De doulas, cuidados y abandonos

Martes, 5 de mayo de 2015

por José Ramón Martínez Riera

Con motivo del Día Internacional de las Matronas que se celebra hoy, 5 de mayo, bajo el lema “Matronas para un futuro mejor”, recogemos la opinión de José Ramón Martínez Riera, Presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), a través de la revista METAS. En los últimos meses el debate acerca de las doulas ha sido continuo, así como el rechazo por parte de los profesionales sanitarios a esta figura.

Martínez Riera mira desde otra perspectiva, dejando de lado las críticas a las doulas, el debate ya conocido, para centrarse en otro aspecto del problema: ¿quién dejó vacío el hueco que las doulas ocupan?

“Estimada directora:

Recientemente se informaba, a través de todos los medios de comunicación, de un informe realizado sobre la actividad de las doulas.

No es mi intención entrar a valorar el rigor del informe en cuestión ni la legalidad o no de las doulas. Sin embargo, sí que quiero detenerme a reflexionar sobre las causas que pueden habernos llevado a esta situación de denuncia y confrontación.

A nadie se le escapa que la Enfermería, como disciplina y como profesión, ha tenido un avance vertiginoso en los últimos 35 años poco comparable a ninguna otra disciplina/profesión, y que le ha conducido a alcanzar el máximo desarrollo que como ciencia se puede lograr en el ámbito académico, aunque con un desarrollo menos evidente, también es cierto, en el ámbito de la atención.

4.1.1El problema viene determinado en las pérdidas y/o abandonos que en el camino ha realizado la Enfermeria y que eran parte esencial de los cuidados enfermeros. Las necesidades básicas, muchas de ellas, se han considerado de “perfil bajo” profesionalmente y han venido trasladándose a manos de otras profesiones y/u oficios. La alimentación y la higiene, por ejemplo, no se identifican mayoritariamente como ámbitos de la actuación enfermera profesional. El problema no es que se delegue, que entraría dentro de lo razonable, sino que se abandone. La comunicación, la escucha activa, el acompañamiento… han dado paso a cuidados estandarizados, planes de cuidados sistematizados, intervenciones normalizadas, que dejan un hueco ocupado hasta entonces por las enfermeras al no lograr/querer combinarlos adecuadamente.

Pero el abandono, y aquí es donde radica el problema desde mi punto de vista, no se produce porque desaparezcan las demandas o las necesidades que las personas, las familias o la propia comunidad tienen, porque dichas demandas/ necesidades permanecen y se hacen patentes.

Entonces sucede que si no son cubiertas por las enfermeras son nichos de “oportunidades” para otras profesiones/oficios/ocupaciones.

Las enfermeras han pasado, al no sentirse reconocidas y valoradas por aquello que les era propio, los cuidados de Enfermería, a rechazar aquellos que entendían que se circunscribían al ámbito de lo afectivo, doméstico y privado. Al entender que su cultura profesional finalmente se manifiesta en los significados que la gente atribuye a dichos aspectos de la profesión, tiende a modificar su manera de concebir la misma y su rol en ella, sus valores, sus creencias e incluso su imagen.

Al actuar de esta manera abandonamos muchos activos intangibles, entendidos estos como aquellos que no se pueden comprar, que no se pueden limitar, o que no pueden ser fácilmente sustituidos, tal como describió en 1957 Chris Argyris. Pero es que, además, eliminamos el bien intrínseco descrito por Adela Cortina como aquello que la profesión proporciona de forma única a la sociedad y que constituye un servicio indispensable para su mantenimiento. Todo ello hace que la sociedad no nos reconozca como referentes, prestadoras o protagonistas de estos bienes, pasando a serle atribuidos a otros al ser quienes los proporcionan y los hacen visibles.

