Elvira López Mourín, primera mujer enfermera en realizar un vuelo en misión sanitaria

Viernes, 9 de diciembre de 2022

por Aitana Sánchez Hernández


Elvira López Mourín fue una enfermera militar que formó parte de la primera promoción de enfermeras profesionales de la Cruz Roja. Fue pionera en la participación en el primer vuelo sanitario documentado que contaba con una enfermera.

Varios investigadores se han encargado de estudiar la historia de López Mourín. Isidoro Rodríguez Pérez, enfermero, presidente de la Academia de Enfermería de Galicia, vocal en el Colegio Oficial de Enfermería de Lugo y profesor en la Escuela de Enfermería de Lugo, ha llevado a cabo una investigación etnográfica y el estudio de su biografía. Por su parte, el enfermero y docente de la Universidad de Santiago de Compostela, Emilio Rubén López Pego, ha estudiado el contexto histórico desde la fecha de su nacimiento (3 de septiembre de 1893) hasta su muerte (21 de julio de 1961), y el vuelo heroico en el que participó.

Sello conmemorativo con el rostro de Elvira López Mourín

El proceso de investigación sobre la vida de Elvira López Mourín comenzó en el primer trimestre del año 2020, cuando Correos publica un sello con la imagen de su rostro.

La época de López Mourín

El Dr. Emilio Rubén Pego Pérez se ha encargado de forma específica del estudio del contexto histórico, social y cultural en el que se desarrolla la historia de Elvira, y de forma concreta del histórico vuelo en el que participó la enfermera objeto de análisis.

En esta época, España era un país atrasado por la baja esperanza de vida, el analfabetismo y el predominio del varón. También por la emigración del campo a la ciudad y las guerras (como el conflicto del Rif, en el que Elvira realiza su memorable gesta heroica).

“La labor de Florence Nightingale en la guerra de Crimea supuso la fundación de la primera escuela de enfermeras en Londres en 1860, que marcó la feminización y la profesionalización de la Enfermería”, asegura Pego. En 1896 se puso en funcionamiento la primera escuela de enfermeras en España con el nombre de Real Escuela de Enfermeras de Santa Isabel de Hungría.

La figura de la mujer enfermera tradicional también se encontraba en España, vinculada esencialmente con el sentimiento de la caridad y con el mundo religioso. “La connotación del término enfermera representaba el estatus de sirviente; sin embargo, el término enfermero era más acuñado como el camillero o el que se dedicaba al traslado del enfermo”, añade.  Además, las mujeres no pudieron acceder a la educación superior hasta 1910, reconociéndose de forma oficial el acceso y derecho de la mujer a la misma en 1915.

En mayo de 1915 se estableció un programa que determinó las funciones y el papel de las enfermeras profesionales, que debían formarse en unos conocimientos teóricos necesarios, realizar el internado de prácticas y superar un examen ante un tribunal. Posteriormente, en febrero de 1917, se hizo obligatorio para estar en posesión del título oficial para poder ejercer.

“La figura de la enfermera en España pasa a convertirse en administradora de cuidados mecánicos y técnicos, aunque con grandes adversarios del ámbito sanitario, como los practicantes y matronas, que intentaron que la enfermera no lograra su incorporación al ámbito regulado o que siguiera realizando exclusivamente labores mecánicas, dejando las técnicas a los practicantes. El reconocimiento del título de la enfermera profesional suponía una amenaza para el resto del colectivo sanitario”, añade Pego.

Además, “sin el apoyo de la iglesia, no hubiera sido posible la aprobación de esta orden”, destaca. Concretamente las Siervas de María solicitaron a Alfonso XIII que cualquier enfermera que demostrara tener los conocimientos necesarios y tuviese práctica clínica, pudiese acreditarse como enfermera profesional.

Durante la Guerra Civil española, los requerimientos de la guerra hicieron que se crearan figuras de enfermeras. En el bando republicano se crearon las enfermeras militares conocidas como el “Socorro Rojo”. En la zona nacional se constituyó el Cuerpo Auxiliar de Damas Enfermeras Militares. La Falange organizó cursos de formación, creando el título de dama enfermera femenina con un enfoque hospitalario y social.

¿Quién fue Elvira López Mourín?

El investigador Isidoro Rodríguez ha destacado que el proceso de investigación de López Mourín fue “laborioso”, en el que han seguido los cánones científicos, comenzando por una búsqueda bibliográfica. Encontraron en el diario provincial El Progreso una columna firmada por José Cora, en la que se la cita. Posteriormente, se encontraron varios artículos en revistas especializadas firmados por el médico madrileño Miguel Ángel González Canomanuel.

