Oporto ha sido testigo de una escena de humillación para las dos enfermeras que trabajaban en el Hospital de San Antonio y en el Hospital de San Juan, de esta ciudad. Para justificar su derecho a las horas de lactancia han tenido que mostrar la leche delante de algunos de los médicos del centro. El proceso convencional llevado a cabo en Portugal es el siguiente: cuando el bebé ya tiene un año de vida, las madres deben presentar un justificante médico que acredite que siguen amamantando a sus bebés para así poder reducir la jornada.
Estas dos enfermeras tuvieron que demostrar que continuaban dando de mamar a sus hijos de una forma insólita que ha llevado a que el consejo regional del norte del Colegio de Médicos comience una investigación disciplinaria respecto a estos médicos.
Además, las enfermeras han aclarado que no volverán a hacerlo, a pesar de que les han pedido acudir a pruebas cada tres meses donde tendrían que volver a sacarse leche delante del médico. Esto, en declaraciones de una de las enfermeras, sucede para “presionar a las lactantes para que renuncien a las horas de lactancia.”
El hecho ha llegado hasta la política donde desde la oposición, el diputado comunista Jorge Machado ha declarado que preguntará al Gobierno por este hecho en la Asamblea Nacional ya que “es profundamente discriminatorio, un comportamiento inaceptable”.
