Durante una reunión con los representantes de los Colegios Profesionales de la Salud, la ministra de Sanidad, Ana Mato, ha transmitido el compromiso del Gobierno para combatir todo tipo de agresiones en su ámbito de trabajo.
Según la ministra, “la lucha contra estas injustas agresiones constituye una de las prioridades dentro de la política de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud y, en coordinación con las Comunidades Autónomas y con las organizaciones profesionales, adoptaremos todas las iniciativas y planes de prevención y actuación necesarios para combatirlas”.
Un documento del gabinete del Observatorio del Gabinete de Estudios del Consejo General de Enfermería muestra los datos de agresiones a enfermeras en el sistema sanitario. Las cifras presentadas son las siguientes:
– Ligera disminución del número de agresiones (ha pasado en tres años del 39% al 33%).
– Incremento de la agresividad verbal (del 61 al 69%) en detrimento de la física. Se aprecia una mayor concienciación de los ciudadanos ante las agresiones físicas probablemente gracias a que los medios de comunicación llevan tiempo advirtiendo que este tipo de violencia física es tipificada como delito de agresión a la autoridad y no como una falta. No obstante aumentan las agresiones verbales y se aprecia un mayor tensión en los pacientes.
– Los enfermeros siguen siendo los profesionales sanitarios más agredidos, con porcentajes que oscilan entre el 38% y el 40%.
– La atención especializada pasa del 49% al 53% y se distancia con respecto a la atención primaria (del 48 al 44%).
– Los principales agresores siguen siendo los familiares, por encima de los propios pacientes (50-52%).
– La causa principal de las agresiones son las expectativas no satisfechas en relación con los tiempos de espera y/o las pruebas diagnósticas realizadas, esta causa pasa de ocupar del 37% de las agresiones en 2010, al 41% en 2012.
– Ligero incremento de las denuncias judiciales (del 5 al 8%). Las agresiones verbales siguen sin denunciarse.
