El Sindicato de Enfermería (SATSE) de Castilla y León ha advertido de que, para reducir las cifras de mortalidad en la Comunidad, se debe contar con más enfermeras en la Autonomía.
En los meses de julio y agosto, en Castilla y León hubo un total de 1.126 y 240 muertes, respectivamente. Estas elevadas cifras de mortalidad registradas en la Comunidad desvelan la necesidad de que el sistema sanitario cuente con más enfermeras y enfermeros. Ellas/os son esenciales para la atención y el seguimiento de pacientes crónicos y evitar que se agraven sus dolencias.
SATSE lleva años insistiendo en que las enfermeras son profesionales que pueden garantizar la asistencia de calidad requerida por una población tan dispersa y envejecida como la de Castilla y León. La ratio segura de estos profesionales por 1.000 habitantes es de entre 6 y 8 pacientes, cuando en esta comunidad un profesional enfermero tiene a su cargo más de 18 pacientes en una planta de hospital.
Algunos estudios revelan que cuando una enfermera tiene una ratio de unos 10 pacientes, el riesgo de mortalidad puede aumentar 1,37 veces en comparación con una asignación menor de pacientes por cada enfermera. Por cada incremento de un 10% en número de enfermeras en unidades de hospitalización general, disminuye en un 7% la probabilidad de que muera un paciente hospitalizado.
Algo que sí ha mejorado es el aumento de las intervenciones quirúrgicas para reducir la lista de espera. Aun así, el aumento de enfermeras en las unidades hospitalarias postquirúrgicas y quirúrgicas no es una realidad. Esto implica un aumento del número de pacientes que debe ser atendido por cada enfermera y, por lo tanto, un mayor riesgo de complicaciones en la recuperación.
El elevado índice de envejecimiento de la población y la dispersión geográfica de Castilla y León implican una mayor necesidad de enfermeras, y también, de presupuesto sanitario.
