La Organización Mundial de la Salud (OMS) coordinará un trabajo interistitucional, impulsado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles (ENT).
Así, los reponsables de la OMS se van a encargar de coordinar las actividades de todas las organizaciones para poner en práctica el “Plan de Acción de la OMS para la Prevención y el Control de ENT 2013-2020”, adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2013.
Este acuerdo interinstitucional será de vital importancia ya que, según las estimaciones de la organización, tres de las cuatro principales causas de muerte en el mundo están relacionadas con las enfermedades no transmisibles, las enfermedades cardiovasculares y, especialmente, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
En este sentido, el “Plan de Acción de la OMS para la Prevención y el Control de ENT 2013-2020” tiene como finalidad alcanzar nueve objetivos globales voluntarios, incluyendo una reducción del 25% en la mortalidad prematura por patologías cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas en 2025. Asimismo, dicho plan ofrece una hoja de ruta y un menú de opciones de política para los Estados Miembros, la OMS y otras organizaciones de Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales (ONGs) y entidades del sector privado.
Ya en 2011, los jefes del Estado y del Gobierno reconocieron el papel y la responsabilidad de los dirigentes en la reducción de enfermedades transmisibles a través de la “Declaración Política de las Naciones Unidas sobre la Prevención y el Control de las ENT”.
Por este motivo, la OMS va a convocar una reunión formal con los Estados miembros el próximo 13 de noviembre de 2013 para completar este proyecto. Por otra parte, la ONU va a definir y acordar un sistema común de toda la división de las funciones y responsabilidades para apoyar los esfuerzos nacionales de los países, con el fin de hacer frente a las enfermedades no transmisibles en 2014.
“Es de vital importancia que la ONU aumente su capacidad para hacer frente a estas patologías, realice programas conjuntos con la OMS y movilice a su asociados, incluidos los gobiernos, las ONG y el sector privado, salvaguardando al mismo tiempo la salud pública de cualquier posible conflicto de intereses”, han señalado fuentes de la OMS.