Así pues, es preciso analizar con detenimiento y también autocrítica cuál está siendo nuestro comportamiento profesional frente a ciertas necesidades/demandas para tratar de dar respuesta razonada, coherente y justificada a ciertas figuras que emergen para cubrir nuestros abandonos. Es preciso valorar y hacer valer los cuidados básicos como parte fundamental de nuestro quehacer profesional y científico. La especialización, la práctica avanzada, la evolución no pueden ni deben ser incompatibles con dichos cuidados y aún menos deben ser identificados como menores o impropios de las enfermeras, porque son parte fundamental de nuestra esencia y nuestra ciencia.

Por todo ello, no se trata tanto de elaborar informes que denuncien, ataquen e incluso criminalicen a ciertas figuras, sino de valorar el porqué de su irrupción y de su supuesta injerencia, porque no se puede hablar de tal cuando lo que se ha hecho no es una invasión sino una ocupación del hueco dejado voluntaria e inconscientemente. El problema que se presenta es tratar de recuperar los activos intangibles y los bienes intrínsecos perdidos y que nos desangran como profesión.

Hoy denunciamos a las doulas, mañana ¿a quién acusaremos de nuestros “descuidos”? ”

José Ramón Martínez Riera

Presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC)

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2 Respuestas a “De doulas, cuidados y abandonos”

  1. Estimado Jose Ramón,
    Quizás el fondo de esta falta de reconocimiento en los cuidados básicos propios de nuestra profesión es por la falta en cobertura de profesionales para poder realizarlos de forma individual, integra y con la calidad que las mujeres merecen, desde tiempos inmemiorales.
    En este país, prima más la medicina curativa que la preventiva, haciendo que los cuidados que para mi, como matrona, son los más importantes, en ciertas circunstancias no los pueda aplicar por igual por falta de personal. Porque, ¿que hace la matrona sino acompañar? Pero no solo en el parto, sino durante toda la vida! Acompañar, aconsejar y defender a la mujer, sus intereses y deseos.
    El día 5 de mayo, es una dia para recordar al mundo que la matrona es el profesional más adecuado y cualificado para atender a la mujer en su vida sexual y reproductiva. Que se forman al año matronas que al terminar acabn en paro por falta de contratación, y le puedo asegurar, que sabemos cuales son los pilares y principios basicos de nuestro trabajo.
    Esta información, debería ser conocida por todos y reconocida por todos.
    Atentamente

    Araceli Navas Casillas
    Matrona de las Islas Baleares

  2. Estimada Araceli:

    No puedo estar más de acuerdo contigo. Es más yo iría más allá. Lo más importante es promocionar la salud y mantener sanos a los sanos. De hecho la sexualidad, el embarazo, el nacimiento, el desarrollo de las/os niñas/os no son más que procesos saludables del ciclo vital. Y, efectivamente, las matronas como enfermeras especialistas son las más preparadas e indicadas para atender los mismos en colaboración y equipo con otras enfermeras especialistas y generalistas y profesionales de otras disciplinas.
    El reconocimiento no se obtiene de manera “gratuita”. Se gana dando respuesta a las necesidades y demandas de las personas, familias y comunidad, más allá de que sean mujeres u hombres. Pues en los procesos mencionados también los hombres tienen necesidades y demandas que deben ser cubiertas por las matronas y por otras/os profesionales.
    La falta de personal, siendo un problema de pirmer orden, no pueede ser escusa nunca de la eficaz prestación de cuidados. Demostremos con evidencias la importancia de adecuar y racionalizar el número necesario para aquello que debemos hacer.
    El abandono de responsabilidades y competencias no elimina las demandas y necesidades y por tanto si no son cubiertas por las/os profesionales que deben hacerlo serán asumidas por otras/os personas -profesionales o no-.
    Por tanto sigamos trabajando por visibilizar nuestra competencia desde el sentimiento de pertenencia profesional y el orgullo de lo que hacemos. Tan solo así seremos capaces de ser reconocidas/os.
    Gracias por tu interés, Araceli.
    José Ramón Martínez Riera

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