virginia, que nunca había recibido tal reconocimiento en redes. “Gracias a la revolución tecnológica cada vez se hace más visible la figura de la enfermera y su papel en la sociedad”, añade.
Las enfermeras tienen un papel fundamental en el soporte emocional del paciente, así como también de los familiares que los acompañan. Cuando los pacientes van al hospital están asustados y nerviosos, y se encuentran en una situación vulnerable, pero “enfermeras como Virginia ayudan a superar esos momentos, por el gran valor humano y por el apoyo emocional”, declara Inmaculada.
El objetivo de Virginia como enfermera es ofrecer su “apoyo tanto profesional como humano para hacer de la vivencia del proceso una experiencia lo menos traumática posible. Somos humanos y, como todos, tenemos nuestros problemas, pero el personal de enfermería y todos los sanitarios en general somos conscientes de que debemos dejar a un lado lo que nos afecta de forma personal y centrarnos en el momento que está viviendo el paciente y sus necesidades”, relata la enfermera de La Fe.
Desde el punto de vista de Virginia Baydal, la enfermería en España debería dirigirse a una enfermería más especializada, ya que “en la realidad del día a día, las enfermeras viven situaciones muy complejas y se enfrentan a difíciles retos, que no serían tan incómodos si se dispusiera de la formación de habilidades requerida, a través de la ampliación de la oferta de plazas en cuanto a la especialización”, concluye.
