“La OPE ya cayó, oh, oh, oh…”

Martes, 21 de mayo de 2019

por Irene Fernández

A todos aquellos opositores:

Imaginadme como vuestra madre cuando os caíais e ibais llorando a sus brazos por mero susto, no por dolor, y ella os abrazaba y os consolaba diciéndoos: ya pasó, ya pasó. ¡Sorpresa! Esa, hoy, soy yo.

Chicos… ¡ya pasó! Chhhs (y subrayo este “chhhhs” para que dejéis el temita ya, que estamos empachados, no os diré más que Amazon ha dejado de hacer escuchas en casas de enfermeras de puro aburrimiento).

Más de un año de nervios, de fechas, de posibilidades, de buscar apuntes, de ver que tus compañeros van a tope y a ti no te la da vida. Más de un año de estudiar escalas, vacunas y leyes. Más de un año de quedarse en casa y ver desde tu ventana (quien dice ventana, dice móvil, la ventana tecnológica), que la vida de tu gente sigue y tú te la estás perdiendo. De decir que no a planes estupendos porque tienes que estudiar, y tus amigos “civiles” te miran con cara rara y ves que piensan “pero si está muy mayor para estudiar, ¿no tenía carrera ya?”.

Más de un año de hacer test, simulacros y perderse todas las series que lo están petando. De no saber qué es GoT y volverse loco pensando que hablan de una enzima hepática. De ganar unos kilitos porque, por mucho que digan algunos estudios de la universidad de Sri Lanka, estudiar, amigos, no adelgaza. Tampoco ayuda hincharse a chocolate y gominolas para pasar el trance.

En definitiva, más de un año de esfuerzo para lograr una plaza en sanidad mientras que trabajas y convives con tu familia. Se dice pronto… pero no. Ha debido de ser muy duro. Así que desde mi ordenador os digo una cosa: ¡compañeros, sois unos cracks!

Y… ¿qué vais a hacer ahora?

Pues lamento deciros que el temita sigue. Porque ahora llega el estrés de dimes y diretes, de que tu compañera con contactos te perjura en hebreo que mañana sale la nota de corte (al igual que la semana pasada), que la otra asegura que se va a quedar en 65, que alguien conoce a una con un 10, que los sindicatos creen que van a ampliar plazas, que otros sindicatos quieren impugnar el examen al completo… Los nervios y el insomnio compartirán taquilla contigo.

Y tendréis que echar papeles, para postre. Ya veréis qué divertido. Os surgirán miles de dudas, como si no hubieseis echado papeles nunca (¡ja!), pero aquí te juegas mucho más y quieres que te cuente hasta el graduado escolar. Veréis qué de bulos (las fake news “enfermeriles”). No os desvelo ninguno, os dejo que los disfrutéis en su momento.

Y si al final llegáis a la meta y sois afortunados, eso ya es la bomba. Vais a olvidaros de dormir más o menos un mes. Porque tu vida va a cambiar de turno, de hospital, de planilla, de servicio y de compañeros de un día para otro. Habrá quien lo digiera mejor que la leche sin lactosa pero a otros, como yo, se nos forma una bola que no hay ácido clorhídrico en el mundo que la deshaga.

Por todo esto, os repito, como un mantra: ya pasó, chicos. Si queréis os lo cantó: “La OPE ya cayó, oh, oh, solo quedó la alegría”. Espero que quedéis mejor que en Eurovisión y os llevéis muchos twelve points, a pesar de que nuestro representante en Israel lo hizo muy bien, pero como la OPE misma, a veces, a pesar del esfuerzo, no se obtienen los resultados merecidos.

Por todo esto os digo: recuperad vuestra vida y mejoradla. Viajad, enchufaos todas las series perdidas, no entréis en casa, quedad con los amigos que apartasteis hace un año por los apuntes y… (ahora viene lo bueno): ¡A leer!

¿Y qué mejor que leer a una compañera que tiene un montón de libros de todos los colores, tipos, y sabores?

Irene Ferb – Soy enfermera y me enfermo cada vez que lo pienso

Para leer la publicación original, puede seguir este enlace.

enfermería, OPE

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