El esperado Plan de Urgencias Hospitalarias anunciado en junio por la consejera de Salud, María José Sánchez Rubio, para el próximo octubre se retrasa. Al menos en lo que concierne a la capital malagueña, donde los hospitales siguen a la espera de que la dirección lo implante. Este incluye entre sus objetivos mejorar los tiempos de atención a los pacientes y reducir esperas innecesarias gracias a la clasificación en las urgencias, donde se pretende que no se supere los cinco minutos antes de la evaluación y que los pacientes que precisen hospitalización no estén más de 24 horas en observación. 
En el caso del Hospital Carlos Haya, el plan está sujeto a las reformas, de las que aún no hay noticias. Los sindicatos lamentan que coincidan con la alta frecuentación por los picos de frío y virus. En el Clínico el proyecto está en estudio, aunque desde agosto se ha puesto en marcha parte del programa.
Los criterios considerados para esta reforma son funcionales, ya que el objetivo es generar espacios de uso sencillo e intuitivo que posibiliten la máxima eficacia en el control y tratamiento de los pacientes. Esta área del hospital contará con tres consultas de clasificación, 14 en el área de la Policlínica, cinco puestos de atención a críticos y cinco salas de espera.
Estas reformas estructurales se unen, por tanto, a las organizativas ya anunciadas por la Junta para mejorar la calidad del servicio. Sin embargo, y pese a que las obras debían haber comenzado en septiembre, la planta baja del Carlos Haya sigue sin visos de reforma. Según los trabajadores, nadie les ha comentado nada al respecto ni se ven movimientos de preparación de una reforma que durará ocho meses. Según Salud, las obras empezarán en el último trimestre del año, aunque no confirma la fecha.
