La antigua profesional enfermera Sarah Mullally ha sido designada como la primera obispa de Londres. Este nombramiento, por el que esta exenfermera ostentará el tercer rango de mayor importancia en la Iglesia Anglicana, se produce tres años después de que las mujeres lograran el derecho a poseer altos cargos en el ámbito secular inglés.
Según recoge el diario El Mundo, Sarah Mullally, nacida en 1962, terminó los estudios de Enfermería en la Universidad de Southbank en 1984, y, hasta que, tras estudiar Teología y ser ordenada diácona en 2001, ejerció su profesión en el Hospital de St. Thomas, en la capital del Reino Unido.
En los dieciséis años que ha dedicado a la Iglesia, ha ostentado diferentes cargos en las jerarquías eclesiásticas anglicanas, como rectora de St. Nicholas Church o tesorera de la Catedral de Salisbury, hasta que en 2015 fue designada obispa de Crediton, y en este fue la primera mujer de la Historia en ordenar sacerdotes de esta confesión, de los que tres eran, a su vez, mujeres.
De esta forma, este mismo medio expone que la antigua enfermera sustituirá a Richard Chartres como obispo de Londres. A este respecto, Mullally ha puesto de manifiesto su satisfacción por haber sido elegida para este cargo eclesiástico, destacando que uno de sus principales objetivos en esta nueva etapa de su carrera confesional será relacionar su trabajo como enfermera en los servicios sanitarios ingleses con su puesto en el obispado de la capital británica.
