La eSalud, cuando la ciencia ficción llega al presente

Miércoles, 9 de noviembre de 2016

por diariodicen.es

Aplicaciones móviles que proporcionan información basada en evidencia, recursos web fiables, redes sociales que fomentan la comunicación entre profesionales sanitarios y sus pacientes, e incluso realidad virtual en el abordaje de fobias y formación ante casos de urgencia. La irrupción de las nuevas tecnologías en el ámbito de la sanidad ha supuesto importantes avances en la mejora, no solo organizativa, sino asistencial.

“¿Cómo no vas a usar la tecnología en tu trabajo si ya lo haces con normalidad en tu casa?”, pregunta Azucena Santillán, enfermera del Hospital Universitario de Burgos y vocal nacional de la Sociedad Española  de Informática en Salud (SEIS). “El cambio de mentalidad de los últimos tiempos ha hecho que poco a poco nativos digitales se incorporen a las profesiones sanitarias, y la accesibilidad de las tecnologías desde múltiples plataformas (móvil, pc, tablets…) hace que se convierta como algo más de nuestras rutinas”.

tablet-1616460La incorporación en el trabajo diario de las tecnologías de la información contribuye a facilitar respuestas a la ciudadanía y al desarrollo profesional. Asimismo, la gestión adecuada del conocimiento a través de bases de datos, de sistemas de aprendizaje o herramientas big data tiene su reflejo en los resultados en salud de la población. Sin embargo, como en cualquier otro campo emergente, es preciso el análisis y estudio de lo que solemos denominar “novedad”. “En muchas ocasiones en temas de Esalud nos empeñamos en vender y comprar “humo” —explica Mónica López Ventoso, responsable de Calidad e Innovación en el Sanatorio Covadonga (Gijón) y colaboradora en la Asociación de Investigadores de Esalud y vocal de la Asociación Nueva Enfermería—  tecnologías que llevan años desarrolladas, se presentan una y otra vez como novedades, sin que en todos los años que llevan creadas hayan sido verdaderamente implantadas de forma generalizada”.

Más allá de la calificación de lo que es o no novedoso la aplicabilidad de las TIC y de la tecnología en general tiene un extenso campo de desarrollo en el área de la salud, y concretamente dentro de la Enfermería. El contacto directo que los profesionales enfermeros mantienen con los pacientes les posiciona en un lugar destacable para implementar herramientas capaces de mejorar los cuidados. “Las enfermeras reconocen los miedos de los pacientes, las molestias e incomodidades que los tratamientos o las propias enfermedades les provocan, ahí tienen un buen campo de estudio para adaptar este tipo de tecnología”, afirma Mónica L. Ventoso.

Nuevas herramientas, nuevos escenarios

“Pondré un ejemplo sencillo, hace unos años, no demasiados, recuerdo que un grupo de enfermeras hicimos un estudio sobre el Acinetobacter baumanii, un patógeno de índole nosocomial de difícil manejo por su resistencia a múltiples antibióticos —explica Mónica López—. Recuerdo las horas que nos pasamos revisando historias en el hospital, los datos recogidos en libretas, las horas de biblioteca leyendo y consultando protocolos, comparando tratamientos y buscando información.

Hoy en día —continúa— no se entiende realizar una investigación así sin un ordenador y sin las redes sociales, desde consultar los datos y hasta filtrarlos en las historias clínicas electrónicas, realizar búsquedas bibliográficas en portales de investigación, compartir procedimientos con hospitales de todo el territorio nacional, o incluso internacional y trabajar en red a través de documentos colaborativos accesibles en todo momento por todos los miembros del equipo desde el móvil o la tablet al PC a través de la nube, si nos lo cuentan hace 15 años… creeríamos que es ciencia ficción”.

Hace décadas, como explica Mónica, no podíamos imaginar la evolución, desarrollo y uso de las tecnologías de la información y comunicación en el ámbito sanitario, o cómo iba la realidad virtual a intervenir favorablemente en el tratamiento de las fobias, en la gestión del dolor, en la evaluación del daño cerebral y la rehabilitación. En el caso de la terapia de exposición dentro de la Psicología, la realidad virtual sirve de herramienta al terapeuta para poder controlar el grado de exposición de un paciente ante una situación (p. ej.: viajar en avión) o un objeto o animal.

Asimismo, los avances en el campo de la telecirugía remota han permitido que el cirujano pueda realizar la intervención a través de un dispositivo robótico, que bajo su control realiza la operación a través de unas gafas adaptadas dando instrucciones al robot por medio de guantes especiales.

