¿Qué papel juegan los profesionales de enfermería en la atención a pacientes con depresión?

Viernes, 5 de febrero de 2016

por diariodicen.es

IMG_20160128_225520_103“Parece que el diagnóstico de depresión se ha multiplicado por doquier y según los cálculos que ofrecen las organizaciones irá a más. Se habla de 350 millones de personas con depresión. ¿Un aumento del diagnóstico necesariamente implica una situación negativa, o por el contrario se está diagnosticando un problema que permanecía subyacente? O, por otro lado, ¿ha aumentado la depresión o lo ha hecho el diagnóstico, y se está diagnosticando como depresión algo que realmente no lo es?”. Son algunas de las preguntas que se hace Borja Gil Fernández, enfermero de salud mental.

Su profesión le ha llevado a trabajar en una unidad de agudos de psiquiatría y, actualmente, en un centro de toxicomanía, trabajos que le han convertido en todo un conocedor de la depresión, una patología que “hay que diferenciar de la tristeza” y en la que la enfermería juega un papel muy importante, ya que “el enfermero puede ser una figura de apoyo, ajeno a dinámicas familiares ya establecidas, un elemento a través del cual triangular ciertos conflictos y al que expresarle malestares y angustias sin miedo a recibir un juicio moral”. 

Pregunta-. En primer lugar, aunque parezca una pregunta muy básica, creo que es necesario introducir el tema con una cuestión tan sencilla y a la vez tan amplia como: ¿qué es la depresión?

Respuesta-. Para responder adecuadamente tendríamos que determinar primero el contexto en el que respondemos. Coloquialmente, nos estamos familiarizando con el término cada vez más, y lo oímos en conversaciones en la calle, o a nuestros conocidos. Ahora bien, es importante distinguir si en ese contexto todos estamos entendiendo lo mismo por depresión. Desde el punto de vista clínico, hablamos de un trastorno que comprendería una serie de síntomas, como son la tristeza, irritabilidad, la pérdida del interés por las actividades, sentimientos de incapacidad, falta de concentración, falta de energía, enlentecimiento o agitación, pérdida o aumento del apetito, insomnio o hipersomnia, ideas de suicidio… aunque no se tienen por qué dar todos; provocando además una repercusión importante en el sujeto, ya sea en lo social, lo laboral, etc.

Hay que diferenciar esto de la tristeza, más o menos intensa, que podemos tener cualquiera en cualquier momento y que, como el resto de emociones, puede ser muy adaptativa (incluso aunque no nos demos cuenta). Y por supuesto también de la tristeza tras una pérdida importante. Si patologizamos la tristeza, patologizamos a los que pasan por ella. Es importante tratar de entender la parte de proceso que puede haber en la tristeza para el individuo. Observarla desde lo sistemático y no únicamente desde lo enfermo.

Pregunta-. ¿Existe alguna forma de prevenir la depresión?

Respuesta-. Evidentemente, no se puede decir que haya una receta para evitar la depresión, aunque podemos tener un estilo de vida que genere menos riesgo. Las medidas que se predican habitualmente son altamente recomendables, a saber: una dieta equilibrada, con importante presencia de alimentos ricos en omega 3, hacer ejercicio con regularidad, mantener unos horarios regulares con unas horas de sueño adecuadas… Dada la importancia que la vitamina D tiene en el desarrollo de la depresión  conviene exponerse a la luz natural, realizar actividades al aire libre, pasear, etc.

La depresión puede ser reactiva a circunstancias ambientales. Conviene pararse a pensar en las propias formas de afrontamiento del estrés, así como identificar estas situaciones y trabajarlas en la medida de lo posible. Es importante en este sentido aprender a relativizar, hacer nuestra aquella máxima de Cioran de que “vivir es especializarse en el error” y comprender al mismo tiempo que ciertos errores, ciertos dolores, son imprescindibles para que crezcamos como personas.

Por último, no se puede perder de vista la cuestión del sentido vital. Un motor que nos mantenga en la vida. La respuesta a esta pregunta, que no olvidemos, también vamos construyendo día a día, es de vital importancia. Ya decía Albert Camus que la única cuestión filosófica realmente importante era la del suicidio, en el sentido de que respondía a si la vida merece ser vivida.

Pregunta-. ¿Qué factores son determinantes en la aparición de la depresión?

Respuesta-. Como en otros procesos, la falta de un foco concreto amplía los factores que pueden incidir en presentar una depresión. Factores genéticos, determinados estilos de respuesta, ya sean heredados o aprendidos en la infancia… Pero también factores sociales, como un aumento del estrés propio de las condiciones de vida en las que nos movemos, frustraciones derivadas de la imposibilidad de alcanzar ciertos prototipos, autoimpuestos o no, etc.

Pregunta-. ¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta una persona que padece depresión?

Respuesta-. Aparte de la propia sintomatología ya comentada, y a pesar de que se va dando a conocer cada vez más, todavía tienen que lidiar con incomprensiones, miedos, etc. En ocasiones puede no ser fácil vivir con alguien con depresión, la irritabilidad puede darse como síntoma, o aparecer si el tratamiento no cumple las expectativas, junto a sentimientos de frustración, tanto en la persona como en sus allegados. Otras veces puede existir la idea de que es una muestra de debilidad, algo que hay que esconder, y se cubre con un silencio que pesa como una losa. Tiene que lidiar con ver cómo el mundo sigue su ritmo mientras él tiene la sensación de quedarse atrás, de no valer para nada.