 “El siguiente paso ha sido consultar los archivos municipales en busca de su certificación de nacimiento, así como su partida de bautismo en el Archivo Diocesano Lucense”, explica Rodríguez. Su primer hallazgo fue encontrar su nombre, dado que en los documentos, su segundo apellido, que era Mourín, pasa a ser Maurín, figurando así inclusive en su lápida funeraria. “Una vez constatados estos datos, se ha llevado a cabo la investigación etnográfica procediendo a realizar el trabajo de campo en su aldea natal, así se han recogido datos de personas que han conocido y convivido con esta mujer”, explica.

Una vez registrada esta información, los investigadores procedieron a realizar una nueva búsqueda en archivos, dando sus frutos en el Centro de Documentación de Cruz Roja Española, Centro documental de la Memoria Histórica, también consultaron otros archivos pertenecientes al Ejército Español, entre ellos el Archivo General Militar de Madrid, o la Biblioteca virtual de Defensa en la que vieron documentos sobre su vida laboral. Según Isidoro Rodríguez, a día de hoy, el proceso de investigación continúa abierto.

Quirófano de la época

“La enfermera López Mourín ingresó el 2 de agosto de 1918 en el Hospital de la Cruz Roja de Madrid San José y Santa Adela para formar parte de la primera promoción de enfermeras profesionales de la Cruz Roja”, explica Rubén Pego. Pese a las dificultades descritas, consiguió completar sus estudios y el internado práctico en los tres años estipulados.

El 15 de febrero de 1921 terminó sus estudios, según consta en el Libro de Registro de las enfermeras profesionales. En 1923 se celebró el examen oficial regulado, ante un tribunal formado por aristócratas, pudiendo empezar a ejercer como enfermera profesional en cualquier institución sanitaria estatal.

“Elvira se incorporó como ‘alumna’ a ojos del ‘Estado’ al servicio en Melilla, y como enfermera a ojos de la Cruz Roja, ya que no fue hasta el 1923 cuando obtuvo su certificación oficial para ejercer como enfermera en cualquier institución del marco estatal”, añade Rubén. Fue nombrada enfermera de 2ª clase interina, y el 10 de agosto de 1921 fue nombrada Enfermera de primera clase con ocasión de vacante.

Vuelo heroico del 1 de noviembre de 1922

Rubén Pego se ha encargado de forma concreta del estudio del histórico vuelo en el que participó la enfermera de forma heroica. El enfermero ha descubierto que en la Guerra del Rif se organizó un equipo de cuatro personas en el se necesitaba una enfermera, para que, por primera vez, se realizara un vuelo militar con personal sanitario. “Elvira se ofreció voluntaria, pese a la normativa militar que impedía a las mujeres volar. Ante la urgencia sanitaria se accedió a la predisposición de la enfermera y Elvira se incorporó al primer vuelo y primera misión sanitaria de la aeronáutica española”, informa Pego.

El presidente del Consejo de Ministros, José Sánchez Guerra, le ofreció “una alta recompensa honorífica”. La reina Victoria Eugenia reconoció en audiencia a Elvira su rasgo de altruismo y valor. Finalmente, el rey Alfonso XIII le concedió una audiencia en el palacio real.

“La relevancia histórica de este suceso y su éxito se convirtieron en noticia en los periódicos españoles más relevantes de la época, no solo por el logro tecnológico del servicio de la medicina y del comienzo de la Aviación Sanitaria española, sino también porque una enfermera profesional se convirtió en heroína y en la primera mujer que voló en un avión medicalizado en España”, relata Rubén Pego. A nivel mundial, se trata de la primera enfermera documentada que participa en un vuelo sanitario.

Rubén Pego declara: “Me remito a las palabras de D. Manuel Sobrado para observar cuál fue el papel de Elvira López Mourín en la Guerra Civil, de la que lo único que decía era que fue muy dura, y que del hospital en el que trabajaba sacaban víveres y ropa para dar a la población, sino se morían”.

Elvira se reincorporó de nuevo al C.A.S.E. en el Hospital Militar de Urgencia de Madrid. El 1 de mayo del 1949, se le concedieron 25 años de servicio. En el Diario Oficial del Ministerio del Ejército pasó a situación de retiro como enfermera del C.A.S.E. en el Hospital Militar de Madrid, con fecha 4 de septiembre de 1958, por tener cumplida la edad reglamentaria.

La enfermera profesional y enfermera militar, Elvira López Mourín, falleció el 21 de julio de 1961 en Madrid con 67 años. La causa de fallecimiento recogida en el certificado de defunción fue insuficiencia de miocardio y fue enterrada en la Catedral de La Almudena.

Emilio Rubén Pego

Emilio Rubén Pego Pérez ha reconocido la labor de esta pionera: “Como enfermera, significa para mí un ejemplo de esfuerzo, trabajo, desinterés, vocación, espíritu caritativo y valentía, que ha marcado un hito para la profesión y la historia de la Enfermería española, y desde mi humilde punto de vista, la historia global de la profesión.

