La Asociación para la Investigación del Cáncer de Pulmón en Mujeres (ICAPEM) ha impulsado en una jornada de aproximación la atención psicológica a pacientes oncológicas de cáncer de pulmón. También ha destacado, no solo la importancia del abordaje del tratamiento, sino también la necesidad de que se tengan en cuenta las diferencias entre hombres y mujeres. Una de las claves para ese abordaje es el cuidado del paciente, que forma parte de las funciones de los sanitarios.
Es necesario orientar el tratamiento del cáncer hacia un abordaje que no solo tenga en cuenta el daño físico que produce la enfermedad, sino también su impacto psicológico, emocional y espiritual.
En la jornada, se ha tratado la situación actual del cáncer de pulmón en mujeres, la cual es preocupante porque, mientras la mortalidad en España entre hombres está descendiendo, en mujeres está creciendo. Las mujeres fumadoras tienen más riesgo de padecer cáncer de pulmón que los hombres fumadores. Además, dos de cada tres pacientes de cáncer de pulmón que no han sido fumadores son mujeres.
El 40% de los pacientes sufren distrés (fuerte impacto psicológico). La vida se ve más alterada cuando la paciente es mujer, ya que las tareas de cuidado familiar siguen recayendo mayoritariamente en ellas.
Las necesidades de la paciente oncológica no se limitan a los síntomas, sino que engloban aspectos psicológicos como la ansiedad, el miedo al dolor o la soledad. Además, existen una necesidad de información, tanto por parte de las pacientes como en su entorno, el cual necesita comprender lo que está ocurriendo, pasar por las distintas fases del duelo y convertirse en un apoyo para un paciente.
Existe una gran resistencia por el miedo a que su enfermedad provoque el descuido de la familia. En mujeres, esta preocupación es mucho mayor y la esperanza es menor. Además, es más frecuente encontrar el deseo de una muerte rápida entre pacientes femeninas.
Lo necesario es que la atención psico-oncológica esté presente durante todo el proceso y se establezca de forma personalizada, teniendo en cuenta las circunstancias de cada paciente. También que no se limite a la etapa final del tratamiento, que se invierta en mejorar la comunicación con el paciente y su familia y que se dote a la sanidad de un carácter cada vez más humano.
Sanitarios
Son muchos los profesionales de la salud que se ven afectados psicológicamente por todo lo que tienen que vivir en su trabajo. Estos no deben descuidar aspectos como el ejercicio físico, la alimentación, la estructura de vida sana, el sueño o la autorregulación emocional. “Cuidar al sanitario forma parte del cuidado del enfermo, porque el sanitario es la base segura del paciente”.