Pregunta-. ¿Suele ser el propio paciente el que acude al personal sanitario reconociendo que tiene depresión o es más común que sea diagnosticado por los profesionales sin que la causa de acudir a consulta sea esa?

Respuesta-. En ciertos colectivos, sobre todo en los ancianos, es común que acudan con quejas somáticas cuando en realidad el proceso subyacente es una depresión. En esos casos se suele llegar al diagnóstico tras descartar causas orgánicas.

Pregunta-. ¿Qué tratamiento es el más común para personas que sufren depresión?

Respuesta-. En nuestro sistema de salud, la medicación antidepresiva.

Pregunta-. Y, ¿son los fármacos la solución? ¿O los tratamientos deben ir mucho más allá? ¿Son imprescindibles los psicofármacos?

Respuesta-. Debemos concretar el tipo de depresión que tenemos enfrente. Puede darse que curse con síntomatología psicótica, resultando imprescindible el uso de psicofármacos. En otras situaciones, como en el caso de depresiones reactivas o si hablamos de estilos de afrontamiento determinados, la medicación puede resultar una buena muleta, pero lo ideal sería combinarlo con psicoterapia. Se ha comprobado la efectividad de psicoterapias en el tratamiento de la depresión.

Se debe desterrar la idea de que la medicación va a ser la solución a todos los problemas o, incluso, de que se trata de una especie de “pastilla de la felicidad”.

Pregunta-. ¿La investigación sobre la depresión es suficiente o debería investigarse mucho más en este campo? 

Respuesta-. En salud mental hay muchos aspectos que desconocemos y es necesario investigar mucho más.

Pregunta-. ¿El número de personas con depresión en España tiende a disminuir y, por lo tanto, la visión de futuro es esperanzadora o, por el contrario, aumenta?

Respuesta-. Si coges los titulares de las noticias sobre depresión, puedes sacar la conclusión de que estamos inmersos en una epidemia. Parece que el diagnóstico se ha multiplicado por doquier y según los cálculos que ofrecen las organizaciones irá a más. Se habla de 350 millones de personas con depresión. ¿Un aumento del diagnóstico necesariamente implica una situación negativa, o por el contrario se está diagnosticando un problema que permanecía subyacente? O, por otro lado, ¿ha aumentado la depresión o lo ha hecho el diagnóstico, y se está diagnosticando como depresión algo que realmente no lo es? ¿El mundo de hoy en día favorece la depresión o hemos visto en la consulta del psiquiatra una respuesta más o menos rápida a nuestros problemas? Son preguntas de  difícil respuesta, pero  por mi parte creo que el hecho de que la gente tenga un espacio donde expresar lo que le sucede y ser escuchado ya es un motivo para ser optimista. Que puedan hablarlo, tanto en la consulta como con su familia o sus amigos.

Pregunta-. ¿Cuál es el papel del personal de enfermería en relación a estos pacientes?

Respuesta-. Destacaría especialmente el acompañamiento. Con cualquier paciente es importante, por supuesto. Más en el campo de la salud mental, pero en el caso de la depresión es imprescindible. En el caso de alguien cuya visión del mundo se ha tornado gris, desesperanzada, al que le asaltan sentimientos de que está hundido y solo, tener a alguien al lado es capital. Esta labor la van a hacer en su mayor parte, en el día a día, el círculo más íntimo, la familia en la mayoría de casos. El enfermero puede ser una figura de apoyo, ajeno a dinámicas familiares ya establecidas, un elemento a través del cual triangular ciertos conflictos y al que expresarle malestares y angustias sin miedo a recibir un juicio moral. En este aspecto, establecer una relación de confianza con esa persona será el primer paso.

Pregunta-. ¿Cómo puede lograr el enfermero ese núcleo de confianza en la relación con el paciente para tratar la depresión?

Respuesta-. Lograr la confianza de alguien implica tiempo. Y tiempo de calidad. Escuchar, sobre todo. Que esa persona note que es el foco de tu atención. Muchas veces, y a pesar de la preparación o experiencia, no se sabe qué decir. Es un comentario frecuente entre el personal de enfermería. Pero realmente hace falta decir muy poco para mostrarle a alguien comprensión y apoyo.

Pregunta-. En pacientes cuya depresión es muy extrema el riesgo de suicidio puede suponer un problema muy grave, ¿qué puede hacer el personal sanitario para prevenirlo?

Respuesta-. Debemos indagar siempre la existencia de ideación suicida. Es un mito falso la idea de que hacer esto puede empujar a la persona a tomar esa resolución, las estadísticas dicen que en ocho de cada diez casos de suicidio se había verbalizado antes la idea. Preguntando podremos valorar y vigilar esas ideas y actuar cuando haya un importante riesgo de paso al acto.

En esos casos las unidades de hospitalización de psiquiatría cumplen una función de contención. En situaciones con riesgo para el individuo pueden suponer un lugar donde la vigilancia del personal y las medidas de seguridad eviten un mal mayor. Es cierto que en su mayoría suelen ser de puertas cerradas y con régimen de vigilancia estrecho, con la incomodidad que eso supone y la posibilidad de generar cierta sensación de “castigo” en la persona, pero hablamos de casos con un riesgo importante de suicidio, a veces con escasa posibilidad de contención por parte de la familia.

 

 

depresión, enfermería, salud mental

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