Investigadores de las universidades de Stanford y California-Berkeley, ambas ubicadas en Estados Unidos, han desarrollado una pulsera compuesta por sensores y microprocesadores capaces de analizar la morfología del sudor del paciente y transmitir esta evaluación para su posterior diagnóstico. Con esta nueva herramienta, se pueden detectar con mayor rapidez enfermedades como la fibrosis quística y la diabetes.
Gracias a los componentes que conforman este dispositivo, que estimulan las glándulas sudoríparas, la pulsera puede constatar la composición molecular de las partículas de sudor y detectar, por ejemplo, las dolencias antes mencionadas si se encuentra una concentración alta de cloruro y glucosa, respectivamente, en dichas partículas.
La gran ventaja que esta herramienta presenta frente a métodos más convencionales es su rapidez, además de que el personal sanitario no es indispensable durante el procedimiento.
El método tradicional, que apenas ha variado en 70 años, consistía en la estimulación de las glándulas sudoríparas mediante electrodos, lo que resultada lento, incómodo para el paciente, que tenía que permanecer inmóvil durante un periodo considerable de tiempo, e incluso doloroso; asimismo, gracias a los microprocesadores, esta pulsera puede transmitir sus análisis de forma telemática a cualquier parte del mundo.
Por otro lado, gracias a su morfología, este dispositivo podría emplearse para el desarrollo personalizado de los medicamentos adecuados para tratar las dolencias en cuestión.
Sam Emaminejad, investigador de postdoctorado de la Universidad de Stanford y uno de los responsables de la pulsera, ha afirmado que los autores tienen pensado desarrollar el proyecto hasta poder convertirlo en un smartwatch y ampliar el seguimiento de la población.
