Paco el enfermero o Paco el rockero. Tener dos profesiones que además son tus pasiones no es imposible. Y eso bien lo sabe Paco González, que es enfermero de la Unidad de Neurología del Hospital Universitario Son Espases y bajista del grupo catalán Anegats. Paco mezcla sus dos trabajos de manera simultánea desde hace más de 20 años y admite que en el hospital donde trabaja como enfermero le suelen reconocer por su faceta de músico.
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-Pregunta: Eres enfermero y bajista en un grupo de música. ¿En qué momento decidiste dedicarte a estas dos profesiones?
–R: La verdad es que, aunque desde bien pequeño siempre me gustó la música, no fue hasta los 17 años cuando realmente me decidí a aprender a tocar un instrumento. Casualmente fue justo cuando decidí dedicarme a estudiar y dedicar mi vida profesional a la Enfermería. Puedo decir que ha sido simultánea mi dedicación a la música con la Enfermería, siempre han ido de la mano y las he compatibilizado. No hay una profesión sin la otra.
-Pregunta: ¿Suelen reconocerte en el hospital por tu faceta de músico? ¿Crees que es difícil hacerse un hueco en el mundo de la música?
-R: Desde que empecé a trabajar en el hospital hace 22 años ya tocaba en grupos, por lo que, inevitablemente, la gente ya sabe que toco. Además, el grupo tiene cierta repercusión, por lo que cuando hay alguna noticia, concierto importante o nuevo disco, hay un repunte de ese reconocimiento. Hay gente que desconoce esa faceta, aunque los más “veteranos” sí la conocen.
Es difícil hacerse sitio en este mundo en donde no todo depende de tu valía profesional, sino que hay un componente de suerte muy importante. Pasas muchas horas ensayando en casa solo y también en el local con los compañeros. Pero está claro que influye mucho el esfuerzo, la humildad y la constancia, como en cualquier carrera profesional.
-Pregunta: Llevas desde 2003 en Anegats, grupo con el que has publicado 9 discos y ofrecido más de 300 conciertos. ¿Qué aporta esta faceta musical a tu vida?
-R: La faceta musical es básica en mí. La parte artística, creativa, y como modo de expresión son claves para sentirme realizado. Podríamos decir que se trata de una necesidad. Y, además, también da la impresión de que me mantiene en un estado más joven, al menos a nivel de ánimo y de actitud.
-Pregunta: ¿Qué es lo que más te gusta de estar en un grupo?
-R: Estar en un grupo es estar en una familia, es compartir muchas horas, muchas tomas de decisiones, pero, sobre todo, disfrutar con tu “familia de escenario” haciendo lo que te gusta. Son mis amigos, mis confidentes. Pasamos juntos tantas horas, y nos conocemos tanto, que enseguida sabemos si a alguno le pasa algo. Siempre hemos dicho que el grupo es importante, pero siempre está por detrás de los temas personales y familiares. Entendemos que la vida tiene prioridades y algunas que son las máximas.
-Pregunta: Como enfermero, ¿cómo viviste la pandemia del coronavirus?
-R: La pandemia fue una época difícil. Al principio, las incertidumbres, el miedo, las noticias, hacían que el trabajo fuera complicado, sobre todo por el hecho de que debíamos y queríamos tratar al paciente como hasta el momento. Pero la entrada en las habitaciones, con incertidumbre y con pocos medios, fue dura. Añadiendo el miedo a llegar a casa y poder contagiar a cualquiera de tus familiares. Poco a poco nos fuimos acostumbrando, a la vez que íbamos teniendo medios, y se iba conociendo más. Ahora ha cambiado totalmente y, sin perder la seguridad, el miedo ha bajado bastante. Pero a nivel profesional podemos decir que fue duro.
-Pregunta: Has trabajado en varios servicios de Enfermería, ¿cuál ha marcado más tu profesión, tanto positiva como negativamente?
-R: De todos los servicios por los que he pasado he sacado algo, especialmente aprendizaje. Al principio estuve cuatro años en intensivos, lo cual fue inicialmente duro. Ponerse a trabajar sin experiencia en una unidad tan exigente fue complicado, pero con el paso del tiempo empecé a disfrutar mucho. Después estuve en medicina interna, que fue un cambio, con un trato más directo con el paciente, una cercanía y un contacto humano que también fueron muy enriquecedores. La época como supervisor fue dura, aunque enriquecedora. Creo que todos deberíamos pasar por ello para entender muchas cosas que suceden tras la puerta del despacho. Y ahora estoy en neurología, que creo que es la unidad donde más estoy aprendiendo y disfrutando.
He de decir, que en todos los sitios he tenido la suerte de encontrar equipos humanos maravillosos, que hacen que cualquier trabajo sea mucho más llevadero. A nivel personal, puedo decir que mi vida cambió tras empezar a trabajar. He aprendido a relativizar, a dar importancia a las cosas que realmente la tienen, a no creernos inmortales y, por supuesto, a desarrollar mi parte humana y de empatía. Si hoy pudiera hablar a mí “yo” del pasado, le diría que siguiera justo por ese camino que empezaba, porque estoy convencido de que la Enfermería es una de las profesiones más maravillosas que existen.
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