Covid persistente: cuando los síntomas persisten una vez pasada la enfermedad

Lunes, 18 de octubre de 2021

por Natalia Hernández Manjón


Hace casi dos años que nos cambió la vida. Nadie esperaba al entrar en un nuevo año que tan solo se podría vivir dos meses con normalidad y que una pandemia a nivel mundial nos dejaría confinados en casa. Fue el 31 de enero cuando el Centro Nacional de Microbiología confirmó el primer caso de COVID-19 en España. Se trataba de un turista alemán que estaba en la isla de La Gomera (Canarias).

Francisco Tejerina y María Victoria Moreno hablan sobre el covid persistente
Francisco Tejerina y María Victoria Moreno

Un primer caso que daría lugar a casi cinco millones de casos y más de 80.000 fallecidos en España. Estado de alarma, confinamiento, cierres de todas las actividades no esenciales… El miedo se palpaba en el ambiente, se transmitía a través de los rostros tapados por las mascarillas, y es que se trataba de un virus desconocido para todos, también para los que tenían que estar en primera línea trabajando y jugándose la vida día tras día.

El virus iba afectando de diferentes maneras según cada persona. La mayoría de personas que se contagiaban presentaban síntomas de intensidad leve o moderada y se recuperaban en sus domicilios, aislados, sin necesidad de hospitalización, cuando la fiebre, la tos seca, el cansancio y la pérdida del gusto y el olfato se apoderaban de ellos. Conforme iban pasando los meses se iba investigando y averiguando nuevos datos sobre esta enfermedad tan contagiosa, pero un nuevo problema apareció: el Long COVID, conocido como “COVID persistente”, un síndrome que se caracteriza por la persistencia de síntomas semanas o meses después de la infección inicial, o por la aparición de los síntomas tras un tiempo sin ellos.

“Básicamente consiste en la persistencia de una serie de síntomas inespecíficos varias semanas después de la infección aguda independientemente de la severidad. Se tiende a considerar que los síntomas deben persistir 12 semanas después de la infección. Estos síntomas son principalmente un cansancio o astenia desproporcionada, dolores musculares generalizados, falta de aire, taquicardia inapropiada, déficits cognitivos consistentes en dificultad para la atención y la memoria. Aparte de estos síntomas, el principal problema de estos es que provocan una limitación funcional que en algunos casos puede ser severa incapacitándolos para realizar las actividades cotidianas y su reincorporación laboral”, explica Francisco Tejerina Picado, médico adjunto del servicio de microbiología clínica y enfermedades infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

El doctor Tejerina es médico, pero también investigador. A raíz de la pandemia, como han hecho la inmensa mayoría de profesionales sanitarios, tuvo que dedicar mucho de su tiempo a este cuadro. Así, actualmente se encarga de los pacientes con covid persistente para intentar ofrecer tratamientos a estas personas y realizar estudios para comprender qué es lo que lo produce.

Covid persistente

María Victoria Moreno es Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería. Su último año no ha sido duro solo a nivel laboral por tener que estar en primera línea, sino que además es una de las personas que ha pasado por el COVID persistente, una enfermedad que le ha cambiado su forma de vivir y de la que poco a poco ha ido recuperándose. “Empecé con covid el día 5 de marzo de 2020 y me incorporé a trabajar en marzo del 2021. He estado un año entre bajas y altas. A fecha de hoy estoy trabajando, pero aún tengo algún síntoma. Lo he llevado muy mal, he sufrido mucho, es algo que solo pueden entender las personas que pasar por ello. Tu vida cambia en un instante y sin saber si volverás a estar en algún momento como estabas”, confiesa.

Este síndrome afecta a personas de cualquier edad, aunque parece más frecuente en edad media y en mujeres. Los síntomas son de lo más variados, desde respiratorios, digestivos o dermatológicos, hasta neurológicos o cardiovasculares. Se calcula que al menos un 10% —entre un 15% y un 20%, según artículos más recientes— de estos pacientes no se recuperan completamente. Desarrollan síntomas persistentes e incapacitantes tras la infección aguda”, advierte una guía clínica para la atención al paciente con COVID persistente, desarrollada por la S. María Victoria no sabía por lo que estaba pasando, “pensaba que lo que me pasaba procedía del estrés que sufríamos y que era normal, hasta que una de mis adjuntas me mandó al doctor Tejerina. Vulnerable, desprotegida, triste… todos estos calificativos se sienten ya que tu vida ha cambiado. Estuve un año sin llevar una vida normal, sentía días de tristeza, incomprensión, que no tenía fuerzas para seguir, pero hay que seguir luchando. Doy gracias de estar mejor, aunque mi cabeza todavía no está bien del todo, puedo hacer una vida más o menos normal”, cuenta.

María Victoria es una de tantas personas que ha pasado por ello, pero se estima que podrían ser más de 11.000 los profesionales sanitarios afectados, 2.000 de ellos con una gran incapacidad que les impiden desarrollar su trabajo meses después de contagiarse mientras atendían a sus pacientes sin medidas de protección, critican desde el Consejo General de Enfermería, que lleva todo este tiempo luchando porque sea considerado como enfermedad profesional y no como enfermedad común.

Tejerina ya auguraba hace unos meses que el Long COVID acabaría convirtiéndose en un problema de salud pública muy relevante con importantes repercusiones económicas dada la incapacidad laboral que provoca. Y tanto profesionales sanitarios como pacientes, piden que se le dedique la atención que se merece y deje de ser un síndrome desconocido.

“Creo que debe haber más consultas a disposición de estos pacientes y que se les realice un seguimiento más preciso ya que a día de hoy sigue habiendo gente pasándolo muy mal. El paciente tendría que tener más información para que así pueda identificar la multitud de síntomas que produce esta enfermedad y poder tener un mayor registro de ella y saber paliarla. Es una enfermedad muy desconocida, como profesional sanitaria, creo que la sociedad y la administración se han olvidado que somos personas humanas y sufrimos igual. Aun así, estaremos preparados para la guerra ya que esta profesión sale de dentro y nunca les abandonaremos. Nos sentimos abandonados y desprotegidos por un sistema que cada vez nos exige más”, denuncia esta TCAE y paciente de COVID persistente.

Desde el CGE no quieren dejar de apoyar y lanzan su mano para todo el que lo necesite. “Vamos a apoyar a todos los que se hallen en esta situación. Son testimonios dramáticos e indignantes y vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que el Instituto Nacional de Seguridad Social declare como enfermedad profesional estas secuelas tan importantes que tienen miles de profesionales sanitarios en nuestro país. Las autoridades sanitarias deben brindarles todas las prestaciones que necesiten”, afirmaba el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.

Han pasado casi dos años desde que comenzara la lucha contra este virus que se ha llevado por delante tantas vidas y que ha mermado la calidad de muchas personas. Con la vacunación se ha conseguido dar un paso hacia adelante, pero aún queda mucho camino por recorrer y mucho que investigar para poder resolver incógnitas, acabar de una vez por todas con la pandemia que tapó tantas sonrisas y ayudar a todos estos pacientes a recuperar una vida como la recuerdan.

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COVID persistente, COVID-19, Hospital Gregorio Marañón, TCAE

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