Con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Depresión, el Consejo General de Enfermería (CGE) ha querido advertir de que el abuso de fármacos antidepresivos supone un problema de salud pública, que se ha acentuado en un 10% desde que comenzó la pandemia, según datos del Observatorio del Medicamento de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles.
Casos de depresión
La institución ha instado a contar con enfermeras especialistas en Salud Mental para prevenir posibles casos de depresión en la población y ayudar a los pacientes tras el diagnóstico.
Durante la pandemia, un 5,4% de la población sufrió algún tipo de cuadro depresivo, según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), aproximadamente 2,1 millones de personas. La depresión se ha convertido en una de las enfermedades mentales más prevalentes del país con hasta 230.000 casos graves.
El CGE ha instado a las administraciones nacionales y autonómicas a apostar por la profesión y a crear estrategias preventivas y de cuidados para brindar a los pacientes una mejor atención.
Enfermeras especialistas en Salud Mental
El presidente del Consejo, Florentino Pérez Raya, ha afirmado que es fundamental contar con enfermeras especialistas en Salud Mental para ayudar, apoyar y cuidar de los pacientes. “Las enfermeras acompañan durante una enfermedad que puede estar presente a lo largo de la vida de los pacientes, y establecen una relación con ellos”.
“No podría funcionar la salud mental sin la enfermera especialista”, ha querido recalcar Mª del Mar García, vocal del Pleno del CGE por la especialidad de Salud Mental y presidenta del Colegio de Enfermería de Almería.
Salud mental de los sanitarios
Jesús Linares, psicólogo de Emergencias, expone también que “la irrupción de la pandemia supuso un parón en la dirección de la humanización de la asistencia sanitaria. El gremio de la Enfermería ha sufrido durante este último año síntomas ansiógenos, depresivos, alteraciones del sueño, de la alimentación, etc. Los sistemas sanitarios padecen déficits estructurales y el personal sanitario lo ha sostenido rompiéndose física y psicológicamente”.
Los sanitarios también son personas y cuidar de su salud mental es indispensable. Es importante advertir que cuando se tengan síntomas de debilidad en la salud mental, se debe pedir ayuda profesional.
Según una encuesta realizada por el CGE, una de cada tres enfermeras reconoce haber sufrido una depresión por la pandemia y el trabajo excesivo durante estos últimos años. Su salud mental se ha visto resentida por culpa de la falta de profesionales, el estrés por el volumen de trabajo incluso antes del COVID-19, y muchos más factores.
“No podemos permitir que las/os enfermeras/os terminen su jornada laboral exhaustas ni que lleguen con ganas de abandonar la profesión. Sin enfermeras no hay sanidad, y sin sanidad no hay salud. Hay que valorar su trabajo y apostar por esta profesión”, concluye Pérez Raya.
