Relato enfermero: Visitas en tiempos de COVID-19

Viernes, 6 de agosto de 2021

por diariodicen.es

Por fin, llegó el día de mi incorporación en la planta de un hospital. Tenía muchas ganas ya que, la última vez que estuve en un hospital fue en marzo y desde entonces las cosas han cambiado bastante. Antes los pacientes podían recibir visitas de sus familiares y allegados. En cambio, ahora sólo se puede en situaciones excepcionales.

Profesional sanitaria con un paciente en su habitación.
Profesional sanitaria con un paciente en su habitación.

En caso de que sean autorizadas, solo puede estar una persona, siendo recomendable que sea la misma durante toda la estancia hospitalaria. Para que en la planta haya el menor número de personas y así poder evitar la transmisión del virus de Covid-19.

Con esta medida, ahora el personal de enfermería debemos de estar más pendiente que nunca de los pacientes. Antes los familiares nos solían avisar cuando ocurría algo o prevenían posibles incidencias. En estos últimos días he podido ver como pacientes mayores con demencia o déficit cognitivos se arrancaban vías, se quitaban la ropa o tiran de los equipos de los sueros y bombas de perfusión, finalmente tirándolo todo. Muchos de estos sucesos se producían cuando el familiar autorizado no se encontraba en ese momento en la habitación. Pues no nos debemos de olvidar que los acompañantes también necesitan descansar, pasar muchas horas en un hospital es duro, por lo que, antes muchas familias se turnaban para no dejar a su familiar ingresado solo.

A mí me da mucha vergüenza cuando ocurren estos hechos porque la sensación que me da es de que no somo capaces de mantener la situación bajo control pero, la verdad, es que no podemos estar en varios sitios a la vez. Siendo necesario optar por la sujeción cuando el familiar se ausenta, habiendo pacientes que son conscientes de que están atados. Otro hecho que a mi aparecer es muy duro, sabiendo que no hay otra forma de prevenir problemas que pueden desembocar a otros de mayor gravedad.

En cambio, otros pacientes no entienden porque sus allegados no vienen a verlos y piensan que han sido abandonados en el hospital, creándoles ansiedad, siendo este otro suceso al que nos enfrentamos la mayoría de los días el personal de enfermería. En el que en muchas ocasiones no sabes que decir ya que la mayoría de esas personas cuando salgan del hospital van a la residencia donde estaban institucionalizados y van a seguir sin ver a su familia debido a la situación actual del Covid-19.

También hay personas que necesitan ayuda para comer o para moverse, por lo que necesitas estar con ellos en esos momentos, en ocasiones siendo imposible llegar a tiempo cuando necesitan ayuda. Aunque muchos de ellos entienden la situación en la que nos encontramos, siendo muy compresibles e incluso algunos están pendientes del compañero de habitación cuando este es dependiente, avisándonos cuando ocurre imprevistos.

Tampoco hay que olvidarse cuando el paciente estando en el hospital ha sido contacto de Covid-19 y le tienen que aislar en la habitación para prevenir la transmisión o tiene otra enfermedad que también precisa aislamiento, juntándose de esta manera varios sucesos desfavorables para el área psicosocial de la persona. Además, de estar ingresado por su enfermedad, solo puede ver al profesional sanitario en ocasiones puntales y cuando estos entran en la habitación van con equipos de protección individual.

Otro hecho muy duro que he vivido en estas últimas semanas es cuando un paciente fallece solo porque su familiar no se encuentra en ese momento. En estos casos las visitas si están autorizadas, o cuando el familiar si está, pero no tiene a otra persona cercana en que la que apoyarse en ese momento de despedida.

También hay familiares que quieren saber cómo se encuentra su familiar ingresado, muchas veces creándoles ansiedad porque no pueden recibir información en ese preciso momento y es que hay pacientes ingresados que son mayores con dependencia en las actividades básicas de la vida diaria que les cuesta utilizar los teléfonos y que no son capaces de transmitir como se encuentran en ese instante. Hay casos en los que los pacientes son capaces de manejar teléfonos móviles, pero que al llegar al hospital sufren una leve desorientación y que son incapaces de utilizarlos. En cambio, hay familiares que si son autorizados para ir al hospital, pero prefieren no ir por miedo a contagiarse de Covid-19 o de otras enfermedades.

También me he encontrado con casos, la minoría, en los que el paciente dice que sus personas cercanas no le paran de llamar y que no le dejan descansar.
Ahora así escrito parece que todo es negativo. Muchos días son duros no lo niego, se necesita mucha fuerza física y psíquica para poder sobrellevar el día a día. Pero la mayoría de veces hay momentos bonitos que, aunque sean pequeños valen mucho más y son con los que me quiero quedar en el recuerdo, con esto no quiero decir que no quiera ver la realidad de los otros sucesos duros.

En estos días en la planta no solo he ganado experiencia a realizar el trabajo de enfermería, que es precioso, también he aprendido a no llevarme los momentos difíciles a casa, muchas veces es difícil dejar de pensar en ellos.

Antes de la pandemia en muchas ocasiones era normal ver las habitaciones llenas de visitas, en muchos momentos siendo hasta algo incómodo, pero ahora nos encontramos en el polo opuesto. A mí, personalmente, esta situación me ha hecho valorar lo importantes que son los familiares. Anteriormente en algunos casos pensaba que dificultaban algunas tareas y que en ocasiones no dejaban descansar al paciente.

Pero a donde quiero llegar es a la conclusión de lo importantes que son las visitas no solo para los pacientes y los familiares, también para el personal de enfermería, muchos son los cuidadores principales y nadie mejor que ellos sabe cuáles son las preferencias del paciente a la hora de impartir los cuidados. Tampoco hay que olvidar la educación para la salud que podemos hacer sobre los cuidadores principales, de esta manera ayudando a la recuperación de la persona enferma y posteriormente potenciando su calidad de salud adquirida.

Por tanto, las visitas de los familiares son fundamentales para el cuidado de las personas ayudan a los pacientes en su recuperación, previniendo la desorientación o proporcionando compañía. Esto último también muy importante porque hay pacientes que, aunque son válidos e independientes, precisando solo que les faciliten la medicación, también necesitan cuidados en toda su esfera biopsicosocial, en la que en muchos casos por la falta de tiempo no son totalmente proporcionados. No hay que olvidar que ahora por las circunstancias en las que nos encontramos, los pacientes no pueden pasear por el pasillo, por lo que se pasan todo el tiempo en la habitación haciendo la estancia hospitalaria más dura para ellos. En ocasiones hay pacientes que tienen una edad parecida y entablan largas conversaciones haciendo el día más liviano, en cambio, hay veces en las que uno de los compañeros de habitación está menos grave que el otro, siendo este el que nos avisa cuando le ocurre algo al otro paciente.

Para finalizar me gustaría dar las gracias a todos los pacientes y compañeros que he tenido. De cada situación vivida en este periodo he aprendido cosas muy importantes, no solo como enfermera, sino también como persona.

Autora: Julia Hervás González

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