Desafió el espíritu machista de la época y alzó su voz ante las barreras impuestas por los hombres militares para poder cumplir con su mayor responsabilidad: la administración de cuidados al herido. Sobrevivió a las nefastas condiciones sociales y vitales de la época, adaptándose al servicio como enfermera militar y profesional en diferentes gobiernos, como el reinado de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, la dictadura de Primo de Rivera, La II República y la dictadura franquista”, concluye.

Isidoro Rodríguez también ha querido destacar de esta enfermera “su humanidad, su espíritu de servicio, generosidad, responsabilidad, no exentos de empatía, fortaleza y conocimiento”.

Isidoro Rodríguez

El investigador ha citado dos muestras puntuales de sus actuaciones “que dan testimonio de estas cualidades: la primera se da cuando el responsable militar de la plaza de Melilla no le autoriza a formar parte del vuelo que realizará el equipo quirúrgico, a lo que ella tras eximir de toda responsabilidad a los oficiales al mando asume los grandes peligros que supone la peligrosa misión, con una frase, recogida en los periódicos de la época: “si no actuamos ahora, qué hemos venido a hacer aquí”.

La segunda cuando lleva a personas de su aldea para que sean intervenidas quirúrgicamente en el hospital militar de Madrid de afecciones de traumatología con difícil o nulo tratamiento en el entorno en el que vivían”. Isidoro no ha podido evitar citar que la enfermera sacaba ropa y comida del hospital a escondidas para atender casos de extrema necesidad durante la Guerra Civil.

A día de hoy la investigación continúa abierta. “Actualmente estamos trabajando con la hipótesis de que a nivel mundial ha sido la primera enfermera que ha realizado un vuelo en misión sanitaria, por lo menos de forma documental”, declara Isidoro. “Su trayectoria demuestra que es una enfermera de altura, no solamente por haber volado, como dice el Dr. Pego, sino por su entrega, su vida o su altura de miras”, añade.

“Pretendemos dar a conocer a esta enfermera que desarrolló su profesión en el ámbito militar, así como la relevancia, importancia y necesidad de las profesionales enfermeras/os como sujetos imprescindibles de los equipos de salud, que viene ya desde los orígenes mismos de la profesión de forma académica”, concluye.

Enfermera desde el prisma de su importancia como mujer

En cuanto a la historia de la evolución de la profesión de Enfermería, en España existe un paralelismo entre la emancipación de la mujer y el desarrollo de la profesión. En España, la mujer no pudo acceder a la educación superior hasta el año 1910, reconociéndose oficialmente el acceso y derecho de la mujer en el año 1915. “Con enormes dificultades, como las mujeres de aquella época (1918), Elvira se matricula en la primera promoción de Enfermería.

Posteriormente continúa su formación para, de nuevo, ser pionera, perteneciendo a la primera promoción de Enfermería militar y participar en el Primer vuelo sanitario de la aviación española”, detalla Lourdes Bermello López, presidenta del Colegio de Enfermería de Lugo, quien ha analizado la proyección profesional y su relevancia en la enfermería actual, como mujer, como enfermera, así como su importancia en la evolución en el desarrollo del diseño curricular de la formación de las enfermeras profesionales sin olvidar su contribución a la consolidación de la disciplina enfermera.

Lourdes Bermello López

“Como muchas mujeres, grandes defensoras de los derechos sociales y laborales de las mujeres, como Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, María de Maeztu, Clara Campoamor y muchísimas más reconocidas y otras tantas anónimas, lucharon y defendieron la igualdad de derechos entre hombres y mujeres”, explica Bermello.

Cuando Elvira se presenta voluntaria para participar en 1922 en aquel vuelo, la rechazaron inmediatamente por su condición de mujer, ya que estaba prohibido que las mujeres volaran en vuelos militares. Sin embargo, no cesó aquí su empeño y desafiando a los roles establecidos, firmó un documento que exoneraba a los altos mandos militares en la realización de ese vuelo. “Elvira fue pionera, y aunque hora no nos parezcan tan importante, su vida estuvo llena de dificultades para conseguir su desarrollo personal y profesional”, relata Lourdes Bermello.

Los principios del siglo XX fueron una época de importantes avances para la mujer, pero también de resistencias. Continuamente se debatía lo que se llamó “cuestión de la mujer”: si la mujer debía participar en política o no, si podía votar o no, si podían estudiar o no, lo que condicionaba su desarrollo personal y profesional.

“Elvira, demuestra que es una mujer valiente, y por encima de su vida están los valores de una profesión. Antepone su seguridad y sus intereses personales, ante la convicción de que su labor es ayudar a salvar vidas. El trabajo incansable y en la mayoría de las ocasiones silencioso, de muchas mujeres como Elvira López Mourín, que rompieron con los cánones establecidos por la sociedad, que decidieron estudiar, trabajar, independizarse sentó el camino y las bases de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres”, concluye Bermello.

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