El déficit de profesionales de salud en el mundo alcanza los 10,3 millones

Viernes, 11 de julio de 2014

por diariodicen.es

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha establecido en su “Informe mundial sobre la Protección Social 2014/2015” la existencia de un alto déficit de profesionales sanitarios de alrededor de 10, 3 millones. Sin duda, se trata de una cifra alarmante para aquellos trabajadores que tienen un objetivo en común: garantizar que todos aquellos que los necesitan reciban servicios sanitarios de calidad, con una atención especializada acorde con cada caso.

Los probemas radican en países con una alta tasa de mortalidad y pobreza. En Haití, Nigeria, Senegal y Sierra Leona, la proporción es de cinco o menos trabajadores de la salud por cada 10.000 habitantes, en comparación con 269 en un país de altos ingresos como Finlandia, según datos estimados a través de la OIT. La  coordinadora de política de salud del Departamento de Seguridad Social de la OIT, Xenia Scheil-Adlung, comenta que “Asia es el continente donde es mayor la necesidad de trabajadores de la salud adicionales (7,1 millones), seguido por África (2,8 millones), por lo que la necesidad de disponer de un mayor número de enfermeros y profesionales de lsector, es cada vez mayor”.

Otro de los principales inconvenientes a los que se refiere la Organización, radica en el tema de los salarios que perciben, “muy bajos en comparación con otros países”. Y es que en países como Sudan, Egipto o Myanmar, los salarios del sector de la salud apenas superan en un 1 por ciento el umbral de la pobreza, fijado en 2 dólares al día.

La crisis económica, las políticas de recortes y las malas condiciones de trabajo, han contribuido a reducir los  sueldos de los funcionarios públicos –entre ellos el personal de la sanidad– que se han visto mermados, según sus datos, en 98 países, incluyendo a 75 países en desarrollo. Sin duda una noticia que preocupa en un futuro a corto plazo.

Como posibles soluciones para paliar el problema, se recomienda establecer políticas dirigidas a alcanzar la cobertura universal, y que estén consagradas en la legislación, suministrando, al menos, la asistencia sanitaria esencial y una protección financiera.

“Si queremos evitar que los ajustes presupuestarios prevalezcan sobre las necesidades humanas fundamentales, y si queremos alcanzar los ambiciosos Objetivos de Desarrollo del Milenio y de la Agenda de Desarrollo post 2015, entonces debemos actuar con urgencia para mejorar la protección social de la salud”, afirma uno de los responsables del Informe. La esperanza que tienen para salir del paso, se basa en que la inversión pública en protección sanitaria pueda ayudar a cerrar la brecha y generar beneficios a aquellos que lo necesiten, así como a la economía en su conjunto.

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