La Gerencia de Atención Integrada de Cuenca se ha unido a la II Jornada Mundial por la Prevención de las Úlceras por Presión (UPP) con una serie de actos informativos abiertos a profesionales, pacientes y al resto de los ciudadanos.
Durante dicha jornada, dirigida a enfermeras, auxiliares de enfermería, facultativos, cuidadores, pacientes y asociaciones de enfermos, han participado profesionales del Área Integrada de Cuenca y del Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP).
Asimismo, el Hospital, los centros de salud de Cuenca capital y el de Motilla del Palancar han contado con mesas informativas, con el fin de dar a conocer este tipo de heridas y ofrecer consejos tanto para su prevención como para su tratamiento.
Ana Coral de Diego, enfermera del Hospital Virgen de la Luz de Cuenca, ha explicado que “las úlceras por presión son evitables casi en la totalidad de las situaciones con adecuadas medidas preventivas”.
En el mismo sentido, Mª de los Ángeles Molina, enfermera del centro de salud Cuenca I y experta en cuidado y tratamiento de UPP por el GNEAUPP, ha señalado que aproximadamente cada día en España más de 90.000 ciudadanos padecen estas lesiones.
A este encuentro también ha asistido Teresa Segovia, supervisora de la Unidad Multidisciplinar de Heridas Crónicas del Hospital Puerta de Hierro de Madrid y del comité director de GNEAUPP, quien ha destacado que “la prevención es la forma más efectiva de enfrentarse a las UPP, y la calidad de los cuidados de Enfermería son el factor clave para tratarlas”.
Por su parte, Jesús Ruiz, enfermero del centro de salud de Torrejoncillo del Rey y del comité consultivo de GNEAUPP, ha comentado que “gracias a la prevención se mejora la calidad de vida y de los cuidados, se disminuyen los costes sanitarios y los efectos adversos, por lo que aumenta la seguridad del paciente”.
Todos ellos han coincidido en queestas lesiones son un problema de salud que puede producirse tanto en el ámbito domiciliario como en el sanitario, además de ser también las responsables de agravar el pronóstico de la enfermedad, disminuir la esperanza de vida y deteriorar la calidad de vida de las personas que las padecen y también de sus cuidadores.
