Concepción García Marina es enfermera escolar en un colegio de educación especial. Lleva ya muchos años dedicándose a ello, un trabajo totalmente distinto al que puede realizar el equipo de Enfermería de un hospital, y bastante desconocido, pero con un fondo muy bonito: ayudan al alumnado con diagnósticos y patologías crónicas, raras y/o discapacitantes que requieren diariamente atención enfermera.
Pregunta. Se ha reclamado durante mucho tiempo que se instaure la figura de la enfermera escolar en todos los centros, pero queda aún camino por recorrer. ¿Qué importancia tiene el papel de la enfermera en los centros escolares y, más aún, en los centros de educación especial?
Respuesta. Sin lugar a dudas, la Enfermería escolar ha tenido un auge importante en los últimos años. Nuestra figura, en los centros de educación especial, ha estado siempre mucho más instaurada. Son centros donde se escolariza alumnado con diagnósticos y patologías crónicas, raras y/o discapacitantes, incluidos los cuidados paliativos, que requieren diariamente una atención enfermera que no puede delegarse en ningún otro perfil profesional.
Los beneficios son, en primer lugar, para el alumnado, que puede disfrutar de un derecho fundamental como es la educación, con la mayor normalización y sin verse condicionado por su problemática de salud. Estos centros les aportan unos beneficios sociales y de relación que difícilmente encuentran en otros ámbitos. A sus familias les permite la conciliación laboral con la tranquilidad de que sus hijos van a tener cubiertas sus necesidades de salud. Y, por último, a la comunidad educativa que no asume competencias para las que no está preparada y que no le corresponden.
P. ¿Por quién está formado el equipo en un centro de educación especial?
R. Está compuesto por:
- El Equipo Directivo (Dirección, Jefatura de Estudios y Secretaría)
- Departamento de Orientación, que en la mayoría de los centros se compone de la orientadora (Psicólogo no clínico o Pedagogo), PTSC (Profesor Técnico de Servicios a la Comunidad), Profesor de Audición y Lenguaje, Fisioterapeutas y Enfermeras. La figura de enfermería no está regulada de manera oficial en este departamento por lo que sufre de un vacío legal que hace que en algunos centros no esté integrado quedando a criterio de la Dirección, aunque hay que decir que lo habitual es que sea miembro de él.
- Personal docente, Profesores de Pedagogía Terapéutica.
- Técnicos Educativos (TEIII), que se encargan de los aspectos de higiene, alimentación, traslados del alumnado y de apoyo al profesorado en aulas.
- El Técnico de Integración Social (TIS), que apoya en el centro con el alumnado con mayor problemática sobre todo de comportamiento.
P. ¿De qué te encargas? O, dicho de otra manera, ¿cuáles son tus competencias?
R. Os cuento lo que la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (AMECE) propone como competencias de la enfermería escolar:
Dar una atención integral al alumnado, gestionar los aspectos de salud, competencia docente y de investigación, y competencia en el establecimiento y desarrollo de relaciones interprofesionales en el centro educativo, con sus profesionales, los alumnos y sus familias, servicios externos sanitarios y sociosanitarios y con el ámbito universitario.
De todas estas competencias se nos demanda desde la administración para la función asistencial, pero centradas fundamentalmente en la realización de curas, sondajes, aspiración de secreciones, alimentación por gastrostomía, atención a situaciones de urgencia, a la administración de medicación o pautas terapéuticas establecidas por prescripción facultativa o de enfermería, y no valorando ni reconociendo la importancia de otras funciones tan fundamentales como la Educación para la Salud o la colaboración con servicios externos.
P. ¿Cuáles son las principales patologías/necesidades que tienen los pacientes que atiendes?
R. En este momento en mi centro son dos alumnos con respiradores, con seguimiento en servicios de enfermedades complejas y de paliativos, una alumna con diagnóstico de diabetes insípida central y otra alumna también en seguimiento de paliativos y que ha tenido una asistencia mínima al centro por su inestabilidad neurológica.
El alumnado que llamamos gravemente afectado y habitualmente de Cronicidad Compleja, que puede plantear situaciones muy problemáticas por mal manejo de secreciones, problemas de deglución en el caso de no tener botón gástrico y su afectación neurológica. Este es un alumnado con mucha necesidad de seguimiento y cuidados por la cantidad de patologías asociadas que tienen y los tratamientos que requieren.
Un alto porcentaje de nuestros alumnos presentan crisis convulsivas, afortunadamente la mayoría de ellos bien controladas.
Mucha relevancia también de los problemas de salud mental, episodios de problemas de comportamiento y alteración de la conducta son normalmente diarios en los centros de educación especial. Y no puedo desaprovechar la ocasión para comentar qué si últimamente se está denunciando la falta de atención que hay para la salud mental, esto se multiplica cuando hablamos de infancia y juventud y encima con discapacidad, que lleva a un infradiagnóstico de estos niños donde toda la problemática se justifica por su discapacidad.
A nivel diario un volumen variado de alumnos requiere administración de medicación, control de dietas, vigilancia de los frecuentes cambios de medicación que sufren sobre todo si hablamos de fármacos antiepilépticos o psiquiátricos.
Nos implicamos también en controles de peso, tensionales.
Es muy importante en estos centros la EPS adaptándola al nivel cognitivo de cada grupo y contando para ello con la colaboración de los tutores. En estos centros damos sobre todo importancia a los programas de habituación a técnicas sanitarias bien en la propia enfermería del colegio o en colaboración con atención primaria.
