El papel de la enfermería en la reproducción asistida

Martes, 27 de febrero de 2018

por diariodicen.es

Durante estos últimos 13 años, Magdalena Mazur Koziara ha desempeñado su labor enfermera en la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, de Madrid. Experta en reproducción asistida, forma parte del equipo de quirófano de ginecología y se encarga de la coordinación de consultas de Enfermería en Reproducción Asistida en el centro hospitalario.

Pregunta. ¿Cuáles son las principales funciones que desempeña el profesional enfermero en los tratamientos de reproducción asistida? ¿En qué consisten? 

Respuesta. Nuestra principal misión es acompañar a la mujer y a la pareja a lo largo de todo el tratamiento, que habitualmente se suele alargar en el tiempo. Los profesionales enfermeros somos los que, una vez decidido el tratamiento por parte del especialista médico, informamos exhaustivamente de los pormenores del mismo. Facilitamos su accesibilidad, proporcionamos el tiempo para discutir las necesidades relacionadas con el tratamiento, disponemos el espacio evitando la comunicación “de pasillo”, así creamos un ambiente agradable que preserve la intimidad del paciente. Educamos sobre la autoadministración de la medicación (inyecciones) y la responsabilidad que tienen sobre su autocuidado, intentamos apoyar emocionalmente a las pacientes aumentando su grado de satisfacción.

Asimismo, gestionamos documentos (informes y pruebas), que todos los consentimientos informados estén firmados y que todo el material que se vaya a utilizar durante los tratamientos esté disponible. También gestionamos protocolos (homogeneidad asistencial), como las listas de espera, facilitando la disponibilidad de horario para que se adapte a las necesidades del paciente (muchas citas en poco tiempo). Por último, la consulta de Enfermería coordina con el resto de unidades (consultas de psicología, anestesia, médico) y con el laboratorio de genética, atendiendo a los pacientes en la primera fase asistencial (evaluación terapéutica) y en la segunda (tratamiento). En definitiva, la función y objetivo de la enfermera se basa en la asistencia integral continuada de reproducción asistida.

P. A lo largo de su carrera profesional, ¿cómo ha sido la evolución de los pacientes a los que ha atendido? ¿Qué cambios observa en dichos perfiles?

R. Con el tiempo se va apreciando un aumento de la edad de las parejas, cada vez más vemos en la consulta a parejas de mayor edad (más de 40 años) que llevan mucho tiempo juntos pero que han postergado la paternidad por motivos profesionales o personales. También están aumentando en frecuencia las parejas homosexuales, especialmente parejas de mujeres que necesitan un donante de semen, o las mujeres sin pareja que desean ser madres solteras. Muchas de ellas apuestan por el tratamiento de donación de embriones, en el que las parejas tienen embriones vitrificados, pero ya han cumplido sus deseos genésicos y los donan a otras parejas. Su ventaja es acortar el tiempo del tratamiento, proponer una mejor calidad embrionaria a un coste reducido.

P. ¿Cómo está la situación actual en la investigación enfermera en este campo? ¿Hacia dónde se dirigen los estudios?

R. Las consultas de Enfermería en unidades de reproducción humana asistida abrieron sus puertas en el año 2007, cuando las enfermeras asumían mucho el protagonismo en los tratamientos de fecundación in vitro (FIV). Su actividad ha demostrado la mejora en la calidad asistencial (mejora el grado de satisfacción de las pacientes) y ha hecho un uso más razonable de los recursos sanitarios, lo que ha conllevado que la presencia de las enfermeras sea cada vez más recomendada en esta especialidad. Todo gracias a los estudios de investigación realizados en los centros de reproducción asistida, especialmente los estudios y artículos publicados presentados en los congresos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) y el Grupo de Enfermería y paramédico.

Uno de los primeros fue el 25 y 26 de octubre de 2007 en Valencia, el II Congreso Nacional Enfermería y Reproducción Asistida, que ofreció la posibilidad de debatir temas profesionales de FIV, el futuro, el desarrollo de la profesión de Enfermería y la intención de destacar los distintos centros y organizaciones sanitarias. Personalmente tuve la posibilidad de participar y presentar un estudio realizado a través de encuestas de satisfacción de pacientes que acudían al nuestro centro, el Hospital Ruber Internacional (Madrid), cuyo resultado fue muy satisfactorio. Tenía el título de “Mejora de la calidad percibida y apoyo psicológico a las pacientes de RA”.

Los objetivos futuros han de aplicarse abarcando otras funciones, como llevar a cabo las técnicas de inseminación artificial en consulta, monitorización del crecimiento folicular y cómo realizar el seguimiento ecográfico de ciclos de IAC, pero para esto es preciso esperar más. Nos queda mucho trabajo todavía por hacer y sé que podemos avanzar bastante más en esta especialidad.

P. Además de las técnicas de inseminación y de fecundación in vitro, en determinadas situaciones se lleva a cabo el diagnóstico preimplantacional (DGP). ¿En qué consiste y en qué casos se realiza?

R. El DGP es una técnica utilizada como complemento a la fecundación in vitro, cuyo propósito es seleccionar, antes de ser transferidos al útero, aquellos preembriones libres de la alteración genética o cromosómica estudiada en cada caso. Para estudiar estos preembiones se procede a la extracción de un número determinado de células del preembión en el día tercero o quinto después de la punción, con el fin de analizarlas según el procedimiento genético apropiado, que precisa entre 24 y 48 h, o incluso tres semanas en algunos casos, para emitir un diagnóstico.

La indicación más habitual para llevar a cabo este estudio es los casos donde exista un aumento de la probabilidad de que los preembriones tengan una alteración cromosómica, como en aquellas parejas con abortos de repetición, fallo repetido de implantación y edad materna avanzada. También se realiza en casos donde los futuros padres tienen una alteración genética que puede ser transmisible a la descendencia y cuya mutación es conocida y puede ser analizada.

P. El avance, tanto científico como social, que se ha producido en los últimos años en el ámbito de la reproducción asistida ha sido relevante, ¿qué metas se plantean actualmente?

R. Existen muchas líneas de investigación en el campo de la reproducción asistida, pero una muy importante que puede beneficiar a las parejas es el abaratamiento de los costes del diagnóstico genético preimplantacional, puesto que es una herramienta muy importante para disminuir al mínimo el riesgo de abortos, pero muchas parejas no lo llevan a cabo por el coste adicional que supone. También existe mucha investigación en el ámbito de la hematología e inmunología, en los últimos años se está viendo que existen factores externos al propio embrión, o el útero donde se va a implantar ese embrión, que pueden disminuir mucho la tasa de gestación, como es la alteración de la coagulación de la paciente o la existencia de anticuerpos que pueden “atacar” al embrión.

Otra cuestión importante es la conciencia social, puesto que con la postergación de la edad de la maternidad muchas mujeres se encuentran en dificultades para quedarse embarazadas, incluso con ayuda médica, y algunas tienen que recurrir a la fecundación in vitro con donación de óvulos.

Para mejorar nuestro trabajo deberíamos seguir formándonos constantemente, para ello existen cursos de formación continuada. Hay dos más destacados, uno es el Experto universitario en Enfermería que imparte la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid) en colaboración con la Sociedad Española de Fertilidad, en el ámbito nacional, y el otro es el Certification for Nurse and Midwives por ESHRE en el ámbito europeo, que acredita unos conocimientos muy amplios en reproducción asistida.

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