La formación a través de la realidad virtual

La realidad virtual permite crear espacios de entrenamiento en los que se puede interactuar con el paciente o ante situaciones de crisis, es por ello por lo que se postula como una herramienta muy útil para la formación de los profesionales sanitarios. Además, la realidad virtual brinda la oportunidad de practicar ante situaciones de urgencia sin exposición real ante el riesgo. Para Mónica López Ventoso el campo de la docencia quizá sea donde más aplicación se le puede dar ahora mismo, “ya que permite visualizar de una forma mucho más natural desde el propio cuerpo humano hasta el desarrollo de una intervención”.

Se estima que la retención de conocimiento a través de realidad virtual alcanza entre un 70% y un 90%. “La formación mediante realidad virtual “inmersiva” conlleva más retención en la formación y un ahorro importante, llegando a mucha gente en poco tiempo, lo que permitiría llevar a cabo dicha preparación de forma periódica y tener entrenado a todo el personal. El futuro pasa por formar en las universidades tanto a médicos como enfermeras a través de esta herramienta”, explica Mª Jesús Pérez Granda, enfermera dedicada al Plan Prevenga (Plan de Reducción, Verificado de Enfermedades infecciosas de adquisición Nosocomial y de su Gasto Asociado) del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid).

Pérez Granda comenzó, junto con el doctor Emilio Buza Santiago, jefe de Microbiología del H. Gregorio Marañón, el proceso para lanzar una aplicación que, unida a unas gafas de realidad virtual, permiten un amplio abanico de posibilidades en sanidad. “La idea surgió cuando pude ver, tras la aparición del primer caso de ébola, la poca formación que se tenía sobre ello, y que dicha formación se daba cuando ya existía el problema. Pensé que deberíamos hacer como los pilotos y llevar a cabo simulaciones virtuales que pudieran entrenar al personal de forma periódica y segura”, explica la enfermera. “De esa idea inicial surgió el prototipo presentado el pasado año, este recoge los pasos necesarios que hay que tener en cuenta en la prevención de neumonía asociada a ventilación mecánica, pero la idea puede ser aplicable al campo que sea necesario”.

El siguiente paso que es perfeccionar dicho prototipo y medir el impacto que puede tener tanto en el coste sanitario como en la formación del personal. “Pensemos cómo el ejército realiza simulaciones continuamente, sanidad debe hacer lo mismo y utilizar todas las nuevas tecnologías para ello, no solo la realidad virtual, sino distintas aplicaciones que nos permitan mejorar la calidad y seguridad del paciente”.

Evolución y aplicación a distintas velocidades

“Las personas siempre van más rápido que las instituciones, que son lentas y tienden al inmovilismo”, afirma Azucena Santillán. La realidad así lo muestra, ya que son varias las iniciativas locales que han obtenido excelentes resultados en la aplicación de las TIC en su trabajo diario. “Tal vez necesitemos gestores bien formados en TIC e innovación, sin miedo a apostar por el desarrollo de estrategias que no sean papel mojado lleno de indicadores de cara a la galería”, añade Santillán.

“El sistema Nacional de Salud, como me decía un gerente del SESPA hace unos años, es un mastodonte pesado que va cargado de una potente inercia. Es casi imposible de parar, lo cual para algunas cosas es beneficioso, pero es imposible acelerarlo”, apunta Mónica L. Ventoso. “En la sanidad actual existen tantos frentes abiertos, y tantas cosas importantes por mejorar: la precariedad laboral, los ratios de plantillas mal adecuados… que hablar de innovación y tecnologías es para muchos una frivolidad por beneficioso que sea para el usuario”.

Pese a esta aparente lentitud en la aplicación institucional de las TIC, la eSalud comienza a formar parte de los planes estratégicos de algunas comunidades autónomas, la Estrategia de Cuidados de Andalucía es un claro ejemplo de ello. Dicha estrategia supone el establecimiento de la hoja de ruta para el avance de los cuidados, basada fundamentalmente en el desarrollo profesional enfermero. En 2015 creó, junto con la Escuela Andaluza de Salud Pública, la Red de Cuidados de Andalucía denominada “PiCuida”, un punto de encuentro que reúne de forma online tanto a profesionales como a ciudadanos para poder profundizar en sus conocimientos sobre salud y compartirlos.

Proyectos y planes como “PiCuida” ponen de manifiesto los excelentes resultados que se obtienen con la combinación de las TIC y los profesionales sanitarios. “Tendemos a comprar lo último y lo más novedoso, dejándonos grandes sumas de dinero sin pensar en si es lo mejor —continua Mónica L. Ventoso— y nos olvidamos de todo el talento interno del sistema, que cuenta con multitud de profesionales que desarrollarían sistemas, aplicaciones o instrumentos con resultados exitosos”.

 

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