P. ¿Qué formación debe tener una enfermera para trabajar como enfermera de educación especial?
R. Pues actualmente no se exige ninguna, pero un campo tan específico como el nuestro y tan distinto de otros ámbitos de nuestra profesión, está pidiendo a gritos una formación especializada.
Una enfermera que llega a un centro educativo sería fundamental que tuviera una formación previa que le aportara conocimientos, por ejemplo, en procedimientos administrativos que le permitan una administración segura de medicación, conocimientos en manejo confidencialidad de datos y su custodia, un modelo a seguir de historia de enfermería para una recogida de información completa del alumnado, sobre todo de aquél que presente mayor problemática.
La enfermera escolar debe familiarizarse con un terminología y documentación muy específica del ámbito educativo: Programación General Anual (PGA), Memoria, reuniones interdisciplinares, reuniones de tutoría, evaluaciones trimestrales…
La EPS también tiene matices muy diferentes a como se desarrolla en otros ámbitos, así como la atención a una urgencia o a las enfermedades infectocontagiosas por poner un ejemplo.
P. ¿Cómo es el día a día de una enfermera en un centro de educación especial?
R. Es muy distinto al hospitalario. Se controla al inicio de la jornada al alumnado más afectado, viendo las condiciones en las que llega al centro y si hay comentarios importantes de la familia sobre su estado general; se atiende a las incidencias diarias; se registra toda la información sanitaria recibida, las incidencias atendidas, informar a familias de todo ello; y se mantiene un seguimiento del absentismo del alumnado más complejo bien a través de correo electrónico o telefónico.
El momento con mayor carga de trabajo es, sin duda, el horario de comedor y los previos. Aunque hay administraciones de medicación en distintas franjas horarias, la mayor parte de ellas se realizan en horario de comedor, pero también en esa franja de tiempo hay que dar alimentación por botón gástrico, mantener una vigilancia del alumnado por el riesgo de atragantamiento y las diversas alergias e intolerancias.
Al finalizar la jornada, es importante hacer una revisión de aquellos alumnos que han pasado por la enfermería y valorar su evolución a lo largo del día para dar indicaciones a las familias si lo consideramos necesario.
P. Dentro del organigrama de un centro escolar, ¿dónde se encuentra la figura de la enfermera escolar?
R. La figura de la enfermera no está regulada de manera oficial en este departamento por lo que sufre de un vacío legal que hace que en algunos centros no esté integrado, quedando a criterio de la Dirección, aunque hay que decir que lo habitual es que sea miembro de él.
P. ¿Qué recomendaría a alguien que quiera trabajar como enfermera en un centro de educación especial?
R. No considero que sea bueno iniciar la actividad profesional en un centro educativo. Valoro que es mejor haber pasado previamente por servicios hospitalarios o de Atención Primaria que aporten formación en técnicas de Enfermería, ya que en estos centros se escolariza alumnado con necesidades muy específicas de aspiración de secreciones, sondajes, curas, etc.
Afortunadamente, ya en todos los centros de educación especial hay un mínimo de dos enfermeras, por lo que cuando una enfermera se incorpora al equipo, va a contar con la ayuda de una compañera para orientarla y solventar todas las dudas que le puedan surgir.
Buscar el asesoramiento en asociaciones científicas de Enfermería Escolar que le van a aportar mucha documentación sobre protocolos de intervención en las incidencias más habituales en un colegio: epilepsia, crisis asmáticas, alergias, procesos administrativos, etc.
Además, dada la complejidad de este alumnado es importante establecer contacto previo con los servicios externos que les atienden habitualmente, siempre con la conformidad de la familia.
P. Lleva más de 30 años trabajando como enfermera en un colegio público de Madrid. ¿Ha habido algún caso que le haya tocado o llegado más?
R. Sin duda, los casos de niños con seguimiento de cuidados paliativos y aquellos con mal pronóstico por su diagnóstico. Ir viendo el deterioro progresivo que van sufriendo, el contacto tan cercano y continuado que has tenido con ellos y con sus familias es muy duro de asimilar y enfrentarse a ese desenlace fatal te deja muy afectada.
También toda la problemática de salud mental, que, por supuesto, altera tanto la rutina educativa de estos centros, pero sobre todo te afecta el ver la situación que viven estas familias, observar el sufrimiento que tiene el alumno, con esos problemas tan graves de comunicación y en la situación de desamparo que se encuentran con respecto a la atención psiquiátrica. Son de tal envergadura los problemas de salud mental, que ha sido motivo más que suficiente para que el 7º congreso de la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar gire en torno a la importancia de esta “especialización” en Salud (Madrid, 17-19 de noviembre de 2023).
Pero por no comentar solo lo más penoso, también hay que destacar experiencias que son muy gratificantes, como la confianza de los niños que acuden a la Enfermería con un dolor terrible y que salen curados con un masaje con crema hidratante y lo agradecidos que son a todos los cuidados que reciben.
Por destacar un caso, un alumno con diagnóstico de Dandy Walker, con crisis epilépticas, problemas de conducta y una problemática social de alto riesgo, es diagnosticado de diabetes. Cuando nos lo comunican pensé que iba a ser imposible de controlar, pero sorprendentemente gracias al trabajo continuo que se hizo desde la Enfermería con la madre, la buena colaboración de los enfermeros del Servicio de Endocrinología que le atendían y la implicación de su tutora, y los técnicos que le daban de comer, no tuvimos incidencias importantes. De hecho, su escolaridad se vio más afectada por sus problemas de conducta que por su diabetes.
